El descorche de los vinos y la celebración de la víspera de San Andrés marcan la apertura de las bodegas y dan paso a la reflexión sobre la producción vitivinícola que han registrado las diferentes denominaciones de origen de Tenerife. Según los datos facilitados desde la Consejería de Agricultura del Cabildo Insular, departamento que lidera Javier Parrilla, los cinco consejos reguladores -a excepción de la denominación de origen protegida Islas Canarias- registraron un descenso de más de mil toneladas de uva recolectada respecto a la campaña de 2018.

En total, las denominaciones de origen de las comarcas Tacoronte-Acentejo, Valle de La Orotava, Ycoden-Daute-Isora y Valle de Güímar recogieron este año 2.989.424 kilos de uva frente a los 4.220.840 del año pasado, lo que supone un descenso porcentual de casi treinta puntos. Los datos son contundentes: en las cinco comarcas desciende la producción, tanto de uva blanca como negra. La única excepción, la D. O. Valle de Güímar, que incrementa de forma muy leve (0,16%) el cultivo de uva respecto al año anterior.

Mala campaña de uva blanca

Al comparar los datos por variedades, la merma se ha cebado en el tipo de uva blanca, con una disminución de un 37,40 por ciento sobre los 2.092.945 kilos recolectados el año pasado.

Especial incidencia en la caída de producción se registra en la D. O. Ycoden-Daude-Isora, donde se ha perdido más de la mitad cosecha de uva que se recolectó hace un año. De los 303.564 kilos de uva se pasó a 132.588. Mientras, la D.O. Valle de Güímar es el consejo regulador que sortea mejor la caída en uva recolectada, al perder solo un 8,15 por ciento respecto a los 327.722 kilos del año pasado.

Este baile de números no cambia el ránking de producción de uva registrada por los cinco consejos reguladores tradicionales de Tenerife, que lidera Abona, seguido de Valle de Güímar, Valle de La Orotava, Ycoden-Daute-Isora y Tacoronte-Acentejo, siempre a falta de incluir los datos de la Denominación de Origen Protegida Islas Canarias en Tenerife.

Mientras la D. O. Abona registra los mejores datos de recogida de uva blanca, en variedad negra mantiene el predominio la D.O. Tacoronte-Acentejo. En este cultivo el descenso es más de quince puntos menos que en uva blanca. Así, en datos totales, el año pasado se recogieron 2.127.895 kilos de uva blanca frente a los 1.679.338 de la que acaba de concluir.

Valle de Güímar, la excepción

La D.O. Valle de Güímar pasa de puntillas por el descenso de la recolección y se convierte en la excepción, al ser el único consejo regulador que mejora los datos respecto a la campaña anterior, aunque con solo 90 kilos más sobre los 118.342 que se recolectaron en la vendimia del curso 2020.

La pérdida de uva negra se ceba con la D.O. Abona, respecto a la campaña anterior, al registrar una caída de casi treinta puntos porcentuales sobre los 441.259 kilos que recogió el año anterior. En esta variedad, Tacoronte-Acentejo mantiene el liderazgo entre los cinco consejos reguladores, si bien ahora la D. O. La Orotava es el segundo en recolección de uva negra seguida de la D.O. Abona, D.O. Valle de Güímar y D.O. Ycoden-Daute Isora.

En términos globales, se estrecha la diferencia que existía hasta el año pasado en cuando a kilos de uva recogidas por la D.O. Abona y la D.O. Tacoronte-Acentejo. El consejo regulador de la comarca sur se mantiene líder en producción de las dos variedades, si bien con una exigua ventaja de menos de 80.000 kilos frente a los 283.000 kilos de la campaña anterior.

El consejo regulador de la D.O. Valle de Güímar registra los mejores datos totales de la vendimia de este año, si bien acumula un descenso de casi un 6% en total por la merma que encaja por uva blanca. Los peores datos de la campaña corresponden a la D.O. Ycoden-Daute-Isora, con la pérdida de un 43,5% en la producción de las dos variedades de uvas, seguido de Abona (-35,34%), La Orotava (-29,92) y Tacoronte (-26,47).

El porqué de los malos datos

Desde la Consejería Insular de Agricultura se explica que el descenso en la producción registrado en esta campaña se debe a fenómenos climáticos adversos. "A la falta de crío en invierno, que ha afectado a la brotación de la viña, disminuyendo el número de racmos, se suma la falta de agua en momentos críticos y, en general, en un cómputo total menor a la necesidad para obtener una buena cosecha".

Añade que "la pérdida de superficie cultivada que se viene observando en los últimos años por sustitución del cultivo o abandono es otro factor determinante en la disminución de la cosecha".

Las mismas fuentes consultas explicaron que la disminución en los kilos de uva recolectados en la vendimia de este curso no se traduce en un descenso de la calidad. Antes bien, aseguran que, aunque haya menos vinos, garantizan la mejor calidad de la nueva temporada de los caldos que distinguen a la producción vitivinícola que se registra en la Isla de Tenerife, según datos aportados por la Consejería Insular de Agricultura.