Encuentro de escolapios de oro

«Que viva el grupo de amigos, que aquí hoy (siempre) nos reunimos. Voy a contarles la historia de un grupo noble de chicos. El año cincuenta y ocho, y en el siete, eran nacidos. En el cole de madera o en el payas fue su inicio. Pasamos al Quisisana, ese singular castillo, que con los profes y curas el Bachiller allí hicimos.

El año setenta y cuatro fue la marcha de este sitio, unos estudiamos COU y a trabajar otros fuimos. Y desde el año siguiente en diciembre coincidimos, el veinte nueve a las nueve en la estatua nos reunimos. Cincuenta años han pasado y de todo hemos tenido». Este es un fragmento del romance cantando durante el nuevo encuentro de la promoción 1974 del colegio Quisisana, de los padres Escolapios».

Tradicionalmente estos escolapios de oro se reunían cada 29 de diciembre en un ambiente de camaradería, alternando anécdotas de la infantil y la juventud compartida con el devenir de los acontecimientos que les ha reservado la vida.

La reunión celebrada el sábado 18 de mayo venía marcada por las bodas de oro desde que se graduaron, y se hizo presente también a los profesores que pusieron las bases a aquella generación y que acudieron a la cita, Ángel Márquez, Conrado Pérez Sierra, Aurelio Padilla, padre Eladio y padre Ramiro –actual rector de Los Escolapios enTenerife–. El reencuentro incluyó desde una eucaristía en la capilla del centro, al almuerzo de confraternidad y hasta un partido de baloncesto que permitió volverse a corto a algunos, con la colaboración de Almacenes El Kilo como de la ONG Por amor al deporte, de Jorge Lecuona.

Cincuenta años de promoción, tantas como ediciones de los encuentros sin perder el contacto, hasta el punto que para esta convocatoria muchos se trasladaron desde su residencia en Madrid, Las Palmas y Valencia para disfrutar de un reencuentro.

De los más de ciento veinte compañeros que llegaron a compartir las cuatro aulas en la época de Ingreso en Los Escolapios, la promoción mantiene un recuerdo emocionado a quienes los han precedido, casi una cuarta parte, con el orgullo del tiempo compartido y el encuentro de oro que revitalizó lazos que perviven.