El Gobierno de Canarias dispondrá inicialmente de 54.600 dosis de la vacuna contra el Covid-19 desarrollada por Pfizer y BioNTech que, según las previsiones, comenzará a suministrarse el próximo 27 de diciembre. Así lo comunicó ayer el portavoz del Ejecutivo regional, Julio Pérez, quien además indicó que las primeras unidades comenzarán a llegar al Archipiélago entre los días 24 y 25 y se recepcionarán en tres envíos diferentes. La pretensión regional es que se inyecten unas 6.000 vacunas semanales.

Sobre estas líneas, el jefe de sección del Servicio de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias y presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Amós García Rojas, señaló que la población canaria podrá prescindir de la mascarilla “cuando el 70% de los habitantes esté inmunizado contra la patología”. Sin embargo, a su juicio, su uso deberá conservarse en aquellas personas aquejadas de cualquier otro tipo de enfermedades respiratorias contagiosas. “Esta pandemia nos ha enseñado que la mascarilla es un instrumento que puede evitar la propagación de muchas afecciones de esta clase y no debemos olvidar este importante aprendizaje”, sostuvo.

25.000 personas

Asimismo, coincidiendo con las declaraciones del ministro de Sanidad, Salvador Illa, el epidemiólogo subrayó que el antídoto aterrizará en las Islas al mismo tiempo que en el resto de comunidades autónomas, con el fin de que la campaña arranque al unísono en todo el país. “Con 50.000 dosis podremos inmunizar a las 25.000 personas que pueden formar parte de los colectivos más vulnerables, pues cada individuo necesita dos dosis. Los primeros en recibirla serán los ancianos institucionalizados y los profesionales sanitarios. Después, llegará al resto de la población de riesgo”, recordó el experto.

Por lo que concierne a las pautas que se deberán seguir para la correcta administración, y teniendo en cuenta que esta vacuna debe conservarse a 70 bajo cero, el presidente de la AEV precisó que todo depende del momento temporal en el que se vaya a desarrollar el acto vacunal. “No es lo mismo la etapa inicial, en la que los profesionales deberán desplazarse hasta las residencias, que la que protagonizarán otros perfiles. Para esto habrá que preparar a los enfermeros que la vayan a aplicar. La formación no será complicada y solo tendrán que conocer las características de la conservación del producto y aprender a diluirlo. Hay que tener en cuenta que llegarán en envases multidosis”, detalló.

Los cierto es que los efectos secundarios que han sufrido algunos pacientes en aquellos países que ya han empezado a administrar este importante recurso – como Estados Unidos o Reino Unido, por ejemplo– ha generado preocupación en muchas personas. Sobre este aspecto, García Rojas se mostró contundente al decir que la mayoría de reacciones adversas que se han producido “guarda relación con episodios de febrícula, dolor en la zona en la que se ha administrado el pinchazo y cansancio, algo que puede suceder con otras vacunas”.

Si bien es cierto que admitió que se debe prestar especial atención a las reacciones alérgicas severas que se han experimentado en casos puntuales. Cabe recordar que el pasado 9 de diciembre, la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos de Salud de Reino Unido emitió un aviso en el que recomendaba a las personas con un amplio historial de alergias que no accediera a la vacunación, tras informar de la reacción alérgica de dos sanitarios. Solo 24 horas después, las autoridades recularon y redujeron la recomendación a aquellos individuos con riesgo de anafilaxia. “Un riesgo de anafiliaxia es equivalente a haber sufrido reacciones adversas graves anteriores, pues el peor cuadro que puede tener un medicamento es una reacción anafiláctica. Hasta que no se descubran cuáles han sido los componentes que la han provocado es preferible que esta porción poblacional no la reciba”, determinó.

Consciente de la expectación que ha causado en la sociedad el tiempo récord en el que se ha logrado producir la vacuna, el especialista puso de relieve que este episodio debe ser considerado un “hito histórico”, teniendo en cuenta que ha sido fruto de una intensa dedicación por parte de la comunidad científica para ganarle la batalla a una enfermedad que ya suma 374 muertes en Canarias y 1.666.561 en todo el mundo. “Me preocupa que esto no se valore. Con el SARS y el MERS ya se empezó a investigar en una vacuna que permitiera hacer frente a esta clase de microorganismos y que también tenían como base el ARN mensajero. Precisamente, esto es lo que ha permitido que la producción haya ido a un ritmo mucho más rápido del esperado”, apostilló.