La Covid-19 lo marca todo. También el balance de la acción social de Cáritas Diocesana durante 2020, el Año I de la pandemia. La memoria anual, con el subtítulo Trabajamos por la justicia, de la Diócesis Nivariense la de las Islas Occidentales, es presentada por su Obispo, Bernardo Álvarez; por el director provincial, Juan Rognoni, y por el secretario general, Ricardo Iglesias. Dentro de un detallado desglose de cifras, algunas resultan relevantes. Entre ellas, las 19.769 personas atendidas en los 17 arciprestazgos, un 22% más que en 2019. Es la media, porque debajo se esconden realidades como el sinhogarismo, que ha aumentado en un 70%, o que en algunas parroquias del sur de Tenerife, como Granadilla, los usuarios hayan sido un 80% más. Además, muchas de estas personas acudieron por primera vez a alguno de los servicios ofrecidos por Cáritas, una tendencia que, previsiblemente, se mantendrá a lo largo de este año.

En las parroquias de la provincia fueron atendidas 15.175 personas, tanto para la cobertura de sus necesidades básicas como en talleres y acciones de mejora de su calidad de vida. Otras 4.594 se beneficiaron de proyectos específicos.

El obispo Álvarez abre y cierra el acto. Dibuja una doble dimensión en Cáritas: el trabajo de acción social y la mística espiritual dentro de la Iglesia. Considera que la institución tiene como finalidad «ser el rostro del amor de Dios hacia las personas manifestado a través de los cristianos». Añade: «Su misión no es solamente una acción de servicio social, sino que revela la fuerza del amor cristiano y el deseo de la Iglesia de salir al encuentro de Jesús, presente en las personas». Resaltó que Cáritas es «una parte esencial de la Iglesia», pues «una Iglesia sin caridad no existe», y también «una institución de amor en favor de los más necesitados y vulnerables. Como la caricia y el amor de la Iglesia hacia las personas». Valora que «Cáritas da lo que pide» y reflexiona: «Queremos cambiar el mundo, pero solo lo podemos hacer con los recursos que recibimos empleados en las personas». Un espacio para la migración y los migrantes: «No sólo la africana, el 12% de la que llega a España, sino la de Europa o Latinoamérica». Destaca a los venezolanos atendidos en las parroquias. Y acaba con un recuerdo a los niños que al cumplir 18 años «se quedan en la calle e incrementan el número de personas sin hogar»

Juan Rognoni, por su parte, valora la importancia de tener la información, pero señala que hay que ir más allá de los datos fríos y encontrar a las personas vulnerables y su problemática. Insiste en que el documento, como todo, «está marcado por la pandemia y tanta gente que ha pedido una mano amiga para salir adelante. Y ahí ha estado Cáritas». Rognoni hace hincapié en que desde Cáritas se ha intentado «estar disponible y presente en todo momento, seguir realizando su misión como siempre, con naturalidad, pero adaptada a las nuevas realidades y urgencias». Indica que han colaborado «con corazón» con las administraciones «que tantas veces se han visto sobrepasadas». Afirma: «Esta dura experiencia nos impone un ejercicio serio de autocrítica y un aprendizaje que nos reoriente a trabajar hacia un modelo social mucho más justo, donde todo el conjunto de la sociedad tenga en cuenta las necesidades y los derechos de los más vulnerables».

Rognoni destaca al voluntariado, esas 853 personas –669 mujeres y 184 hombres– en los 17 arciprestazgos de la provincia, que son el pilar de la organización junto al grupo de trabajadores. En 2020 se atendió a 6.018 familias, un 16,3% más que en 2019 (5.175). La cifra de beneficiarios ascendió a 15.175, un 29,5% más en comparación con el año anterior, cuando el número se situó en 11.715. El crecimiento de usuarios ha sido exponencial en el Área Metropolitana, Icod de los Vinos o Granadilla de Abona, si bien todas las parroquias han visto aumentadas sus atenciones.

Cronificada y estructural».

Pese a la pandemia y sus graves consecuencias, la pobreza en Tenerife y en Canarias es un fenómeno «cronificado y estructural», resume Rognoni. Por ello, el director de Cáritas de Tenerife insiste en la necesidad de implementar medidas urgentes para luchar contra la exclusión social y la pobreza en el Archipiélago y en la Isla. Con un esfuerzo común de administraciones, individuos y colectivos, para hacer desaparecer los altos porcentajes de exclusión social.

El último turno de palabra corresponde al secretario general provincial de Cáritas Diocesana, Ricardo Iglesias. Insiste en la idea de «dar voz a los sin voz» dentro de un año «para repensar y reformularse». Valora que los datos esconden «personas y proyectos de vida truncados». Defiende «la dignificación en la entrega de alimentos» con una apuesta por las tarjetas de usuarios en vez del reparto directo.

Inclusión social y vivienda.

