Son muchos los tinerfeños que desde el final del confinamiento han visto en los montes y barrancos de la Isla el lugar ideal donde desarrollar el ocio de la llamada nueva normalidad. Ante las dificultades de desplazarse fuera del Archipiélago por la pandemia mundial, las nulas posibilidades de ocio nocturno por las restricciones y la cancelación de las actividades culturales, el senderismo se ha convertido en la mejor opción. Está más de moda que nunca, más en Tenerife, un paraíso del senderismo con una gran cantidad de caminos, además de diferentes tipos: costeros, de medianías, de alta montaña. En total, tiene 200 senderos homologados, que unidos superan los 500 kilómetros.

EL DÍA ha recopilado los mejores senderos y tramos, tanto para aquellos que quieran dar sus primeros pasos en el senderismo o quieran ir en familia como para los que busquen desafíos mayores en la naturaleza y estén bien preparados. En esta selección han participados expertos en la materia como Pedro Millán, director de la Fundación Santa Cruz Sostenible y responsable de Desarrollo Rural de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada, y Javier Martín, guía de montaña en la isla de Tenerife. Sobre estos senderos hay amplia información en internet, en webs de las administraciones públicas y especializadas.

Para toda la familia

A continuación se dan los detalles de los 6 mejores senderos con dificultad baja y para toda la familia.

El Pijaral (Anaga)

El sendero de El Pijaral, situado en el Parque Rural de Anaga, está considerado el más bonito de Tenerife. Conocido como El bosque encantado, es uno de los pocos –junto con el Pico del Teide y Masca– para los que hay que pedir permiso al Cabildo de Tenerife –es gratuito y se hace a través de la web https://centralreservas.tenerife.es/actividad/1– y evitar las severas multas si se hace sin autorización. Es una opción muy atractiva para aquellos que quieran iniciarse en los montes tinerfeños.

Parte del paraje de La Ensillada, pasando el albergue Montes de Anaga. Atravesando la Reserva Natural de El Pijaral, sus bosques de helechos, en particular el que le da el nombre a la zona, la píjara, gozan de unas extraordinarias condiciones de humedad y temperatura ya que se encuentra al abrazo de los vientos alisios. Este bosque de laurisilva –un dinosaurio vegetal exclusiva de Canarias, Madeira y las Azores– esconde una de las mejores vistas de la Reserva Natural. Es un sendero circular de 6 kilómetros con un recorrido de dificultad baja, de unas cuatro horas de duración, ideal para que las familias puedan ser acompañados por los más pequeños.

Pista de Las Hiedras (Anaga)

Sin salir del Parque Rural de Anaga, otra opción asequible para iniciarse en este deporte es la Pista de Las Hiedras, que parte de la TF-143, la carretera de El Batán, en el kilómetro 0,7. Con tramos adaptados para personas con movilidad reducida, se trata además de una pista circular. La distancia tampoco es un problema ya que el recorrido total de esta pista es de 4,5 kilómetros totales. Es uno de los senderos de menor exigencia de la selección, ideal para compaginarlo con otras actividades durante el día como una visita a los distintos pueblos rurales de la zona. Es un camino rodeado de abundante laurisilva y de fayal-brezal, con muy poco desnivel.

Aguamansa-El Dornajito (La Orotava)

En la zona alta de La Orotava se encuentra el Área Recreativa de la Caldera de Aguamansa, desde donde parte una red de senderos que recorre el monteverde orotavense que linda con los pinares. Hay una decena de rutas posibles. Los expertos aconsejan, por su baja dificultad y su recorrido –10 kilómetros sin grandes ascensiones– el sendero Aguamansa-El Dornajito. El punto de partida se encuentra en el kilómetro 15 de la carretera de La Orotava al Teide, a la altura de Aguamansa. El aparcamiento está situado junto al restaurante Los Andes. Es un recorrido circular con inicio y final en el parque etnográfico Los Pajares, donde hay un merendero. En el tramo de ida, pasamos por el área de descanso Cruz del Dornajito, un paraje con mucha historia. Es un manantial del que han hecho referencia naturalistas del prestigio de Alexander Von Humboldt por ser un lugar de descanso y aprovisionamiento de agua en la ascensión al Teide.

