El pasado 22 de abril se cumplieron 120 años del natalicio de Antonio Juan Montes Bautista, uno de los personajes más destacados en la historia de la Villa de San Juan de la Rambla. Tuvo un papel vinculante, primero como concejal y luego como alcalde, aunque solo ejerció siete meses. Período durante el cual se convirtió en un político de enorme prestigio, ampliamente reconocido y respetado y que, propició un hecho destacadísimo en Canarias, en diciembre de 1935, al convocar una Asamblea Regional de Municipios de Canarias en defensa de la agricultura y de la economía canaria.

Antonio Montes tuvo varias iniciativas personales en busca del beneficio común de los rambleros, sin recibir nada a cambio e incluso aún a riesgo de perder su propia vida. Emigró a Cuba donde ejerció como periodista en el diario cubano La Discusión, pero su pasión por su pueblo y sus ideales de izquierda le llevan a ser elegido concejal en las elecciones locales del 31 de mayo de 1931, con 230 votos, con el partido Agrupación de Izquierda Republicana. Más tarde fue elegido alcalde por unanimidad, el 4 de agosto de 1935, tras la renuncia de Francisco Oramas.

Montes tuvo una dedicación plena en favor de su amada Villa y, a pesar de su ideología política, lo apodaron el rojo, su afán por conseguir la igualdad y el bienestar de los vecinos, superó cualquier tipo de acoso individual. Tuvo iniciativas tan destacadas como la apertura del matadero municipal, una biblioteca, la mejora de la educación y las actividades culturales, sus gestiones para la conexión de la carretera que uniera el municipio, la consecución de 60 pipas de agua de la Galería Fuente de Pedro o la instalación de chorros para abastecer de agua a diversos barrios que carecían de este bien. Asimismo realizó la encuadernación de los libros de actas municipales. Fue distinguido en dos ocasiones por el denominado voto de gracia en agradecimiento a su destacada labor, y fundó la Unión General de Agricultores de San Juan de la Rambla.

No todo fue satisfactorio en la vida de nuestro protagonista, pues con el estallido de la Guerra Civil fue detenido y encarcelado, momento en el que algunos familiares le negaron el vínculo consanguíneo al ser detenido. Pasó por a prisión de Fyffes, en Santa Cruz, con más de un millar de presos en condiciones deplorables. Se salvó de ser fusilado gracias al cura que lo iba a confesar, que le reconoció al haber asistido a las famosas fiestas del Carmen en su municipio donde Antonio Montes fue presidente, y procuró su liberación. Falleció en Venezuela en 1961, si bien sus cenizas reposan en el antiguo Cementerio de San Juan de la Rambla.

Antonio Montes propuso como alcalde, con el respaldo unánime de la corporación, llevar a cabo la Asamblea Regional de Municipios Canarios para la defensa de la agricultura y la economía regional, que se celebró el 8 de diciembre de 1935, en la Sociedad Económica de Amigos del País de La Laguna. Este hecho novedoso, pues nunca se había realizado algo similar, merece ser recordado y fue realidad gracias al empeño de Antonio Montes, que consiguió hacer esfuerzo común en defensa de la problemática situación agrícola y económica que afectaba gravemente a Canarias.

Los medios de comunicación de la época, ofrecieron amplia cobertura informativa con grandes titulares de prensa, destacando de su discurso lo siguiente: “Me movió a convocar esta Asamblea, los cuatro años que llevamos de pura discordia en nuestro problema económico-agrícola-comercial. El país, antes de esa fecha, desconocía por completo los múltiples y misteriosos negocios que se hacían a espaldas del agricultor; hoy el país los conoce todos (…) Yo, animado de la mejor buena voluntad, he laborado en la defensa de la agricultura y economía regional, con un sólo propósito: salvar a nuestro país de la ruina en que se halla (…) Todo esto afectaba a los municipios canarios, y como alcalde presidente de la Villa de San Juan de la Rambla (…) con la debida dignidad y también con el mayor respeto, debemos decirle al Gobierno: Canarias merece otro trato, queremos ser oídos y atendidos y los Municipios canarios aquí reunidos sólo piden atención y justicia”.

La Mesa de la Asamblea estuvo presidida por José Méndez (Hermigua), siendo secretario Sixto Machado (Arico) y como vocales, Juan Padrón (Las Palmas y Moya) y Rafael Díaz (Frontera). La propuesta de Montes, que fue aprobada por la asamblea, solicitaba al Estado un crédito de 20 millones de pesetas; la sindicación forzosa y la federación de sindicatos. Respecto al reajuste de gastos, principalmente en lo relacionado con los fletes, se produjo una amplia discusión por el beneficio hacia Fernando Poo y Guinea en detrimento de Canarias. Finalmente, de forma unánime se acordó enviar “un telegrama de protesta contra los subidos fletes de las compañías subvencionadas por el Estado, protestando también que se nos considere como españoles de cuarta categoría”. La Asamblea encargó esta labor a Antonio Montes, que envió un telegrama al Gobierno español en el que decía: ”Mientras en España se limita el cultivo de caña dulce y remolacha a fin evitar perjuicios a algunas provincias; se fomente cultivo plátanos en Fernando Poo y Guinea, con manifiesto perjuicio para esta región, tan española como la más, concediendo mismo flete que a Canarias con recorrido cuatro veces mayor en una compañía subvencionada por el Estado, y cuya subvención, como españoles, contribuimos a pagar”.

Este es un sencillo homenaje a la memoria de un buen hombre, ramblero y del mundo, Antonio Montes, que amó a su tierra y la defendió como el que más, buscando el porvenir de sus paisanos, por lo que merece ser recordado como uno de los líderes políticos más importantes en la historia de Canarias, por su defensa de la agricultura.