En Canarias, una de cada cuatro personas hospitalizadas en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) tiene menos de 40 años. Estos pacientes no son los que tienen más posibilidades de fallecer, pero sí los que permanecen durante más tiempo ocupando una cama de críticos, debido a su baja morbilidad. Además, el 83% de los ingresados en UCI no tiene ninguna patología previa. Una circunstancia que previene de manera determinante su probabilidad de fallecer –solo el 27% de los casos de los últimos 15 días fallecieron sin ninguna patología– , pero que, a su vez, los convierte en los pacientes que pueden provocar una saturación más prolongada de estas unidades.

Y es que, aunque sus PCR den negativo y queden libres del patógeno en su organismo a los pocos días, las secuelas que les deja el virus son del tal calibre que cuando siguen requiriendo cuidados intensivos y respiración asistida hasta al menos tres semanas o un mes después. Además, ser joven no contempla ninguna ventaja en las UCI. «Con estos pacientes tenemos que seguir el mismo modelo de atención que para los más añosos», cuenta Ismael Molina, jefe de sección de la Unidad de Medicina Intensiva del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, el centro hospitalario de Canarias más afectado por la quinta ola. Esto significa que estos pacientes también requieren una ventilación mecánica en decúbito prono prolongado (es decir, mantenerse boca abajo), una técnica muy invasiva. La mayor parte de estos jóvenes antes de contagiarse estaban sanos y sin patologías asociadas, pero coinciden en una condición: la obesidad.

«Parece ser el factor de riesgo más determinante en estas edades, pero no se sabe por qué», señala Molina, que insiste que en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de La Candelaria aproximadamente «el 90% de los jóvenes que han entrado son obesos». Esta circunstancia se está repitiendo también en otros hospitales de España y son varios estudios internacionales los que sugieren que la obesidad tiene un papel determinante en el desarrollo de una enfermedad grave por Covid-19. En este sentido, un reciente trabajo realizado en Nueva York concluyó que la obesidad es el factor más prevalente entre los hospitalizados jóvenes (de 18 a 49 años). No obstante, los expertos insisten en que aún se deben realizar más estudios en este sentido.

Lo más usual entre los fallecidos de coronavirus es que tengan una o más patologías previas

Con la llegada de las vacunas y la ingente ola de contagios que ha afectado especialmente a los jóvenes que carecían de dicha protección, el perfil de la persona que acaba ingresando de gravedad en UCI ha cambiado y se ha hecho mucho más joven. Ahora, en comparación con las olas pasadas, los más afectados han dejado de ser preferentemente las personas mayores de 60 años, pues en la primera, segunda o tercera acumulaban aproximadamente el 62,6% de los ingresos, según los datos del Ministerio de Sanidad. Ahora representan un 39,5% de los casos en UCI en Canarias, abriendo paso, de esta manera, a los menores de 60 años que hoy representan un 60% de los casos de ingreso crítico y reduciendo la edad de media de ingreso casi una década, hasta los 49 años.

Las edades más prevalentes actualmente en ingresos en UCI están en el grupo etario de 50 a 59 (25,58%) y el de 60 a 69 (20,9%). En este sentido, en las últimas semanas se ha producido una reducción del porcentaje de críticos de 40 a 49 años, que a principios de mes representaban más del 20% de los ingresos y que en estos momentos han caído hasta los 17,44 puntos porcentuales.

La letalidad del virus en los mayores de 80 años que ingresan en UCI se ha reducido del 50% al 20%

Pese a esta cantidad de ingresos en UCI de personas jóvenes –relacionado con el perfil de los contagios de esta ola donde el perfil más prevalente va de los 10 a 35 años cuando en olas anteriores era de entre 15 y 54 años– , los fallecimientos siguen ocurriendo en la población más envejecida y, por tanto, vulnerable. La edad que más se repite entre los fallecidos en las últimas dos semanas en Canarias es de 82 años y, aunque también fallecen personas de menor edad, el 75% de las defunciones ocurren en mayores de 74 años. La mayoría de ellos (72,4%), además, padecían una o más patologías previas que precipitaron el fallecimiento. Lo más usual entre estos fallecidos es que tengan una, dos o tres patologías previas. Sin embargo, en relación a los contagios que se han producido en esta franja de edad, el porcentaje de letalidad ha caído de manera considerable.

Según los datos del Ministerio de Sanidad, proporcionados en su último informe epidemiológico de la Covid-19, la letalidad del virus entre los casos en mayores de 80 años habría caído hasta el 5% en esta última ola, cuando se encontraba entre 17% hasta marzo del año pasado. Esta disminución de la mortalidad también es palpable en aquellas personas mayores que hospitalizan, dado que el virus ha pasado de matar en la primera ola a la mitad de las personas mayores de 80 años que ingresaban en UCI a precipitar la muerte del 20% durante esta última. La vacuna no solo salva vidas entre la población más envejecida, también ha reducido del 22% hasta el 10% la letalidad en el grupo de 70 a 79 y del 11% al 5% en los de 60 a 69 años. Así lo ratifica también Molina, quien señala que en esta última ola «los pacientes añosos casi han desaparecido de las UCI». Los datos lo confirman, pues en estos momentos solo hay dos personas mayores de 80 años hospitalizadas con carácter crítico en las Islas. Y es que la mayoría de los mayores que acaban hospitalizados –en Canarias ahora mismo solo hay 69 personas mayores de 80 años en ingreso convencional– acaban volviendo a sus domicilios para acabar la cuarentena allí.

La obesidad es un factor de riesgo que está presente en el 90% de los ingresos de UCI en jóvenes

En este sentido, en lo que se refiere a hospitalizaciones en camas convencionales, la mediana de edad (es decir la edad que tiene la mitad de los pacientes) ronda los 57 años. De ellos, el 64% carecía de algún tipo de protección frente al coronavirus –casi dos de cada tres no está vacunado–y el 68,4% no tenía patologías previas.

El virus es también oportunista y durante esta quinta ola ha atacado preferentemente a los más débiles, ya sean los que aún no cuentan con protección o los que son más vulnerables por su edad o patologías previas. De hecho, y respecto a los casos constatados en las últimas dos semanas, se puede comprobar que el número de patologías previas es más elevado en los grupos de más edad, de tal modo que, el 43,17% de los mayores de 80 años contagiados por coronavirus tenía una, dos, tres o más patologías previas. Este porcentaje se reduce al 37,7% en el grupo etario de 70 a 79 años y hasta el 24,22% en el de 60 a 69 años.

Respecto a los casos en la población general, de los 18.108 que se constataron durante esas dos semanas, el 61,5% se produjeron en personas sin vacunar y el 21% en personas con la pauta incompleta, lo que supone que 82,5% no tenía protección alguna frente al coronavirus.