Malpaís de la Rasca (Arona)

Toca un sendero costero, de los muchos que hay en Tenerife y que cruzan malpaíses. Situado en el municipio de Arona, se trata de un paisaje completamente distinto a los bosques de laurisilva del norte de Tenerife, totalmente llano, ensalitrado por el océano. Al ser otra ruta circular, los visitantes podrán gozar de la comodidad de desplazarse en su propio vehículo y de recogerlo al acabar el camino.

La Reserva Natural Especial de Rasca es un amplio malpaís, famoso por su vegetación, sus yacimientos arqueológicos y su faro, que suele ser objetivo de los senderistas que se adentran en este pequeño desierto volcánico. De unos 10 kilómetros de longitud, es una ruta ideal para hacer en familia debido a que no tiene grandes desniveles. Es recomendable llevar agua en abundancia y protección solar ya que en caso de estar el cielo despejado, no habrá muchos lugares con sombra en la que resguardarse. Además, dada la cercanía al mar de esta ruta, hay accesos a algunas calas y charcas donde darse un baño para reponer fuerzas. El sendero comienza en Palm-Mar, justo antes del lugar donde aparecen edificaciones. Adentrarse en él es disfrutar del tomillo de costa, la uva de mar, el cardón y la tabaiba, especies características de los parajes costeros isleños.

Malpaís de Güímar

Siguiendo con los paisajes costeros, el malpaís de Güímar es otra opción sencilla. Esta Reserva Natural Especial se encuentra en un enclave idóneo para que florezcan especies endémicas como los cardonales y tabaibales, que se podrán apreciar durante los 6 kilómetros de paseo que rodean la localización. Además es otra ruta que, debido a sus pocas pendientes, es ideal para grupos familiares que quieran disfrutar de la naturaleza con los más pequeños. Destacan también los abundantes tubos y cuevas volcánicas como Cueva Honda, de más de 100 metros de largo y 5 de alto. Las recomendaciones para esta excursión son similares a la anterior: agua y protección solar para evitar golpes de calor y poder disfrutar de esta localización única de la lista.

Volcán de Fasnia (Parque Nacional del Teide)

En una de las faldas del Teide se alza el volcán de Fasnia, donde se encuentra localizada esta ruta. Con 8,5 kilómetros de longitud, goza de las comodidades ya expuestas de las pistas circulares. La ruta empieza y acaba frente al aparcamiento del Corral del Niño y tiene una duración estimada de 3 horas. Esta ruta destaca por la abundancia de la especie endémica del tajinaste azul. Esta especie entra además en floración entre los meses de abril y junio, por lo que esta caminata alrededor del volcán cobra un valor mayor. Si el día está despejado, desde algunos puntos del sendero se pueden apreciar las islas de La Palma y Gran Canaria, además del Teide.

Afur-Taganana (Anaga)

Localizado en el macizo de Anaga, este sendero, de 12 kilómetros de longitud está catalogado como fácil ya que sus pendientes no son muy pronunciadas. Sus acantilados con vistas a los múltiples roques que pueblan el paisaje de la Reserva y el acceso a la playa virgen de Tamadite hacen de esta pista una de las más preciadas de la zona.

Para gente preparada

A continuación se dan los detalles de 5 de los mejores senderos con dificultad alta, para gente preparada capaz de hacer duras ascensiones.

Montaña Blanca-Pico del Teide

Esta es una de las grandes rutas no solo del Parque Nacional, sino de la Isla. Otro de los pocos senderos que precisan permiso de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife. Debido a las restricciones en el número de permisos, hay que pedir plaza con mucha autorización. Además, es preciso reservar en el albergue, para a la madrugada siguiente a la llegada a estas instalaciones, hacer la ascensión final al pico del Teide, el punto más alta de España. Sin embargo, el albergue lleva varios meses cerrado, a la espera de que el Cabildo resuelva la adjudicación de su gestión. Partiendo desde la ladera del volcán, en la pista de Montaña Blanca, aguardan más de 8,3 kilómetros de subida. La falta de oxígeno es uno de los factores a tener en cuenta. El sendero parte de los 2.300 metros y sube hasta pasados los 3.500. Por eso es una ruta no apta para aquellos que busquen una mañana tranquila. El pico consta de una pendiente constante, a veces de más de un 60% de inclinación durante 5 horas. Pero una vez que se alcanzan los 3.715 metros –altitud oficial tras la última medición de 2019–, todos los esfuerzos merecen la pena. Si el cielo está despejado, se pueden ver todas las Islas.

