Entrevista | Julia Debis Musicóloga - cantante

«Quiero que me valoren por mi trabajo, no por las cosas que hizo mi padre»

La cantante quiere impulsar su carrera de la mano del productor tinerfeño Pablo Cebrián: una apuesta segura

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Julia Debis (2000, Santa Cruz de Tenerife).jpg / Tamara Black

Su padre, Bis González, falleció hace una década en Madrid tras dejar una huella imborrable en la escena musical canaria como fundador de las bandas Las Ratas y Species. Entonces Julia Debis (2000, Santa Cruz de Tenerife) «ya sentía cosas» por un oficio que ha convertido en el eje de sus estudios de musicología y que ahora quiere impulsar de la mano del productor tinerfeño Pablo Cebrián: una apuesta segura.

¡Hola!

¡Hola!, vi un número tan largo que me costó cogerlo...

¿Pensó que era del banco o un comercial de una compañía telefónica?

Más o menos [ríe]... Una nunca sabe lo que te van a ofrecer.

¿Qué tal le van las cosas por Madrid?

Bien, estoy acabando mis estudios de musicología... A ratos voy mirando canciones para tratar de grabar un Ep por Pablo Cebrián [compositor, productor e instrumentista tinerfeño] este año. Llevo casi dos mirando temas y seleccionando los que más nos agradan para ver cuáles podemos llegar a incluir en esta aventura.

Genes musicales tiene de sobra para creer en esa aventura.

Algo sí que hay... Mi padre tenía el estudio de grabación en casa y pasé muchas horas en él cuando venía del cole. Ahí nació mi curiosidad por la música, aunque a él no le dio tiempo de enseñarme [Bis González murió en abril de 2012 en un hospital madrileño] y tuve que empezar a tocar la guitarra –a los doce años– de forma autodidacta. Evidentemente una parte de lo que soy me viene de ahí.

¿Demasiado pronto?

Sí, fue bastante duro... Yo aún era muy pequeña cuando pasó, pero esa experiencia me ha servido para crecer tanto a nivel personal como musical. Sin ese impulso no me habría atrevido a entrar en el mundo de la música...

La sensación de que Bis González era un «creador distinto» ha madurado con usted, ¿no?

Para mí él siempre fue una persona especial, pero me di cuenta de lo que era para los demás en un concierto en el Aguere... Hoy queda la nostalgia de no saber cómo me habrían ido las cosas con él aquí; si las cosas que ya he vivido hubieran ocurrido igual con él vivo.

Estar «probando cosas» con Pablo Cebrián es una apuesta segura.

Pensar en algo que puede suceder mañana me agobia, pero ojalá salga bien esta experiencia con Pablo [en la interminable nómina de producciones hay artistas como Aitana, David Bisbal, Pastora Soler, Raphael, India Martínez. Manuel Carrasco, Conchita, Sweet California, Carlos Rivera, Malú, Pedro Guerra, Carmen Paris, Sergio Dalma, Morat...]. Lo estoy intentando: escribo casi todos los días, compongo cositas, afino... No quiero limitar mis pasos y, sinceramente, creo que él es el elemento perfecto para cumplir mis sueños. He ido dando forma a un hilo conductor en el que conviven esa parte creativa y mi voz, que es como mi sello o carta de presentación.

¿Y cómo es su voz?

Es orgánica [silencio]. Tiene unos matices que trabajo mucho con Pablo. Él es una pieza fundamental en todo lo que tenga que ocurrir [hace unas semanas dio un concierto en el Búho Club de La Laguna] porque en lo suyo es uno de los mejores, si no el mejor.

¿Mejor compañía no podía elegir para intentar hacerse un hueco en la escena musical nacional?

Es un profesional brillante que siempre te enseña algo nuevo... Transmite conocimiento y experiencia, una de las personas que no puedes dejar de mirar porque en cualquier instante te va a decir algo que vas a poder utilizar para mejorar. Pablo es un elemento más de mi familia, pero mi gran suerte es poder aprender a su lado.

A pesar de admitir que no le gusta mirar a una bola de cristal para ver lo que está por venir, ¿cómo imagina su vida profesional a corto y medio plazo?

¿Qué veo? Pues que tengo mucho trabajo por delante y, sobre todo, una ilusión por sumar cosas nuevas a las que ya he conseguido hacer... No quiero crearme o crear falsas expectativas porque eso me va a impedir disfrutar el momento, pero sí que me imagino cerca de la música porque hace años que tengo decidido que es a lo que me quiero dedicar.

¿No quiero usar el término fácil, porque es algo que en el mundo de la cultura se desvirtúa, pero usted siente que recibe unas muestras de afecto por ser hija de Bis González, que hay algo de su legado que le puede beneficiar?

Mi padre tenía un talento innato [estuvo en los procesos de fundación de bandas como Las Ratas o Species] y mentiría si dijera que no tenía muchos amigos. Es cierto que esto puede ser un arma de doble filo, en el que en un lado están los conocidos y en el otro la presión de ser su hija, pero eso es algo que yo valoro siempre desde un punto de vista positivo... Mi personalidad musical la he tenido que construir en solitario porque mi padre ya no estaba y mi madre no es músico... Además, ella siempre me dejó claro que si lo que quería era dedicarme a esto, lo primero que tenía que hacer es formarme y por esa razón elegí la opción de la musicología: mi padre sembró la semilla pero la que la ha tenido que regar soy yo... No le voy a negar que más de una vez sí que he pensado que quiero que me valoren por mi trabajo, no por las cosas que hizo mi padre.

¿A veces las herencias son difíciles de llevar?

Es el que me ha tocado y estoy feliz de venir de dónde vengo. Eso no quita para defender una y otra vez que quiero que se reconozcan las cosas que hago yo, no las que han hecho otros por mí.

¿Y cuál es el género musical por el que le gustaría encaminar sus pasos?

Pop, sobre todo, me veo haciendo un pop algo más lírico o pisando un rock algo más duro [ríe ]... Eso es algo que no podía dejar de lado. Ahí están mis raíces y no puedo renunciar a ellas.

¿De Madrid al cielo?

Eso no siempre ocurre, pero estar cerca del lugar donde se toman decisiones es importante. Esa insularidad que nos penalizó en el pasado ha desaparecido gracias a las nuevas tecnologías pero Madrid es Madrid.

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