Barrio a barrio | Los Gladiolos

El chef Samuel Hernández ‘alimenta vocaciones’ en el CEIP Los Verodes

Dentro de la Semana Cultural del centro, toda la comunidad escolar dedicó un día a la gastronomía canaria con productos de 'kilómetro cero'

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Los casi doscientos alumnos del Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Los Verodes, en el barrio de Los Gladiolos, viven una semana cultural con diferentes actividades para promover la vida saludable y que avanzan en el compromiso que ha defendido Carmen Trujillo, la directora del colegio, de dinamizar el centro y reivindicar la escuela como punto de encuentro del barrio y abundar en el sentimiento de orgullo de pertenencia a esta zona.

Padres, estudiantes y profesores están inmersos desde el lunes en una nutrida agenda de actividades como cuenta cuentos, que corrió a cargo de un antiguo alumno del CEIP Los Verodes; cine solidario, donde los vecinos del barrio y los alumnos del colegio ‘compraban’ sus cotufas para la película intercambiando un alimento no perecedero, o la oferta deportiva que concluirá este domingo con la participación hasta de los padres con un equipo de brilé.

Este miércoles 24 de abril fue el día escogido por el claustro de profesores para dedicarlo a alimentación saludable y qué mejor que adentrarse en el mundo de la gastronomía canaria de la mano del chef Samuel Hernández, sobrino de la profesora Ani Hernández, que ya en diciembre desarrolló una experiencia similar.

Con Samuel se cumple aquello de que de casta le viene al galgo. Pasó su infancia en el barrio de Los Verodes y estudió en La Candelaria cocina con Rogelio Quintero, lo que le brindó la oportunidad de hacer realidad el sueño que alimentaron su abuelo y su tío, que eran unos cocinillas –como define el propio Samuel– y que tras los estudios cursados se formó en chef. Desde los diecinueve años –y tiene 38, por lo que lleva ya media vida– está dedicado al mundo de la hostería, disfrutando de una gran reputación en el sector como propietario del restaurante Zoco–Arabic New Concept, en Los Cristianos, entre los tres establecimientos que regenta y de la que dependen una sesenta familias. Si Samuel es pasión por la gastronomía, su tía lo es por la educación. Ani, que había vinculado su futuro profesional con la directora del CEIP Los Verodes desde hace cinco años Carmen Trujillo, tenía previsto jubilarse al cerrar esta etapa, pero solicitó dejar la responsabilidad para volver a las aulas y despedirse por todo lo alto.«Yo no soy abuela y no me voy a jubilar aún», advirtió con la ilusión y el entusiasmo del resultado del trabajo bien hecho: en la etapa de Carmen Trujillo en la dirección, el colegio ha crecido de seis a once unidades.

Visita hasta la cocina

Mientras los padres y madres esperan la apertura de las puertas del patio donde se ha instalado casi una decena de carpas para la degustación de los productos elaborados por los propios alumnos, la coordinadora del distrito Salud-La Salle, Tamara del Pino, en compañía de la concejala de zona, Zaida González, invita al visitante a adentrarse en las aulas del centro para conocer el secreto del éxito. Las aulas se han convertido en un día en cocinas donde se elaboran los productos.

La estampa es única y sus protagonistas están... para comérselos. Los niños de Infantil se afanan en rematar las papas arrugadas que cocinó Samuel Hernández y su amplio equipo que movilizó para la ocasión en el colegio. Los pequeños –entre los que se encuentran los más menudos, de dos años, ya que el CEIP Los Verodes estrena este año el desarrolló del primer ciclo de Infantil– disfrutan ‘montando’ las papas con el mojo rojo o verde que han elegido para luego convidar a sus padres. Desde Infantil a sexto de Primaria, la comunidad escolar disfruta de esta lección de gastronomía que pone al descubierto la faceta como formador de Samuel. 

El chef ha elegido un amplio menú, con productos de kilómetro cero de la tierra: desde la pella de gofio amasado con miel de Tenerife preparado por los niños de primero de Primaria, a cuchara de guacamole con tierra de aceite de Arico y brotes de guisantes que elaboraron los de segundo, ‘dips’ de salpicón de atún con su vinagre macho que trabajaron los de tercero, o vasito de gazpacho de fresas, brownie con su azúcar glasee y napado con sopa fría de chocolate blanco y hasta los pimientos de piquillos rellenos de bacalao con salta de tomate casero que no les quitó el ojo Tamara del Pino pendiente de que comenzara la degustación.

Y por su faltaba algo, Samuel Hernández se trajo al coctelero Petar Marinov para bordar la oferta con zumos. «Tenías que ver la cara de los niños cuanto tocaban la textura de la papa o del aceite», explicaba el chef a las autoridades que se trasladaron hasta las instalaciones del colegio, caso de la concejala de distrito, Zaida González, y la responsable de Educación, Charín González.

No pudo evitar la tentación Charín de pedirle una papa arrugada a los niños de Infantil, quienes con la complicidad de Zaida González le dijeron en ese ambiente distendido que tenía que esperar a que entraran los padres al centro. La director, Carmen Trujillo, no cabía de satisfacción y agradecimiento por la generosidad de las empresas colaboradoras que secundaron la llamada de ayuda de Samuel, y es que hasta Café Caracas se sumó para que no faltara de nada mientras la Asociación de Cocineros de Canarias regaló los gorros y delantales para los niños y Acyre y Comesa pusieron más de mil envases para que todo estuviera en su punto.

Entre los alumnos de Infantil, terremoto Brandon, de dos años, como presentó una de las profesoras para elogiar la buena predisposición a participar en las actividades siendo uno de los más pequeños de la comunidad educativa, o Akram, un alumno de cinco años de Infantil con vocación de chef. Su comida favorita, las sardinas; lo más importante a la hora de elaborar la comida, los ingredientes, y lo que nunca debe faltar... seguridad alimentaria, o lo que es lo mismo: lavarse siempre las manos y los productos antes de comenzar a cocinar. Con las claves del éxito que le recomendó Akram al mismísimo chef Samuel Hernández.

Con todos los platos montados, se abren las puertas y se coloca la oferta gastronómica en las mesas instaladas bajo los puestos habilitados gracias a la colaboración del Instituto Benito Pérez Armas. Y suena la batucada del Proyecto Birmagen, del Instituto Municipal de Atención Social, se reivindica la concejala de Educación y también del IMAS, que recuerda que esta iniciativa pretende la integración de niños y niñas desde la música y el arte. En cada mesa instalada en el patio, los propios niños se encargan de ofertar la degustación. Bryawna y Francisco, de 8 años, con su gorro y delantal, explican la receta de su salpicón de atún: pimiento verde y rojo, cebolla y atún ‘amasado’ en aceite y con vinagre, y decorado con una ramita de cilantro, le apunta su profesora Auri. El secreto: aceite de oliva en polvo... Listo para comer y degustar en una jornada que salió a pedir de boca.