Semana Santa | Preparativos

El besamanos de La Macarena anuncia la procesión más numerosa de Santa Cruz

Veintiocho costaleras y otros tantos hombres culminan sus ensayos de cara al Jueves Santo

Las costaleras de El Cautivo sacan el trono del callejón Verdugo para comenzar su ensayo.

Las costaleras de El Cautivo sacan el trono del callejón Verdugo para comenzar su ensayo. / Andrés Gutiérrez

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Los miembros de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de la Esperanza Macarena, pasos de la Semana Santa chicharrera que se custodian en la parroquia matriz de La Concepción, celebran la tarde de este sábado el tradicional besamanos, una celebración que supone la entrada de nuevos miembros y, a la vez, anuncia la proximidad de esta procesión, la más multitudinaria de cuantas se desarrollan. La cita: 20:30 horas del Jueves Santo que se celebra el día 28 de marzo.

En el besamanos siete nuevos cofrades recibirán la medalla por la que han estado esperando los tres años transcurridos desde que formalizaron su entrada, experiencia que ya vivió Cristo Rodríguez. Con 15 años solicitó la incorporación a la cofradía que se hizo efectiva tres años después, coincidiendo además con que cumplía otro de los requisitos: ser mayor de edad.

Vecino de Valleseco, Cristo comenzó a participar en la procesión de La Macarena y El Cautivo contagiado por la devoción y la fe de su abuela materna Siona; primero, como acólito y desde que cumplió los 18 años, como nazareno –entiéndesa con capirote y hábito–, llegando a asumir la secretaría de la cofradía de la mano de su presidenta, Mary Carmen Llarena, quien elogia la entrega y dedicación de Cristo. Modisto de profesión, tan pronto se le ve enramando como arreglando hábitos y donde haga falta prestar una ayuda, dice Llarena.

El besamanos marca la recta final de los preparativos de la cofradía. Sus costaleros –28 mujeres cargan a El Cautivo y otros tantos, a La Macarena– comenzaron los ensayos para sacar los pasos en procesión nada más finalizó el Carnaval, el Domingo de Piñata, y durante tres semanas han estado inmerso en los preparativos los lunes, miércoles y viernes, de 21:00 a 23:00 horas, en la calle de La Noria así como aledaños. Con la misa de este viernes, los pasos quedan montados y preparados en el interior del templo de La Concepción, donde tienen su sede y se dan por finalizados los ensayos para organizar a los portadores y marcar el paso debajo de los dos tronos.

El Carnaval está presente en esta Cofradía no sólo como referencia a cuando comienzan los ensayos de cara a la Semana Santa, sino también porque este año los tronos de La Macarena y El Cautivo se han vuelto a custodiar en el pasacalle de Manuel Verdugo, junto al local de Mamelucos, que a su vez es el lugar donde este año se vestirán los miembros de la Cofradía, en Jueves Santo.

Carnaval y Semana Santa

Ahí se dejaron las plataformas de La Macarena y El Cautivo durante tres semanas hasta que días atrás se trasladaron a La Concepción para finalizar su montaje, tanto por la instalación de las dos tallas.

Más vínculos entre las cofradías de La Macarena y El Cautivo: sus capataces, los hermanos Paco y Leo Cortés, fueron fundadores de la murga infantil Los Rebeldes. Paco llegó con cuatro años, cuando La Macarena salía de la iglesia de Santo Domingo de Guzmán, en la avenida Tres de Mayo... y ya suma 65; de ellos, más de media vida como capaz de La Macarena.

Bajo los tronos, con el costal sobre el cuello-, también caras vinculadas con la fiesta de febrero, caso de María José, que este año está acompañada por sus dos hijas, bajo el paso de El Cautivo, o de Juan Francisco Cano, presidente de la rondalla Los Aceviños, o incluso el bailaor y profesor de flamenco Genaro Arteaga, que acudió un año a echar una mano y ya han pasado diecisiete... Él, que contribuye también a cargar el trono, es el encargado de confirmar al capataz, Paco Cortés, que todo está correcto para ponerse en marcha.

El trono de El Cautivo, que pesa unos ochocientos kilos, lo portan 28 mujeres, con el paso marcado por Leo, mientras que La Macarena, cuyo tropo supera los 1.200 kilos, lo carga más de una veintena de chicos, con Paco al frente.

A las nueve de la noche llega el primer grupo que se reúne bajo los arcos del puente Serrador, para enfilar La Noria hasta el callejón. Comienza ahí el ensayo. Las mujeres presumen de tener este año un grupo nutrido que garantiza portar a El Cautivo, mientras que los hombres van ajustados; de hecho, el lunes pasado se incorporó uno de los portadores de la Virgen del Carmen de Puerto de la Cruz que se enteró que todavía estaba a tiempo para sumarse al grupo; no es la única incorporación de este año, cuando se estrena un neurólogo del Hospital Nuestra Señora de La Candelaria que procesionará con hábito de nazareno.

El ensayo con el trono –sin la colocación de las tallas– con un altavoz que emite la marcha procesional transcurre tanto por La Noria como por la calzada de Santo Domingo para regresar al callejón y deja de manifiesto la jerga con la que se entiende el capataz con los costaleros: «Trasera izquierda; delantera derecha», ordena para dar la vuelta, mientras Vilar, otro de los históricos, desde fuera, pide repetir la salida. «Estamos llevamos a una señora», reflexiona, «mucho mejor así».

Mientras transcurren los ensayos para que la noche del Jueves Santo esté todo a punto, en la casita donde tiene su sede La Esperanza Macarena, en la calle Ni Fú-Ni Fá, Mary Carmen Llarena supervisa que todo esté a punto para el gran día. Hermana mayor de la cofradía desde hace doce años, recuerda el día que fue a almorzar con una amiga que le dijo que por la tarde iba a la reunión, a la que acabó por sumarse y de eso han transcurrido ya 24 años. 

La cofradía de La Esperanza Macarena comenzó en la Semana Santa chicharrera en 1959 y a partir del 2000 incorporó el paso de El Cautivo, que celebra el próximo año 25 años, por lo que ya se tramita que pueda tener una procesión extraordinaria con motivo de esta efemérides.

Mary Carmen Llarena tan pronto atiende a las costureras y modistas que están prepararon los hábitos de Semana Santa como atiende a los nuevos miembros, cobra las cuotas o revisa con Cristo, su secretario y al que considera un hijo adoptivo del que elogia su entrega, explica que la cofradía tiene más de trescientos miembros que abonan una cuota de 25 euros al años más cinco si salen en procesión. Como el resto de los integrantes, cuenta los días para el gran día, el Jueves Santo, movida por la devoción a su Esperanza Macarena.