En un intento por abordar los desafíos asociados con la edad y garantizar la seguridad vial, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha implementado cambios significativos en la renovación del carnet de conducir a partir de los 65 años.

Antes del año 2009, el carné de conducir (clase B) se renovaba cada 10 años hasta los 45 años, después cada cinco años hasta los 70, y a partir de ahí, cada dos años. Actualmente, la renovación se realiza cada 10 años hasta los 65 años, momento a partir del cual se reduce a una vigencia de cinco años.

El nuevo enfoque busca mantener una evaluación constante de la capacidad de conducción de los individuos, independientemente de su edad. No hay un límite de edad para seguir conduciendo, pero a medida que se envejece, se intensifican las revisiones médicas y de aptitud para garantizar la seguridad en la carretera.

Los pasos para renovar el permiso de conducir a partir de los 65 años incluyen acudir a un Centro de Reconocimiento de Conductores autorizado, donde se realiza un reconocimiento médico. El costo del reconocimiento y la tasa de tráfico es de unos 24,58 euros, y para aquellos mayores de 70 años, este servicio es gratuito. Al completar el trámite, se emite un permiso provisional que permite circular hasta la recepción del documento definitivo, aproximadamente un mes y medio después.

Problemas de salud

La DGT ha identificado una serie de problemas de salud que podrían afectar la vigencia del carnet, incluyendo rigidez en músculos y articulaciones, disminución de reflejos, dificultades de visión, problemas de audición, entre otros. Estos aspectos se tienen en cuenta durante el reconocimiento médico, y podrían resultar en una reducción en los periodos de renovación de hasta dos años.

Con estos cambios, la DGT pretende no solo garantizar la seguridad en las carreteras, sino también fomentar una mayor conciencia sobre la importancia de la salud y la capacidad física y mental en la conducción.