Miguel Carmelo ha dedicado gran parte de su vida a la reflexión sobre el papel de la Universidad en la sociedad, como institución abierta al debate y clave para su progreso. Lleva casi 20 años vinculado a la Universidad Europea, entidad en la que ahora ostenta el puesto superior. Carmelo viaja hoy hasta Tenerife para acudir al acto de Graduación 2018-2019 de la Universidad Europea de Canarias, para el que ha expuesto su visión sobre el proyecto universitario del futuro.

¿Cuál es el reto actual de la universidad como institución?

El reto es adaptarse a lo que la sociedad y las personas están haciendo. Todavía tenemos una universidad diseñada hace muchísimos años, que se enfoca hacia la demanda de chicos y chicas jóvenes que van a estudiar por primera vez, que quieren una titulación oficial y en una modalidad presencial. Lo que está pasando desde hace unos años es que a la universidad no solo van los jóvenes, sino lo que en Bolonia se denomina Live Long Learner, es decir, aquellos alumnos que van a aprender durante toda la vida y cuyo objetivo es ya estudiar un segundo o tercer título. Por lo tanto, ya no hablamos solo de Grados, sino también de Posgrados; ya no es tan importante si el título es oficial o no, sino que tenga el reconocimiento de la sociedad y de la profesión; y, además, estas personas no tienen tiempo para ir a la universidad durante cuatro o cinco horas a día y prefieren modalidades más online o híbrida. Es un gran cambio, pero no es de la universidad. Es un cambio social que la universidad tiene que recoger.

¿La institución está preparada para acoger todos estos cambios?

Bueno, unas más que otras. Muchas de las universidades en España son mastodónticas otras llevan siglos trabajando con una sola modalidad y les cuesta mucho cambiar. Pero, lógicamente, tienen que implantar cambios la sociedad lo demanda. Yo creo que propuestas mucho más ágiles de horarios y de ubicaciones con una mezcla de presencial y online y que apueste mucho por los Posgrados. Los jóvenes de ahora van a tener que cambiar de trabajo, y hasta de profesión, varias veces a lo largo de su vida y cada vez que eso suceda, necesitarán reciclarse y podrán hacerlo en la universidad.

Los títulos online han adquirido un prestigio que antes no tenían, ¿qué ha cambiado en estos años para que esto sea posible?

Creo que han cambiado dos cosas. En primer lugar, que las universidades con prestigio han reaccionado, y han entrado en la enseñanza online, ofreciendo buenas cosas y calidad. El segundo cambio tiene que ver con la revolución tecnológica. La tecnología al alcance de la educación actualmente, no es la misma que la que había hace 10 o 15 años. Esto es palpable en pequeños detalles como que ahora hablamos de enseñanza online, dentro de poco estaremos hablando de enseñanza digital, hace 10 años hablábamos de enseñanza a distancia.

Los docentes están preparados para este cambio drástico hacia la digitalización?

Bueno (risas) o cambian o cambian. Sí, se han tenido que preparar, algunos con más dificultades que otros, pero sí están preparados. Creo, además que, cuando las universidades más prestigiosas entran en un campo como el online, por lo general, ofrecen programas de formación muy exhaustivos para los profesores, y eso ayuda mucho.

Una de las reivindicaciones de la universidad es vincularla más a la empresa, ¿está cambiando en las universidades?

Cuando hablamos de vinculación, en la Universidad Europea nos gusta más decir que la hacemos con las profesiones, no solo con la empresa. Y es que hay profesiones que se ejercen a través de la empresa pero hay otras que son mucho más liberales. Por ejemplo, tenemos muchos estudiantes de medicina y de odontología que no van a una empresa, sino a hospitales o abren sus propias consultas. La crisis, que ha sido tan mala para tantas cosas, ha sido un revulsivo en este sentido para las universidades. Antes de la crisis, las universidades tradicionales públicas no querían oír hablar de la vinculación entre la universidad y la profesión, y ahora hasta las universidades públicas más tradicionales hablan de ello. Esto sucede porque lo ven como una responsabilidad.

¿Hemos superado la tituliti' que tanto se extendió durante la crisis?

El ansia por estar bien preparado y mostrar un buen CV no ha dejado de estar presente. Lo que sí ha pasado de moda es esta idea de tener que enseñar muchos papeles a la que nos abocó crisis. Sin embargo, la crisis es una anomalía, no la regla de comportamiento de una sociedad. Como hemos vivido en una situación anómala, también hemos percibido esa anomalía de que el papel valiera mucho. Pero el hecho cierto es que, a la hora de contratar , a todo el mundo le gusta un curriculum, que ofrezca un buen balance entre la teoría y la práctica.

Hay casos de empresas que prefieren no contratar a gente con sobrecualificación, ¿que opinión le merece?

A mí me cuesta trabajo creer esto. Considero que hay mucha anécdota detrás. Estoy seguro de que a cualquier empleador le gusta emplear a gente que está muy bien preparada. Lo que está claro es que si uno que tiene dos títulos y aplica para repartidor, se debe tener en cuenta que el señor que contrata lo que quiere es un repartidor de verdad y que no por tener dos títulos eres buen repartidor o transportista. Quizás esto se ha llevado demasiado a la anécdota, pero cualquier persona que emplea a otra busca que esté bien preparado y que tenga teoría y práctica. Eso afortunadamente no es una moda y seguirá siendo así en el futuro.

¿Cómo ve el desarrollo de la universidad en Canarias?

Canarias tiene dos universidades públicas muy buenas. Una en Gran Canaria y otra en La Laguna. Lo sabemos desde el momento en que llegamos. La universidad privada no viene a remediar ningún problema. Nuestro objetivo es complementar la oferta de Canarias, nos parece que está muy bien. Porque que se estimule con una oferta privada de calidad beneficia a todos. Canarias tiene un porcentaje de jóvenes en la universidad por debajo de la media nacional, lo que en Naciones Unidas se conoce como el índice de participación, es decir, el porcentaje de jóvenes entre 18 y 24 años que están en la universidad. Estimular la oferta, la innovación y la competencia debería estimular también la demanda, la calidad y el interés de la gente por estudiar. Por tanto, la oferta en Canarias es de calidad, desde luego, pero la privada puede estimular que haya más estudiantes jóvenes estudiando en Canarias.

En 2020 la Universidad Europea de Canarias va a expandirse y se empezará a dar clase en una sede en Santa Cruz.

Nos encanta La Orotava, es un sitio maravilloso para estudiar, pero nos quedamos cortos de sitio y queremos dedicar más. De esta manera, La Orotava se va a centrar en la enseñanza de Ciencias de la Salud, porque necesita grandes espacios para dar cabida a los laboratorios o al hospital simulado. Mientras, nos acercaremos a Santa Cruz con dos propósitos: acercarnos donde está el núcleo de población más grande y estimular las enseñanzas de posgrado.

Cada vez hay más oferta privada de universidades en España, ¿a qué cree que se debe?

Se debe a que hay más demanda. Hay mucha más gente estudiando y lo hacen durante más tiempo. Por tanto, no solo es que haya más estudiantes que vayan una vez a la universidad, sino que hay más personas que van más de una vez a la universidad, esto multiplica la demanda, en número de horas que se estudian. Creo que la universidad privada ha visto la oportunidad de crear su propia oferta y esto ha ido unido a la demanda general. No obstante, se debe recordar que la universidad privada es complementaria de la pública y nunca será sustitutiva. Es un poco como la sanidad. La sanidad privada es complementaria de la pública y nunca la reemplazará. Lo mismo ocurre con la universidad.