Desde el estreno allá por 1966 en el recordado Lido San Telmo hasta su adiós en el Parque San Francisco, el festival vivió seis ediciones de una cita musical que, inspirada en San Remo y mirándose en el espejo de Benidorm, representó un escaparate abierto tanto para compositores como también para muchos artistas emergentes, además de una evidente promoción turística para la ciudad, Tenerife y Canarias.

Aquel mes de mayo de 1971, hace ahora medio siglo, se celebraba la sexta edición del Festival Internacional de la Canción del Atlántico del Puerto de la Cruz, que a la postre sería la última. Las arcas del Ayuntamiento portuense no podían sufragar por sí solas los gastos de producción y organización de un certamen de esa envergadura que, inspirado en el de San Remo y siguiendo el ritmo de la cita de otro enclave vacacional como Benidorm, representaba un escaparate para los compositores y artistas emergentes, además de una evidente promoción turística para la ciudad y la Isla.

Desde su estreno en 1966, en el recordado Lido San Telmo, hasta su adiós en 1971, en las instalaciones del Parque San Francisco –recientemente construido sobre las ruinas del convento del mismo nombre–, el festival había ido creciendo en prestigio y calidad, promocionando año tras año al Puerto de la Cruz y a la Isla a escala nacional e internacional. No en vano, de esta cita surgió en 1968 uno de los mejores eslóganes turísticos que se recuerdan, el de aquel estribillo que decía Tenerife tiene seguro de sol, parte de la letra del tema El hombre del tiempo, interpretado por el trío Los Mismos, que mereció el primer premio.

En aquella edición de 1971, actuando como presentadores los periodistas Raúl Matas e Isabel Bauzá, se seleccionaron siete propuestas españolas, a las que se sumaron las de países como Argentina, Bélgica, Grecia, Finlandia, Inglaterra, Alemania, Holanda, Portugal, Francia, Venezuela, Italia, Puerto Rico y EEUU. La dirección musical fue cosa del maestro Rafael Ibarbia y el jurado lo formaban Leocadio R. Machado; José María Quero; Juan Van Hallen; Juan de Rojas Mora; el director de EL DÍA, Ernesto Salcedo Vilchez; el periodista de La Tarde, Alfonso García Ramos; Sebastián Miranda Padrón, Carmelo Martínez y la miss Noelia Afonso Cabrera. Con un precio de 4 pesetas la entrada, el Parque San Francisco vivió llenos durante las tres jornadas. Se calcula que unas 3.000 personas asistieron en directo a las galas.

Tony Ronald y su Help.

El jurado decidió conceder el primer premio a la canción holandesa Help (Get me somehelp), compuesta por Juan Pardo e interpretada por Tony Ronald, que recibió el Peñón de Oro y 100.000 pesetas, además del Premio de la Crítica. El segundo recayó en Je ne peux le rayer, cuyo autor e intérprete era Daniel Tomey, quien recibió el Peñón de Plata y 60.000 pesetas. Un joven y prometedor Camilo Sesto, cantando Mendigo de pan, se alzaba con el tercer premio, Peñón de Bronce y 35.000 pesetas. Otras distinciones se entregaron a diversos intérpretes.

El papel difusor de la televisión.

Recién instalada en Canarias, TVE amplificó hacia el exterior la señal del festival portuense, celebrado los días 20, 21 y 22 de mayo de 1971. Con el despliegue de cuatro cámaras, la televisión pública emitió en la primera jornada media hora de aquel acontecimiento musical, además de realizar el programa Buenas tardes desde la costa de Martiánez, proyectándolo para toda España vía satélite, y entrevistas a celebridades del momento como la cantante italiana Rita Pavone, las españolas Mari Trini y Karina o el maestro Rafael Ibarbia, entre otros. En la segunda jornada se hicieron diferentes conexiones y en la tercera, la gran final, se emitieron en directo para la Península, a las 00:55 horas, los quince últimos minutos de la gala que coronaba al holandés Tony Ronald como gran triunfador de la noche. Además asistieron numerosos medios escritos de ámbito nacional e internacional que dieron mayor realce al espectáculo.

Nino Bravo y Noelia Afonso.

Nino Bravo se había casado el 20 de abril de aquel año, casi en secreto, con María Amparo Martínez y su presencia como artista invítado lo aprovechó la pareja para vivir su luna de miel en Tenerife. El valenciano puso el broche a la primera gala interpretando Como todos, Voy buscando y Puerta de amor. Entonces desconocía que iba a coincidir con una musa, la tinerfeña Noelia Afonso Cabrera, Miss España 1969 y Miss Europa 1970, miembro del jurado del festival y cuya belleza cautivó al músico Augusto Algueró. De aquella inspiración surgió la composición romántica Noelia (1972), que con letra de Antonio Guijarro brilló en la voz del mítico Nino Bravo, convirtiéndose en uno de sus temas de mayor fama.

Miguel Ríos, Mari Trini y sus cositas.

Entre las actuaciones estelares figuraban también artistas ya consagrados, como era el caso de Mari Trini y Miguel Ríos. Ella interpretó Mañana, Un hombre marchó y Cuando me acaricias. El granadino ofreció un interesante repertorio, en el que faltó el Himno de la alegría, polémica adaptación de la Novena de Beethoven. El cronista de EL DÍA, Enrique Martín Braun, se preguntó si era «un cantante de laboratorio» que al verse sin el apoyo de Waldo de los Ríos y de la gran orquesta de su firma discográfica «se sintió vacío». El periodista relató que ambos artistas exigieron contratos especiales para autorizar la retransmisión por televisión.

Un inesperado final.

Tras el éxito de aquella sexta edición, que algunos consideraron apoteósico y sensacional, el festival ya había alcanzado cierto grado de madurez. Lo cierto es que pese a que desde la Corporación municipal se estaba planteando una nueva edición para el año siguiente nunca se llegaron a materializar las ayudas necesarias y, finalmente, todo quedó en un canto de sirenas.