La pandemia del coronavirus y sus efectos han dejado sin trabajo a los 118 guías turísticos habilitados en la Isla. No hay casi turistas y prácticamente nadie a quien guiar. Laura Bethencourt Yanes representa en este sentido un doble perfil. Por un lado, como profesional capea la crisis igual que sus compañeros. Por otra parte, en su condición de presidenta de la Asociación Profesional de Guías de Turismo de Tenerife, trabaja para aliviar la crítica coyuntura y, a nivel estructural, por mejorar las condiciones laborales en la era post Covid-19.

Los guías fueron de los primeros colectivos en sufrir el impacto. Las cancelaciones de grupos llegaron ya desde hace un año, en febrero de 2020, antes de la declaración del estado de alarma el 13 de marzo. Ahí se paró la actividad hasta la fecha. El pasado 21 de febrero celebraron un triste Día Mundial que coincide con la fundación de la Federación de Guías Profesionales de Turismo en 1985.

Laura establece que “la gran mayoría, al menos un 70%, no ha tenido la oportunidad de trabajar en ya más de once meses”. Dependen de las grandes agencias que realizan las excursiones en guagua. Con el levantamiento de las restricciones en verano algunos guías pudieron trabajar aunque de unas veinte excursiones al mes eran afortunados si llegaban a tres. Sólo los que disponen de vehículo con autorización –guías que también trabajan con turismo activo– han podido, “con suerte”, realizar alguna excursión con grupos reducidos. Principalmente familias nacionales, en busca de una burbuja de protección contra la pandemia. Las nuevas medidas han derivado de nuevo una actividad casi nula.

Laura explica que “hemos cumplido en este tiempo con nuestras obligaciones, ya que la práctica totalidad de los guías ejercemos como autónomos”. Han tenido que abonar el pago de la cuota –entre 287 y 350 euros al mes los que menos– sin olvidar otros gastos, incluida la formación, “que hemos mantenido”, apunta.

Ella ha hecho un poco de todo para sobrevivir. Natural de El Escobonal, en Güímar, “un orgullo” ha ayudado en el trabajo del campo. Como guía ha ganado en todos estos meses apenas 500 euros, Ama su trabajo al que llegó por un cúmulo de casualidades tras estudiar Empresariales, carrera que nunca ejerció. Rechaza un intrusismo que lleva a barbaridades como decir que “Santa Cruz vivía de las minas de carbón”. O “a arriesgar a los turistas al borde de un precipicio en Masca”. Esto, insiste “hay que regularlo, vigilarlo y sancionarlo”. Porque valora que “no se puede permitir que el intrusismo se instale y de una mala imagen de la Isla”. Recuerda a la población local que “no se quiere lo que no se conoce”.

Los guías han tenido problemas para el reconocimiento del cese de actividad aunque se les ha admitido. Eso, indica Laura, “nos permitió el acceso a la ayuda estatal de 930 euros. Si le quitamos el gasto fijo del autónomo nos quedan 600 al mes para el resto”.

Consideran escaso el apoyo del Gobierno de Canarias, un pago único de 424,98 euros. El Cabildo de Tenerife “sólo ha concedido ayuda a uno de nuestros 118 asociados”. Y desde los ayuntamientos “el acceso a las ayudas es incluso más dispar”. Las expectativas no son buenas tras más de once meses sin trabajo y gran parte del colectivo está en situación crítica.

“Quienes vivimos este trabajo con pasión”, valora Laura, “queremos tener la oportunidad de transmitir de nuevo nuestros conocimientos y hemos seguido formándonos”. Lanza un SOS porque “para que nuestra profesión no desaparezca necesitamos que las administraciones nos ayuden”.

Ellos son la primera imagen de la Isla y tienen un papel que jugar en la recuperación del sector. Su perfil ha evolucionado desde los comienzos hace más de un siglo hasta hoy. Con parada en figuras como José Bethencourt, Pepe el Moño, quien recibiera el primer reconocimiento oficial de la profesión en 1933 como Guía Oficial de las Cañadas del Teide. Laura –de formación francesa tras una etapa en su querido La Rochelle– estudia a fondo los fundamentos de la cultura o la historia de cada lugar. Siempre se forma para ejercer la profesión que le apasiona.

Una propuesta: ‘¡Conoce tu casa!’

El grupo nacionalista en el Cabildo solicita el lunes en el pleno “una línea especial de ayudas para los guías profesionales turísticos de la Isla”. Además se hace eco de su propuesta de hacer rutas por los municipios destinados a la población local bajo el lema “¡Conoce tu casa!”. Reactivar su trabajo y poner en valor la figura del guía turístico para ofrecer al ciudadano la posibilidad de conocer los valores patrimoniales de la Isla, además de favorecer el desarrollo de la economía local. Esa es la idea de la propuesta. CC-PNC solicita un convenio de colaboración con la Asociación Profesional de Guías de Turismo (Tenerife APIT) para impulsar un programa de bonos a través del cual se ofrezcan a los 31 ayuntamientos de la Isla servicios prestados por los guías oficiales a la ciudadanía. Asimismo se pide la subvención de al menos 40.000 euros para llevar a cabo el programa.