Aragón

La jueza deja en libertad al monitor de esquí detenido por abusar de un grupo de niñas de excursión en Candanchú

La magistrada titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Jaca establece una orden de alejamiento

Juzgados de Jaca.

Juzgados de Jaca. / EP

L. M. G.

Libertad provisional con orden de alejamiento con respecto a las menores denunciantes de los abusos sexuales. Esa es la decisión acordada por la magistrada titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Jaca con respecto a M. R. G., el joven monitor de esquí que fue detenido por haber realizado tocamientos a un grupo de niñas que estaban disfrutando de la semana blanca en Candanchú. La ausencia de antecedentes, que no se aprecia riesgo de fuga y que la Fiscalía no pidió cárcel, pesaron en la decisión de la jueza de guardia.

Aunque ante la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Huesca el joven de 25 años decidió acogerse a su derecho a no declarar, pues desconocía los pormenores de la investigación, este viernes sí lo hizo, asistido por la abogada Cristina Rustarazo, ante una magistrada que recibió un atestado en el que aparecen las declaraciones de las ocho jóvenes que interpusieron la denuncia, quienes relataron que llegaron a sentir miedo al despertarse con el ahora detenido dentro de sus camas.

En concreto, la instructora prohíbe al investigado acercarse a cada una de las ocho menores a menos de 500 metros de su lugar de residencia, o cualquier lugar en que se encuentren, así como comunicar con cada una de ellas por cualquier medio. Determina además, la prohibición de acercarse al lugar de residencia de las menores y le prohíbe el ejercicio de su profesión u oficio, sea o no retribuido, siempre que conlleve un contacto con menores de edad.

La forma en la que, presuntamente, M. R. G., de 25 años y de origen español, daba los buenos días a las chicas de 13 años que se alojaron en el edificio Collarada del albergue Villanúa (cuya dirección emitió un comunicado asegurando que el sospechoso no tiene ninguna relación laboral con este establecimiento) atemorizó a las menores. Para evitarlo, según explicaron, llegaron a programar sus alarmas con 15 minutos de antelación para evitar semejante sobresalto por parte del sospechoso, según adelantó EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del grupo Prensa Ibérica. De esta forma evitaban que el joven se metiera debajo de las sábanas y las manoseara ya de paso con la excusa de que abrieran los ojos porque había que bajar a desayunar.

Pero no fue el único episodio que las menores relataron a los agentes, pues todo comenzó desde el minuto uno cuando los escolares descendieron del autobús tras un largo viaje entre Zaragoza y este albergue situado a tan sólo 12 kilómetros de Jaca y a 16 de Astún y Candanchú. Al parecer, M. R. G. se mostró especialmente cercano con una de las chicas que físicamente estaba más desarrollada. Se llevó buena parte de los piropos, aunque no fue la única, tal y como relataron las propias denunciantes asistidas por Cristina Martínez Bellido, la abogada designada por el Instituto Aragonés de la Mujer (IAM) para el asesoramiento jurídico. Este organismo también dispuso de su equipo de atención psicológica.

El grupo escolar llegó el martes y tras recorrer tantos kilómetros, el arrestado propuso a los profesores que se fueran a descansar y que él asumía la vigilancia y el ocio tras acabar la cena. No podían imaginarse los docentes lo que en realidad iba a pasar, según relataron las jóvenes.

M. R. G. les propuso, supuestamente, jugar a la manta. Una adaptación del conocido como el juego de las prendas y poco apto para menores. Este trata de ir desnudándose ante las preguntas erróneas del resto de participantes. Su víctima fue, al parecer, un chico que llegó a quedarse en calzoncillos; llegando a insistir el arrestado, supuestamente, que continuara el juego hasta que se quedara completamente sin nada.

El colegio al que pertenecían las denunciantes había contratado el pack completo de la semana de la nieve. Este versaba en que el grupo cuenta con un monitor las 24 horas. Está en pistas, esquía con el grupo, gestiona cuestiones de la semana y, además, realiza un programa de actividades de ocio y tiempo libre tras el esquí. La empresa contratada lo hacía en Candanchú. 

Con la entrada en vigor de la Ley de Garantía de la Libertad Sexual, conocida como del solo sí es sí, los hechos que está investigando la Guardia Civil dirigidos por la jueza de Jaca ya no se circunscriben en el delito de abusos sexuales, sino en el de agresión sexual. El Código Penal señala que el que realice actos de carácter sexual con un menor de 16 años será castigado con la pena de prisión de dos a seis años.