La almendra sigue vinculada al municipio como parte de sus reclamos turísticos. Con el declive del invierno, cada año -ni la pandemia pudo con ella- tiene lugar la ruta del almendro en flor. Caminatas entre cientos de ejemplares en plena floración y en contraste con la lava del último volcán tinerfeño.

Santiago del Teide es uno de esos lugares que no requieren excusas para retornar una y otra vez. A sus valores tradicionales de sol y playa incorpora una gastronomía al alza y recursos naturales que van más allá de su acantilado y del volcán Chinyero. Es el caso de los almendros en flor. Son centenares los que comienzan su floración en enero y febrero dando lugar a un espectáculo natural único. En este tiempo de pandemia, la vida sigue abriéndose camino en un paisaje de lava que conforma la Reserva Natural Especial del citado Chinyero, cuya erupción tuvo lugar en 1909. La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de esta Villa Histórica del Suroeste convoca cada año a la ciudadanía a conocer, pasear y valorar este enclave a través de un ambicioso programa que aporta itinerarios y actividades: Las rutas del almendro en flor.

La de ayer fue la tercera jornada de este programa que reunió a centenares de caminantes, reservada para las familias. Por ello, el recorrido tuvo una dificultad baja partiendo de la plaza de Santiago del Teide, la del Ayuntamiento, y de la iglesia, por cuya calle trasera (Placeta) se avanza hasta la carretera TF-82 y el desvío situado a la derecha. Medio kilómetro después, otra vez a la derecha, comienza un camino de unos 800 metros de longitud que lleva al caminante hasta un sendero. A partir de ahí, la ruta sigue entre almendros en flor. Dos kilómetros más adelante (todo recto, sin apartarse por cualquier otra senda), se alcanza el punto en el que se detuvo la lava del Chinyero que discurría hacia el caso urbano. La ruta sigue por la derecha bordeando la montaña de Bilma hasta descender hasta donde se detuvo la lengua del Chinyero hacia Las Manchas. En este barrio, los caminantes transitan por las calles Los Laureles y Los Manolos hasta la pista que sirve de bajada hacia un sendero empedrado que, situado a la izquierda, forma una subida hasta bordear la montaña de La Hoya. Desde aquí, a Tamaimo y a Arguayo, destino de la ruta del almendro en flor.

“Esto es sencillo”, comienza Miguel Gómez en los primeros metros de esta caminata en un día que “satisface respirar este aire y ver este espectáculo de la naturaleza”. El tono blanco y rosáceo de las flores de este árbol, su simetría, sus cinco pétalos y los pistilos amarillos hacen que haya quien la considere “perfecta”. En Bilma, María Ruiz –procede de Icod– deja caer alguna “lágrima de recuerdo” al rememorar una visita anterior, “hace 12 años”, con su padre.

En esta ruta familiar son varios los grupos que realizan el recorrido sin mostrar cansancio. De edades heterogéneas, alguna pareja se hace acompañar de su mascota, algunos se sirven de bastones de trekking y todos se paran cada pocos metros para garantizar el recuerdo a modo de fotografía, incluso con el Teide al fondo.

Jonathan Rodríguez llegó a Santiago del Teide desde Granadilla de Abona a realizar esta ruta por primera vez. “Envidiaba estar aquí y este año la quise hacer con Andrea, mi bebé de 15 meses”, aseguraba al inicio del recorrido, en el que disfrutaron juntos “de esta naturaleza en este entorno de Santiago del Teide”.

Guiadas

Los sábados tienen lugar las rutas guiadas en el marco del programa municipal Almendros en flor. Emilio Navarro, el alcalde de Santiago del Teide, es un firme defensor de esta iniciativa “que forma parte de nuestra cultura y que pone en valor elementos que están en la esencia de este municipio”. Al tiempo, el regidor sostiene que “nos acerca a nuestra historia a través de la almendra, un producto que tuvo muchísima importancia en la economía de generaciones, y del Chinyero, que no cesa de aportar al desarrollo del municipio como parte fundamental de su paisaje”.

En la ruta de ayer, Mariano llegó al casco urbano santiagués desde Fasnia y lo hizo acompañado con toda la familia. “Aquí estamos para pasarlo bien. Queremos hacer la ruta, conocer este lugar, ver cómo es el almendro en flor y que nos cuenten un poquito”.

La próxima semana toca un sábado de caminata entre los almendros en flor “sin barreras”, con un diseño de ruta de dificultad media-baja con el propósito de que quien quiera pueda disfrutar de este espectáculo de la naturaleza sea cual sea su condición física. “La ruta es una oportunidad fantástica para disfrutar con mis compañeros de la naturaleza en estos tiempos tan complicados y conocer un paraje reservado al que no había acudido hasta el momento”. Así resumió Bianca Cerván su experiencia de ayer en Santiago del Teide, a donde Marco Antonio Rodríguez también llegó desde Granadilla, con su hijo, su esposa y un grupo de amigos hasta completar un equipo de 11 caminantes “que disfrutamos de este día, del municipio y de esta ruta espectacular”.

Todos recomiendan no solo repetir, sino que llaman a acudir “a vivir momentos inolvidables. La naturaleza nos deja regalos como este. Yo lo he vivido varias veces y nunca ha sido igual. Este espectáculo no se repite”. El 14 de febrero, la ruta del almendro “lovers”.