La ciencia pide a los barcos pisar el freno para reducir el ruido submarino

Investigadores de nueve países analizan en Plocan, dentro del proyecto europeo Saturn, las mejores soluciones contra la contaminación acústica en los océanos

Miembros del consorcio científico del proyecto europeo Saturn en el que participa Plocan, en la capital grancanaria. | | E.D.

Miembros del consorcio científico del proyecto europeo Saturn en el que participa Plocan, en la capital grancanaria. | | E.D. / María Jesús Hernández

Sólo con reducir un 20% la velocidad de los barcos se conseguiría disminuir de forma considerable el ruido que contamina la biodiversidad marina y que afecta a todas las especies. Esta es una de las conclusiones del proyecto europeo Saturm, que esta semana reúne en Plocan -Plataforma Oceánica de Canarias-, a científicos de 20 instituciones de nueves países europeos, «comprometidos a conseguir las mejores soluciones para reducir el ruido submarino».

El objetivo de esta iniciativa es cuantificar el ruido que crea cada barco, el riesgo para los animales marinos, y buscar fórmulas para reducirlo, según afirmaron los investigadores Gerry Sutton, coordinador del estudio y miembro del University College Cork (UCC), de Irlanda; José Antonio Díaz, de Plocan; y el líder de estandarización, Michael Ainslie, de la Consultoría científica alemana, especializada en evaluaciones de ruido submarino, Jasco Applied Sciencies.

Además de rebajar la velocidad de los barcos, «principales agentes de contaminación acústica marina», los científicos proponen el cambio de diseño de las hélices de las embarcaciones, para reducir la cantidad de cavitación o de burbujas que generan. «Cuando se mueven las propelas producen burbujas que al explotar hacen ruido. Simplemente cambiando el diseño, hay menos burbujas y, por consiguiente, disminuye el ruido que afecta a las especies marinas», indicó José Antonio Díaz, miembro del consorcio Saturn que integra a expertos en bioacústica, biología de poblaciones, biología de mamíferos marinos, peces e invertebrados, arquitectura e ingeniería marítimas, transporte marítimo, política marítima y comunicación científica, para investigar los ruidos subacuáticos de una forma inclusiva y transdisciplinar, que afecta a la salud del conjunto de las poblaciones marinas.

«En el caso de algunos mamíferos, se ha visto que con el ruido cazan menos presas, se alimentan menos y tienen menos grasa corporal, y eso no les permite enfrentar el invierno de la misma manera; además, no tienen reservas suficientes para amamantar a las crías, y todo eso hace que tengan menos salud y que disminuya la población», adelantó el investigador de Plocan.

Entre las acciones que se están llevando a cabo en el marco del proyecto Saturn, Gerry Sutton señaló un estudio en Cataluña para ver cómo reaccionan los cefalópodos a los diferentes tipos de ruidos de barcos; la monitorización de los sonidos de las embarcaciones en distintos tramos oceánicos; o el empleo de equipos tecnológicos conectados a animales para detectar los sonidos que ellos reciben, y cómo se comportan ante los mismos. «Lo que sabemos, es que todas las especies están afectadas de manera similar por la contaminación acústica, debido a que en el mar están acostumbradas a utilizar el sonido para casi todo lo que hacen, porque no hay mucha luz».

El coordinador de Saturn, indicó al respecto que ya se tiene bastante conocimiento sobre los efectos nocivos del ruido en delfines; en los peces están empezando a obtener más datos al respecto, y se encuentran en las primeras fases de estudio respecto a sus consecuencias en invertebrados, en sus diferentes etapas vitales.

Niveles tóxicos

«La realidad mundial es que los niveles de ruido están aumentando cada vez más. Los barcos están en todas partes y el ruido se esparce a todas partes, hay muchas zonas de tránsito marítimo donde superan los niveles considerados como óptimos para la salud de las especies». No obstante, Sutton señaló que la industria está comprometida para cambiar las variables ambientales que contaminan los barcos, tanto las emisiones al aire como las del con medidas sostenibles y eficientes para las navieras. «Nuestro objetivo es mejorar la eficiencia, mantenerla igual a la vez que se reduce el ruido, de forma que sea beneficioso para la industria de los barcos».

Michael Ainslie, por su parte, citó a los barcos de contenedores, como los más contaminantes en cuanto a ruidos de frecuencias bajas; mientras que las frecuencias más altas proceden de barcos de carga y petroleros. Como ejemplo de la dimensión del problema, el investigador alemán señaló que las frecuencias bajas de sonido las utilizan las ballenas para comunicar sobre largas distancias, de forma que se puede escuchar a una sóla ballenas emitiendo sonidos desde cientos e incluso miles de kilómetros. «Si en vez de ser una, hay mil ballenas, esos cien kilómetros se convierten en diez mil, es decir, puede transmitirse el sonido en todo un océano. Con los barcos pasa lo mismo, si solamente hay uno, lo oyes cuando está cerca, pero es que, en números redondos, hay cien mil barcos en la flota mundial, de ahí el efecto en cualquier océano específico que acumulan miles de barcos en términos de ruido. Por ejemplo, el sonido de los barcos de Nueva York se puede escuchar en Europa».

Finalmente, Michael Ainslie calificó a Canarias como un área de estudio importante para el proyecto Saturn. «Aquí, muy cerca de la costa encuentras zonas de poca profundidad y a poca distancia, aguas muy profundas, algo muy difícil de hallar en el resto de Europa. Esto nos permite medir con el mismo barco, el ruido en aguas de poca profundidad y en otras más profundas, y compararlas», concluyó.

[object Object]

Entre los objetivos del proyecto Saturn, figura el identificar las mejores opciones para medir y reducir los impactos negativos del ruido de los barcos. En este sentido, se llevó a cabo en Gran Canaria, en noviembre de 2022, una campaña de medidas, a bordo del Ángeles Albariño (IEO), donde se ensayaron un conjunto de equipos para medir el ruido que generaba el buque oceanográfico. «Este estudio ha sido clave porque vimos que los resultados difieren en función del procedimiento que utilices, es decir, el ruido del buque está condicionado por la forma en la que lo midas. De ahí la importancia de estandarizar la forma de realizar las medidas en todo el mundo para poder comparar el ruido generado por los buques», indicó Roberto Yubero, investigador de TSI -Técnicas y Servicios de Ingeniería-, en Madrid. | M.J. H.

Suscríbete para seguir leyendo