Fueron atendidas en los diferentes proyectos un total de 3.303 personas. Los siete recursos alojativos de Cáritas en la Isla sufrieron el confinamiento sin poder acoger a nadie más, para evitar contagios y proteger a los residentes. Un total de 562, 217 acogidos. Del total, 30 familias son monomarentales (mujeres solas con hijos menores). El proyecto Drago de desintoxicación se mantuvo con la atención a 228 pacientes el pasado año, mientras el Base 25, dedicado a todos los temas residenciales y de vivienda, dio asistencia a 1.544 personas. Destaca el trabajo realizado con las personas en situación de sin hogar desde la Unidad Móvil de Atención en Calle (UMAC), un proyecto que amplió los equipos de actuación de tres a seis en distintas zonas de Tenerife y en La Palma. Así, en 2020 fueron acompañadas 969 personas en situación de sin hogar, un 70% más que el año anterior. Esta realidad fue la que hizo que la entidad diocesana, con el apoyo del Cabildo y el asesoramiento metodológico de la Red de Acción e Investigación Social, llevara a cabo un diagnóstico riguroso sobre el sinhogarismo en la Isla, que fue presentado el pasado mes de abril.

Empleo.

Durante 2020 se atendieron a 1.202 personas y 268 fueron insertadas en el mercado laboral, unos datos que están muy cerca de los de condiciones normales en años anteriores. El Programa de Empleo presenta dos líneas de acción. Por un lado, 825 personas se atendieron a través del proyecto insular en red Barrios por el empleo: Juntos más fuertes y otras 377 en distintos itinerarios de inserción sociolaboral. Del total de participantes acompañados, 535 personas recibieron formación profesional y/o complementaria y esas 268 (el 23%) lograron la inserción. No obstante, las acciones para la mejora de la empleabilidad son un eje transversal de todos los programas y proyectos de la entidad, entendiendo que «el acceso al empleo es un elemento fundamental para la integración personal y familiar de las personas».

Mayores.

El trabajo de Cáritas ha sufrido un proceso duro y de adaptación, con el agravante de que durante el periodo de confinamiento y los estados de alarma de nivel 3 los centros de día han estado cerrados, lo que ha supuesto no un proceso de adaptación más radical. Los técnicos de Cáritas se han amoldado y trabajado con los mayores a través del teléfono y con las visitas y seguimientos a domicilio. En 2020 se atendieron a 89 personas, lo que supone un 19% menos que en 2019, cuando la cifra de mayores atendidos fue de 110.

Economía solidaria.

En agosto de 2016 se pusieron en marcha dos empresas para la inserción sociolaboral de los colectivos más vulnerables, 114 Espacio creativo, dedicada al diseño, las artes gráficas y el desarrollo de eventos, y Buscándome las habichuelas, especializada en la producción y comercialización de productos agropecuarios ecológicos. Ambas crecen, diversifican sus acciones y aumentan sus plantillas. Desde agosto de 2017, Buscándome las habichuelas ha iniciado una nueva línea de negocio vinculada a la ECOcina, con la elaboración de envasados, conservas y cáterin ecológico.

El perfil.

La mayoría de las personas atendidas el año pasado fueron mujeres (en torno a un 70%) y, a medida que se acerca el fin de la vida laboral, la vulnerabilidad crece. Los usuarios de entre 45 y 65 años representan casi el 60% de los beneficiarios. Cáritas plantea la «sistemática vulneración» y la «precarización de los derechos» de las personas que se atienden diariamente. El 29% de la población en Canarias (según el último informe de la Fundación Foessa) se encuentra en situación de riesgo de pobreza o exclusión social y más de 280.000 personas están desempleadas. Unas cifras que, incluso, podrían agravarse este 2021 debido a la crisis. Igualmente, la entidad constata el aumento de las personas migrantes llegadas a Canarias en situación administrativa irregular, a las que se trata de dar respuesta desde los proyectos y el Programa de Migraciones, que, de forma transversal, atiende las especificidades de este colectivo.

Ingresos y gastos.

Cáritas Diocesana también ha visto aumentar sus recursos. Tuvo unos ingresos de 6.715.294 euros de los cuales 3.223.205 euros (un 48%) procedieron de aportaciones privadas provenientes de donantes particulares, fundaciones, empresas y las colectas parroquiales del primer domingo de mes; el resto, un total de 3.492.089 euros (el 52%), procedió de recursos públicos. En este sentido, desde la entidad se agradece el esfuerzo y la colaboración de la ciudadanía en una época tan complicada.

Una visión regional.

La acción social que Cáritas ha llevado a cabo en todo el Archipiélago canario ha beneficiado en 2020 a más de 42.000 personas. De ellas, 19.796 en Tenerife y 23.136, por Cáritas Diocesana de Canarias. En esta se atendieron a 6.262 familias. Cáritas Diocesana seguirá incidiendo en la formación y el empleo decente como bases sobre las que se asientan los procesos de intervención con las personas más vulnerables.

Una frase del Papa Francisco –el documento de 96 páginas incluye algunas que invitan a la profunda reflexión– encabeza el tríptico que resume la memoria y sirve de epílogo: «Cáritas es la caricia de la madre Iglesia a su pueblo, a sus hijos; la ternura, la cercanía...».