Los investigadores de la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Guardia Civil manifestaron con claridad que en el escenario donde se produjo la muerte violenta de Gabino, el taxista de 64 años muerto a golpes en un garaje de San Isidro (Granadilla de Abona) en julio del 2019, no había signos de que se hubiese producido una pelea entre el joven acusado y la víctima, ni tampoco señales de que el sexagenario hubiera tenido opciones de defenderse. Los agentes del Equipo de Delitos contra las Personas y sus compañeros del Laboratorio de Criminalística coincidieron en dicho planteamiento en la segunda sesión del juicio con Tribunal de Jurado que se celebra esta semana en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.

El presunto autor pasó por la casa de un conocido en El Fraile, a donde llegó con manchas de sangre

Un mando del Laboratorio de Criminalística, con 29 años de experiencia en inspecciones oculares, señaló que «el escenario» de la brutal paliza «es muy limitado», entre las plazas 20 y 21 del garaje. Este equipo no halló rastro de una pelea, ni retrovisores rotos o en el suelo, ni cristales de vehículos fracturados, por ejemplo. Además, sobre el cadáver apareció una huella de calzado del acusado, lo que evidencia que la víctima sufrió un pisotón con gran fuerza.

Las manifestaciones realizadas por los profesionales del Instituto Armado desmontan, en parte, la estrategia de la Defensa del único implicado en la agresión mortal, Jofre André Saldaña, que defiende que entre el taxista y el joven colombiano hubo una pelea en el garaje comunitario del edificio San Miguel, en la calle Los González de San Isidro. Saldaña se acogió a su derecho a no declarar y su letrado dijo el pasado lunes que el hoy acusado acudió a dicho inmueble a vender un gramo de cocaína y se equivocó de comprador.

Durante la jornada de ayer, los investigadores de la Guardia Civil señalaron que en el registro realizado en la casa del acusado encontraron algunos indicios de que Jofre André pudo tener pequeñas cantidades de hachís o marihuana, propias de una persona que consume droga, pero no de quien se dedica a traficar a pequeña escala. Y no hallaron restos de cocaína o heroína, sustancias que causan un grave daño a la salud.

Jofre André tenía 18 años en el momento en que ocurrió la paliza que acabó con la vida de Gabino, residía con su madre en una vivienda de El Fraile (Arona) y trabajaba como albañil. En el escenario del asesinato los investigadores de la Guardia Civil hallaron unas huellas dactilares. Sin embargo, cuando las introdujeron en el sistema para verificar si pertenecían a alguien que hubiera cometido un delito con anterioridad, no hallaron respuesta positiva. Sin embargo, días después de la muerte violenta de Gabino, Jofre André Saldaña fue arrestado por la Guardia Civil por estar implicado en otro episodio: una pelea y coacciones que tuvieron lugar apenas dos semanas antes del ataque al taxista. Cuando el joven latinoamericano fue reseñado y sus huellas se introdujeron en la referida base de datos, saltó la coincidencia y se le pudo relacionar con lo ocurrido en el garaje del edificio San Miguel.

El taxista tenía dinero en su vehículo particular, pues había cobrado su salario horas antes del hecho

La madre del acusado se acogió a su derecho a no declarar. El hijo de la propietaria del taxi en el que trabajaba la víctima afirmó que a Gabino lo conocía desde hacía muchos años, que era una buena persona, «muy cumplidora» y que lo más que consumía era una cerveza sin alcohol. Tras acabar con la vida del sexagenario, el presunto autor se fue hasta El Fraile en bicicleta. En primer lugar pasó por la casa de un conocido, que le abrió la puerta. Este testigo dijo que llevaba los pantalones manchados de sangre y Jofre le pidió entrar al baño, supuestamente para bañarse. Y después acudió a la casa de su madre. El taxista tenía dinero en su coche, pues había cobrado su salario horas antes de ser atacado de forma muy violenta.