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Magdalena Piñeyro Activista contra la gordofobia

«No puedo liberarme de la gordofobia porque me ataca y juzga todos los días»

«Cada vez es más la gente que apuesta por el cuidado del cuerpo desde el amor», afirma la activista contra la gordofobia

Magdalena Piñeyro, activista contra la gordofobia. VIOLETA GIL

En su vida, redes sociales y en eventos, la uruguaya emigrada a Canarias, Magdalena Piñeyro, trata de romper los estigmas sociales instaurados en la sociedad que discriminan a las personas con cuerpos no normativos. Con su activismo gordo, Piñeyro ha conseguido que muchas mujeres -las más afectadas por la gordofobia- se reconcilien con su cuerpo después de años escondiéndose. 

¿Qué ve Magdalena Piñeyro cuando se mira al espejo?

Pues esta mañana en concreto he visto una Magdalena Piñeyro muy cansada, pero muy contenta porque estamos celebrando las terceras Jornadas sobre Gordofobia y Violencia estética con el Instituto Canario de Igualdad (ICI). Siendo una persona gorda y mujer, cada día es un reto mirarse al espejo y ver qué encontramos y cómo gestionamos lo que sentimos al mirarnos al espejo.

¿Cuándo se dio cuenta de que era necesario romper con los estereotipos no solo consigo misma sino también con el resto de la sociedad?

Fue cuando, hablando con otras personas gordas, me di cuenta de que a todas nos pasaba lo mismo. Dejé de pensar que era una cosa individual para darme cuenta de que era una cuestión colectiva, social y política, porque estamos hablando de un sistema social discriminatorio llamado gordofobia. Fue en ese momento cuando situé el enemigo fuera y no dentro de una. Las personas gordas hemos creído siempre que nosotras éramos nuestras propias enemigas y que nuestra autoestima o nuestro cuerpo era una cuestión a resolver de forma individual. Cuando nos damos cuenta de que esto no solo le pasa a una sino a todas las personas gordas, con sus matices, entendemos que es algo colectivo que hay que resolver entre todas y todos.

¿Le costó liberarse de todos esos sesgos sobre la obesidad?

Los sesgos y prejuicios gordofóbicos están todos los días. No he conseguido liberarme de la gordofobia, y creo que no lo haré nunca mientras siga existiendo esta forma de ver el mundo. Puedo tener momentos mejores y peores. Hay días en los que me siento hermosa, fuerte, perfecta y superpoderosa, pero luego salgo de mi casa y lo que me encuentro es gordofobia en todos lados. No quepo en algunas butacas de cine de teatro o sitios del transportes públicos, hay una medicina que me discrimina, hay gente que me mira feo en la calle y si quiero ir a una boda, no encuentro donde comprar un vestido. No puedo liberarme por completo de la gordofobia porque me ataca, me juzga y discrimina todos los días. Lo que aprendes es a convivir con ello y a cuidarte. Yo lo hago con mi familia y mis amigas, así como poniendo límites.

«El canon estético, además de delgado, racista, occidental, joven, blanco y sexista»

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Se suele relacionar el sobrepeso o la obesidad con una forma de vida poco saludable, ¿Qué hay de real o falso en esta relación?

Tener un cuerpo gordo no significa llevar unos hábitos de vida poco saludables. Hay muchos motivos por los que una persona puede ser gorda o flaca. El peso no solo está determinado por los hábitos de vida de las personas. Hay enfermedades que engordan o adelgazan, tratamientos médicos que engordan o adelgazan. Al final el peso fluctúa acorde a muchos factores, y los estilos de vida saludable van por otro lado. Hay gente delgada que no lleva un estilo de vida saludable y gente gorda que no lleva un estilo de vida saludable. Hay distintos estudios que se han hecho con personas gordas y delgadas que comprueba que la salud de las personas gordas mejora notablemente cuando llevan estilos de vida saludable aunque no bajen de peso.

¿Qué opina sobre las campañas como la operación bikini, que se centran en bajar de peso?

Todas las campañas de adelgazamiento estigmatizan y hacen sentir mal a las personas gordas con sus cuerpos, por lo que no contribuyen en nada en el cuidado de las personas gordas, sino todo lo contrario. Promover estilos de vida saludable en la población pasan por dejar de discriminar, estigmatizar y presionar; algo que se debe aunar con posibilitar esos cuidados. Me refiero a, por ejemplo, eliminar la ansiedad por lograr el canon estético delgado, porque esto genera muchos problemas de salud mental como por ejemplo los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). También tiene relación con que la población disponga de recursos económicos para poder comprar esa alimentación saludable y tener trabajos dignos que les permitan tener tiempo libre para poder realizar actividad física, dormir más y combatir el estrés.

Se encuentra organizando las terceras jornadas de Gordofobia y Violencia Estética de Canarias, ¿qué destacaría?

Este año abordaremos todo lo que tiene que ver con de la salud, el cuerpo gordo, el deporte y de la presión estética que existe sobre los cuerpos gordos y las mujeres en el ámbito del ejercicio físico. Vamos a intentar crear espacios seguros con talleres para experimentar con el cuerpo y explorar con el movimiento. El ICI ha sido la primera institución en toda España y diría que Latinoamérica en apostar por visiblizar esto y me parece muy importante porque está dando respuesta a una importante demanda social.

¿Cree que el empuje de movimientos como el que lidera o de otros que apuestan por resaltar la belleza de los cuerpos no normativos está teniendo repercusión en la sociedad?

