El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha desestimado los recursos de apelación interpuestos contra la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, en la que condenó con penas de prisión a cuatro migrantes internos en el campamento de Las Raíces acusados de agredir y amenazar a vigilantes de seguridad.

Los hechos por los que fueron condenados ocurrieron el pasado año, iniciándose en la zona de las duchas del campamento en un momento en el que había una cola larga y uno de los internos intentó entrar tocando a una vigilante en la mano sin mascarilla hasta que lo terminó apartando.

No obstante, cuando se abrieron las duchas se produjo una avalancha y el hombre aprovechó para darle un codazo a la mujer, tirarla al suelo, pisarla y pasar por encima.

Posteriormente, se escondió en un cuarto de mantenimiento y cuando el resto de vigilantes fueron a retenerlo los recibió con patadas y puñetazos y con otros internos sumándose a los altercados, uno de ellos, incluso, con una barra de hierro con la que agredió a uno de los trabajadores.

En el trayecto de uno de los migrantes a la sede central del campamento, los trabajadores fueron intimidados por un grupo de hasta 40 internos provistos de cuchillas de afeitar, navajas y palos con cuchillas incrustadas en la punta, propinando a los vigilantes patadas y puñetazos y arrojando piedras y objetos. Incluso, uno de los migrantes llegó a morder en el muslo a un vigilante.

Al llegar la Policía Nacional a las instalaciones, cuatro migrantes fueron detenidos y el resto, con ayuda de trabajadores de la ONG que se encarga de la gestión, se deshicieron de las armas y las cuchillas, que no lograron ser recuperadas. En total hubo cuatro vigilantes heridos con lesiones que duraron desde los cuatro hasta los treinta días.