“El primer espacio de trabajo social integral en Canarias”. Así anuncia la consejería de Participación Ciudadana y Diversidad del Cabildo el renovado espacio reservado en el barrio del Perú de Santa Cruz para el encuentro de aquellos que han tomado la decisión de emprender un camino: fortalecer la sociedad civil a través de su entrega solidaria organizada. Un punto de entendimiento a desarrollar en un espacio dotado de la tecnología más avanzada. 

Las obras del nuevo centro insular de entidades de voluntariado concluirán este año. Así lo anuncian desde la Consejería de Participación Ciudadana y Diversidad del Cabildo. Además, adelantan que “el primer espacio de trabajo social integral de Canarias” pretende convertirse en la referencia donde encontrarse, dialogar y trabajar en red. El presidente de la Corporación Insular, Pedro Martín, ha visitado las obras de rehabilitación del edificio, ubicado en la calle Juan Rumeu, del barrio del Perú, en la capital tinerfeña, que se encuentran en su fase final. Resta la licitación para dotar del mobiliario a la que será la mayor superficie de coworking social del Archipiélago, impulsada, además, por una institución pública

El consejero delegado de Participación Ciudadana y Diversidad, Nauzet Gugliotta, adelanta que el recurso contará con 266 plazas en total. Asimismo será fundamental para el trabajo colaborativo de las organizaciones adscritas al programa Tenerife Isla Solidaria, gestionado por Sinpromi.

Promoción del voluntariado; asesoramiento a las asociaciones; formación y acciones de infraestructura. Son las actividades principales de un centro que en su día fue santo y seña para la Isla y que, desde el Cabildo se pretende que vuelva a serlo pero con el añadido de las nuevas tecnologías como herramienta fundamental.

Durante este algo más de un año de pandemia el tejido solidario de la Isla ha aumentado. Así, en 2020, un total de 314 personas se han acercado al organizado hasta alcanzar un registro de 4.339 voluntarios. En cuanto a entidades han crecido en 49 respecto a 2019 hasta llegar a las 539.

Un referente

Pedro Martín valora el nuevo centro insular como “un referente para el funcionamiento y coordinación de las entidades sociales”. Basa lo que argumenta en que “dispondrán de un espacio totalmente innovador, con diversas entradas de luz natural y afines a las nuevas maneras de trabajo colaborativo que les permitirán aunar esfuerzos y optimizar su trabajo”.

Martín ha visitado el edificio en compañía del consejero delegado del área, Nauzet Gugliotta, quien pudo mostrarle la distribución y el funcionamiento del que será lugar de encuentro para todos los colectivos adheridos al programa Tenerife Isla Solidaria, gestionado por Sinpromi, cuya actividad se ha visto notablemente incrementada durante el último año y medio.

La edificación, construida a mediados del siglo XX, se ha convertido ahora en una infraestructura accesible y sostenible. La inversión ha ascendido a 1,1 millones de euros en un inmueble de cinco plantas en el que prima la sostenibilidad, el uso de materiales reciclados y utilizado desde la eficacia arquitectónica y la eficiencia medioambiental”. El Centro Insular de Voluntariado está ubicado en la Calle Juan Rumeu García nº 28, en Santa Cruz. Es un edificio de 1.200 metros cuadrados, distribuidos en cinco plantas. Fue puesto en marcha en el año 2000 con una distribución que, en base a la arquitectura del edificio, se basaba en oficinas donde tenían su sede una treintena de entidades y un aforo de 169 personas. A partir de su reapertura, el aforo post covid (sin restricciones) será de cien más.

Dispondrá de un total de 42 puestos de trabajo rotatorios, un salón polivalente con 44 plazas, que se podrá dividir en dos, si es necesario, cinco salas de uso común y seis boxes para atenciones de mayor privacidad de entre tres y cuatro plazas. Además, se incluye una sala de exposiciones.

Pedro Martín valora: “Los esfuerzos para vertebrar socialmente una comunidad no pueden ser solo los de las instituciones públicas. Necesitamos a los colectivos porque nos permiten llevar a cabo estrategias que lleguen a las personas que lo necesitan. Y para eso es clave un lugar en condiciones”.

El presidente ha recibido las explicaciones del proyecto por parte de la arquitecta, Silvia Buján; el arquitecto técnico, José Julián Pérez y la ingeniera industrial, María Goretti López, así como del personal de la empresa que ejecuta la obra.

Por su parte, Gugliotta asegura: “Se trata de un recurso que, ahora más que nunca, será de gran utilidad para las entidades adscritas al programa Tenerife Isla Solidaria. Les permitirá trabajar en red y fomentar el trabajo colaborativo”.

Pedro Martín pudo comprobar también que el edificio contará con pavimentos reciclados de plásticos y vertidos al mar. Además, se han ampliado las ventanas para contar con más luz natural y evitar gastos innecesarios de energía. Y se han colocado placas fotovoltaicas para que, en lo posible, el consumo energético proceda de energías renovables.

El objetivo es que el edificio refleje una manera de entender la nueva arquitectura sostenible. Es la casa del voluntario. La de siempre, pero en el siglo XXI.