Barranco de Masca (Buenavista del Norte)

El icónico barranco del sur de la Isla volvió a abrir el 27 de marzo después de 3 años cerrado por motivos de seguridad. Eso sí, para recorrerlo ahora hay que pedir permiso del Cabildo, está prohibido utilizar el embarcadero para volver por mar –es decir, hay hacer la dura ascensión de regreso al caserío de Masca– y que llevar casco, por el peligro siempre latente de desprendimientos. Una de las principales actividades que se realizaban al terminar la bajada era un paseo en barco hasta Los Gigantes para así evitar la subida a la vuelta y disfrutar de los desfines y ballenas que habitan esas aguas al pie de los gigantes acantilados. Debido a las condiciones del embarcadero del barranco, actualmente estas travesías están suspendidas y se debe volver a remontar la pendiente a pie. Durante los 10 kilómetros de recorrido, las paredes de roca y la variada vegetación del barranco acompañarán a los visitantes hasta llegar a la playa de Masca y luego volver al caserío. Una gargante impresionante.

Playa de Antequera (Anaga)

Saliendo del pueblo de Igueste de San Andrés, esta ruta es considerada como “difícil” por montañeros expertos como Pedro Millán pero “impresionante”. El sendero llega hasta El Semáforo, un antigua estación de señalización para los barcos que se acercaban hasta el puerto de Santa Cruz. Dado que esta pista desemboca en la playa de Antequera, muchos senderistas optan por organizar la vuelta por mar por medio de servicios privados que los devuelven a San Andrés pasando por la costa de Anaga. Este recorrido está enfocado también para personas experimentadas en el senderismo, ya que sus altas pendientes y sus pasos expuestos al barranco pueden amedrentar a los exploradores menos experimentados. La alternativa terrestre para la vuelta consiste en desandar el camino hasta Igueste de nuevo, sumando un total aproximado de 7 horas para completar la pista.

Pico Viejo-Teide

Catalogado como una ruta de dificultad alta, este sendero discurre desde su inicio en el Parador de Las Cañadas hasta finalizar en la cima del volcán, pasando por el insigne cráter de Pico Viejo. Las temperaturas extremas y cambiantes de la alta montaña, como la altitud y las diferentes pendientes hacen de este camino un desafío solo apto para montañeros experimentados en busca de nuevos retos. Durante los 9,3 kilómetros por los que discurre el sendero, aparte de las vistas que ofrece lo elevado del terreno, aguarda el cráter de Pico Viejo. Debido a sus más de 800 metros de diámetro, esta localización goza de reconocimiento y es uno de los motivos de visita de muchos turistas a esta senda.

Afur-Taborno-Palos Hincados (Anaga)

Este recorrido por el barrando de Afur es otra de las alternativas para acceder a la playa de Tamadiste, anteriormente citada. Se trata de una pista de una dificultad mucho mayor, transitada por montañeros experimentados y con una longitud de 10 kilómetros. La principal diferencia con su homólogo que pasa por Taganana es que discurre por el tramo de Palos Hincados, con zonas bastante expuestas al vacío y especialmente difíciles tras un invierno húmedo y lluvioso. Se recomienda hacer esta pista circular en el sentido que permita acceder a este tramo de forma ascendente. Los grandes desniveles y la complejidad de ciertos pasos haciendo este sendero un desafío no recomendado para principiantes.

Los senderos prohibidos

Un buen senderista nunca puede ser temerario. Pero hay malos senderistas que pese a las advertencias y prohibiciones se lanzan a las rutas más peligrosas de la Isla, jugándose la vida. Dos ejemplos son las rutas de las Mil Ventanas de Güímar o los Canales de Teno. Con caminos sin ninguna seguridad y en desfiladeros con cientos de metros de caída al vacío, este tipo de senderos han llegado a cobrarse la vida de incautos atraídos por el riesgo y la aventura. “Solo debería ir gente muy experimentada”, defiende Humberto Domínguez, presidente de la Federación de Montañismo de Tenerife. “Cuando sucedieron las últimas nevadas en Las Cañadas había personas subiendo hasta con pantalón corto o zapatillas de paseo”, exclama preocupado. El problema reside en que, con el auge de las redes sociales, senderos tan exóticos y espectaculares como estos se viralizan y algunos senderistas poco experimentados acuden sin ser conscientes del riesgo al que se están exponiendo y priorizando el postureo. A veces tienen tramos que discurren por propiedades privadas. “La gente al meterse corre el riesgo de cometer delitos y que se les denuncie al ir sin los permisos pertinentes” subraya Domínguez.