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Cambio climático

El cambio climático obliga a las playas de la Comunidad Valenciana a retirar de la arena los sistemas de lavapiés

Turisme Comunitat Valenciana decide reubicar las estaciones de bombeo de agua repartidas por todo el litoral que sufren enormes daños en los temporales extremos y dan servicio a los bañistas

La playa de El Perelló, afectada por los contínuos temporales. Eduardo Ripoll

Turisme Comunitat Valenciana va a empezar a reubicar las estaciones de bombeo que hacen llegar el agua a los lavapiés de las playas como medida de adaptación al cambio climático y a la subida del nivel del mar. La iniciativa busca evitar las reiteradas obras de reposición en cada nuevo temporal poniendo fin a un "un coste económico continuado y estéril". Las infraestructuras, ahora en dominio público marítimo-terrestre, pasarían a ubicarse en terrenos de titularidad municipal en zonas próximas a los arenales.

La estrategia arrancará con la retirada de nueve intalaciones en siete playas de Valencia y Alicante por el momento. Se trata de dos en Port Saplaya (Alboraia), El Perelló, Mareny Blau y Motilla (Sueca), Miramar, Piles, Bellreguard y Arenales de Sol (Elx). Se replicará en el resto de infraestructuras diseminadas por todo el litoral, alrededor de unas cuarenta y cinco. Cada una presta servicio a unas dieciocho o veinte duchas de media, por lo que podría alcanzar a unas novecientas en total. En este caso se trata de unos ciento cincuenta lavapiés. Esta primera intervención está presupuestada en medio millón de euros.

La mayor parte de estas dotaciones están situadas en la zona de demanio público y semienterradas en la arena. Las inundaciones que provocan los fenómenos extremos provocan daños en los sistemas de captación del agua. Una situación cada vez más frecuente, de ahí la necesidad de variar los actuales emplazamientos. Cada estación de bombeo requerirá de un propio proyecto individual, o de nuevo bajo la arena o sobre cota cero.

Los eventos meteorológicos intensos afectan gravemente a las instalaciones eléctricas, motores y cuadros de maniobra, impidiendo su normal funcionamiento, con perjuicios económicos de cuantioso importe. Y además con un período de retorno menor. En paralelo está la falta de servicio para usuarios y turistas.

La financiación correrá a cargo de los fondos de la Unión Europea Next Generation EU a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. En cualquier caso, se requiere de la autorización de los ayuntamientos para el uso de los terrenos.

El inicio de la reconversión

Según Francesc Colomer, secretario autonómico de Turismo, se trata de "una de las contribuciones que vamos a hacer a la adaptación de los destinos al cambio climático". "Pensamos que se reflexiona mucho sobre esta cuestión pero que ya es momento de dar pasos reales en clave de transformación», indica. Es una apuesta, en palabras de Colomer, "en clara sintonía con los fondos Next Generation".

"La iniciativa tiene como objetivo preservar las infraestructuras para salir del bucle que crean los fenómenos meteorológicos en los últimos años y que suponen una condena permanente de hacer y deshacer", explica. "Es una estrategia ligada a la excelencia y la sostenibilidad", remarca. En definitiva, es el inicio de la reconversión de las playas ante la nueva realidad del calentamiento global. El turismo será uno de los sectores más afectados por la desestacionalización y los daños a las dotaciones en primera línea.

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