Sí, creo que la lucha contra la gordofobia y por la diversidad corporal, incluso movimientos como el body positive o el body neutral, están teniendo efecto y confieso que a mi me hace muy feliz. Hace diez años me parecería imposible que estuviera pasando lo que está ocurriendo ahora. Estamos cambiando la sociedad, poco a poco, de forma lenta. Cada vez es más la gente que apuesta por el cuidado del cuerpo desde el amor. Esto quiere decir reconciliarse con su imagen y cuidar su autoestima por encima del odio que la sociedad profesa sobre los cuerpos distintos o no normativos. A mi, que cada vez sean más las personas que se planten frente a la violencia que supone el canon estético, me parece muy valioso.

¿Cómo definiría ese canon estético que ha calado en la sociedad?

Este canon estético además de delgado es también racista, occidental, joven, blanco y sexista. Es decir, tiene muchas cualidades que excluye muchas mujeres por distintas cualidades. Por eso, que seamos cada vez más las que lo cuestionamos y no queremos encajar en un cuadradito en el que nos han dicho que tenemos que encajar, para mí es tremendamente poderoso y liberador.

¿Ha visto la forma en el que este movimiento social ha influido en otras mujeres?

Muchas me escriben a mis redes sociales para decirme que, desde que conocieron el activismo gordo van a la playa cuando antes no lo hacían, por ejemplo. También que están haciendo deporte cuando antes no se animaban a hacerlo o que se han cortado el pelo y se han teñido aunque antes les daba vergüenza. El activismo contra la gordofobia y la violencia estética está cambiando el mundo de muchas mujeres, y esto para mí es maravilloso.

En contraposición, ¿cree que movimientos como el realfooding, especialmente en su última etapa, ayudan al continuismo de las visiones sesgadas sobre uno mismo?

Cuando el realfooding empezó me parecía un movimiento interesante porque invitaba a cuestionar la alimentación que estamos teniendo. Y no tanto por lo que elegimos comer sino lo que tenemos oportunidad de comer, insitiendo en cómo la industria de la alimentación no nos permite comer alimentos tan naturales como antes hace 30 o 40 años. Pero es verdad que los movimientos de este tipo caen en un tema gordofóbico porque asocian comer bien con ser una persona delgada; y cuando se produce esa asociación es cuando se está cayendo en la gordofobia.

«Estos problemas recaen en las mujeres porque el canon estético es más violento para ellas»

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Son muchas más las mujeres que pueden llegar a desarrollar problemas alimenticios o con su cuerpo, ¿por qué recae en nosotras?

El 90% de los TCA recaen sobre las mujeres. Hay un sesgo de género brutal. Son dos caras de la misma moneda. Vivimos en una sociedad profundamente gordofóbica que no quiere acercarse a la gordura. La teme, la odia y la desprecia, porque además, está asociado a muchos valores negativos como la vagancia, el fracaso, la infelicidad o desprecio. ¿Quién quiere ser gordo en una sociedad gordofóbica? El otro lado es obsesionarnos con el hecho de ser delgadas. Esto recae sobre las mujeres porque el canon estético es mucho más violento con las mujeres que con los hombres.

Pero también hay hombres que lo sufren.

No digo que los hombres no les toque la cuota, de hecho, cada vez hay más presión estética sobre hombres. Pero en la sociedad patriarcal el canon de la delgadez es más exigente con las mujeres que con los hombres. Las mujeres salimos de la talla 36 o 38 y ya somos consideradas gordas; mientras que los hombres tienen un margen más amplio porque se espera de ellos que sean grandes y fuertes y tienen que coger muchos más kilos que nosotras para ser consideradas personas gordas. A ello se suma que la validez de los hombres en esta sociedad pasa por lo que son capaces de hacer y no por cómo se ven. Pueden ser válidos por su trabajo, lo que piensan, lo que escriben, su arte, sus aventura… A las mujeres, sin embargo, nos han contado que lo único que importa en nosotras es la belleza. Y si es lo único que importa ¿con qué nos vamos a obsesionar? Al fin y al cabo, la única manera de ser válidas y aceptadas pasa por respetar un canon delgado y joven.

«Siendo una persona gorda y mujer, cada día es un reto mirarse en el espejo»

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¿Qué implicaciones tiene esta forma de concebir la validez para las mujeres?

Pues que nos pasamos la vida intentando ser flacas, no envejecer, ni tener arrugas, celulitis, granos o pelos. El canon estético que es tremendamente violento. Como destaca la socióloga, Esther Pineda, se trata de una violencia de orden psicológico que además tiene efectos en nuestro cuerpo, ya sea como trastorno alimentario, o como la presión y violencia que ejercemos sobre nuestros cuerpos para intentar que encajen en ese canon estético.

¿Qué papel tienen las redes sociales en nuestra salud mental?

Las redes sociales son un arma de doble filo. A mi me han hecho activar contra la gordofobia y conocer a muchas personas que están haciendo activismo, así como generar una red de apoyo y sostén muy fuerte. Eso es importante. Pero también es importante entender que las redes sociales tienen otro filo bastante violento que es la exposición a la que somos sometidas, porque puede afectar a nuestra salud mental. Hay distintos estudios que relacionan la presión estética de los filtros y el retoque de las fotografías con problemas de salud mental. Por eso hay que ir con cuidado, porque estamos expuestas a comentarios negativos y positivos constantemente y muchas veces esos retoques y filtros que generan una presión de alcanzar un canon estético determinado.

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