BARRIO A BARRIO | Las Moraditas de Taco

Viviendas Municipales recibe el encargo de construir los aparcamientos de Las Moraditas

La Plataforma Vecinal Unidos, reconvertida en asociación hace un año, reitera la demanda de murar un solar de titularidad municipal y cuestiona la tostadora de café

Humberto Gonar

Humberto Gonar

La Plataforma Vecinal Unidos hace balance de su primer año de gestión al frente de la asociación de Las Moraditas, con la vista puesta en «cosas que dicen y no hacen los políticos», anuncia la presidenta del colectivo, Sonia Rodríguez, cuando emplaza al visitante a conocer los avances y carencias del barrio, donde en los últimos cuatro años se ha intensificado la lucha para conseguir los prometidos aparcamientos en los bajos de la plaza del pueblo. Décadas han transcurrido entre contradicciones de políticos: unos a favor de la construcción y otros que cuestionaban si se ajustaban a la normativa.

Al término del mandato anterior fue vital la implicación del concejal de Viviendas Municipales, Juan José Martínez, quien dejó sobre la mesa al nuevo titular de Patrimonio Municipal, Javier Rivero, el compromiso de avanzar en la construcción de los estacionamientos debajo de la zona de esparcimiento, cumpliendo así la promesa que se dio en el pasado y un viejo anhelo del barrio. El compromiso por parte de los vecinos pasaba por garantizar que van a acceder a la compra y que no se va a ser una inversión municipal que quede en el aire.

Después de las elecciones, el responsable de Patrimonio, Javier Rivero, se reunió con la asociación de Las Moraditas de Taco en un encuentro celebrado el 10 de noviembre en la sede vecinal y hasta les presentó un boceto que podría sentar las bases del futuro proyecto. En aquella reunión Rivero recordó que según los estudios realizados por los técnicos municipales, en los 1.300 metros cuadrados se pueden habilitar entre 40 y 44 plazas para vehículos, y aportó soluciones a los conflictos técnicos que se planteó, anunciando una inversión que rondaría los 250.000 euros.

Junto al compromiso de ejecutar la obra, el concejal de Patrimonio avanzó en la necesidad de tener el compromiso de los vecinos sobre qué modelo de gestión preferían: ó tres posibilidades. La primera, la venta de cada una de las 40 plazas por unos 5.000 euros –precio orientativo–; la segunda, el alquiler mensual y una tercera, que el ayuntamiento encomiende la concesión a la plataforma y que se encargue de gestionarla.

Hasta que las plazas de aparcamientos bajo la plaza de Las Moraditas sean una realidad, Rivero ha avanzado en la siempre engorrosa tramitación municipal, y es que a esta promesa, como a otras muchas, parece que va al ritmo de la isa dos pasos para adelante, dos pasos para detrás.

Días atrás, el concejal de Patrimonio remitió a la presidenta de asociación, Sonia Rodríguez, la encomienda que se realiza a Viviendas Municipales de que licitar el proyecto para habilitar el esperado aparcamiento bajo la plaza después de que, por fin, este espacio ya esté incluido en el catálogo municipal de inmuebles.

Entra ahora en la recta final hasta que comiencen las obras. Corresponde a la Concejalía de Viviendas Municipal la licitación del concurso para redactar el proyecto y su adjudicación previa a la ejecución de los trabajos. A efectos del vecinos, eso supone que los estacionamientos no serán realidad antes de dos años. Pero, como dice Sonia Rodríguez, se ve luz al final del túnel y gracias a Javier Rivero «sabemos que se están haciendo trámites y tenemos su compromiso de que no se desligará de la obra hasta que se culminen las promesas».

Asuntos pendientes

En este primer año de gestión al frente de la asociación, con la solera de otros dos o tres desde la plataforma, Sonia Rodríguez señala la tarea pendiente de afrontar desde el ayuntamiento. Asegura que le pidieron al ayuntamiento que se procediera al cerramiento de cuatro solares, dos de ellos de titularidad municipal, y la semana pasada se procedió precisamente a murar uno de ellos, en la calle Chafiras, aunque ‘de aquella manera’: una pared frontal, con su puerta correspondiente, si bien se puede acceder por un lateral con plena comodidad para abandonar basura y escombros. Eso sí, el solar que más preocupa a los vecinos por el riesgo de derrumbe, que se localiza a menos de cincuenta metros, sigue sin murar precisamente porque aunque en el catastro municipal figura a nombre del ayuntamiento no está en el inventario. Y mientras, sigue el riesgo, como ocurrió días atrás con la lluvia, dice Sonia. 

Otra de las reivindicaciones vecinales se refiere a la continuidad de una tostadora de café en el barrio por las molestias que causa a los residentes, mientras muestra una resolución de Urbanismo que dice que «deberá cesar inmediatamente la actividad dado que no cuenta con título habilitante». Sin embargo, la presidenta de la asociación explica que la propia concejala de Urbanismo le dijo que se había dado marcha atrás por un error administrativo, lo que no satisface las demandas de los residentes que considera que no es una actividad inocua y que está en uso residencial y no industrial, y aseguran que no cesarán en su lucha hasta que prevalezcan lo que consideran sus derechos.