El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha afirmado este miércoles que no descarta que el Consejo de Gobierno decida subir a Tenerife a nivel de alerta 3 (semáforo rojo), pues hay algunos parámetros que están en riesgo, a la espera de conocer el informe redactado por los científicos.

En declaraciones a los medios de comunicación tras visitar el centro de vacunación del Recinto Ferial de Santa Cruz de Tenerife, Torres ha comentado que prefiere esperar a los informes científicos y a la reunión del Consejo de Gobierno para valorar qué medidas restrictivas se tomarán en la isla.

El presidente ha señalado que hacen falta al menos cinco días seguidos de buenos datos, porque es lo que marca tendencia. No obstante, "la realidad es que los últimos cinco días en Tenerife han ido a peor", ha admitido el presidente, quien achaca los malos datos de esta isla a que hay un mayor porcentaje de población joven sin vacunar, además de una mayor dispersión de la población.

Torres ha apuntado que "no se puede señalar a ninguna isla" si sus datos epidemiológicos empeoran sino tomar medidas que puedan ayudar a la bajada de los contagios, entre las que destacó el cierre de espacios de reunión de personas, reforzar la vigilancia policial o hacer campañas de concienciación entre los jóvenes, especialmente entre el colectivo que no está vacunado porque tiene más posibilidades de contagiarse y de infectar a otros.

Ha comentado también que aunque ha bajado la presión hospitalaria y la mortalidad, Tenerife tiene "parámetros en riesgo", especialmente el de la Incidencia Acumulada, que además tiene repercusiones económicas porque es el indicador que utilizan los mercados turísticos emisores.

Así, ha dicho que hay que "esperar" a la reunión de esta tarde del Consejo de Gobierno --empieza a las 14.30 horas-- donde se expondrán los datos de este mismo miércoles pero no oculta que la tendencia en Tenerife no es buena.

El presidente ha insistido en que "no hay que festejar absolutamente nada" aunque haya decaído el estado de alarma, y en el caso concreto de Tenerife, ha descartado también que se pueda implantar algún cierre perimetral una vez han sido prohibidos tanto por el TSJC como por el Tribunal Supremo.

En esa línea, ha remarcado que las decisiones que se tomen con respecto a Tenerife no serán "subjetivas ni arbitrarias", y aunque "lo menos" que desea el Ejecutivo es tomar "decisiones drásticas" y empeorar la economía, es su "obligación" ayudar a contener la subida de los contagios.

Preocupa la festividad de San Juan

Torres ha negado que haya dificultades con los rastreos en Tenerife --hay más de 800 en Canarias y con alto grado de trazabilidad-- y ha vinculado la actual situación con el mayor porcentaje de población juvenil y la dispersión de la población, pero confía en una solución aprovechando también el buen ritmo de la campaña de vacunación.

De hecho, ha señalado que este mismo martes de dispensaron más de 35.000 vacunas en las islas de tal manera que el objetivo de alcanzar el 70% de la población vacunada antes del 1 de agosto "es un objetivo conseguible".

Además, ha reconocido que le "preocupa" la festividad de San Juan porque cada vez que hay periodos festivos o vacacionales, el índice de contagios aumenta, de ahí que aunque la vacuna sea una "coraza", hay que intensificar la vigilancia policial estos días y que haya "máxima responsabilidad" individual.

"Si la gente no es responsable está cometiendo un error personal y colectivo", ha indicado, por lo que ha apelado a que los canarios sigan comportándose "magníficamente bien" como han hecho durante la pandemia de forma mayoritaria.