Atención Social

Hugo espera en el hospital desde hace un año por una casa adaptada

La madre del joven que quedó tetrapléjico por una caída al mar perdió el trabajo para atenderlo y vive en un piso de Cruz Roja

Jennifer, con su hijo Hugo, que quedó tetrapléjico tras lanzarse al mar.

Jennifer, con su hijo Hugo, que quedó tetrapléjico tras lanzarse al mar. / El Día

Humberto Gonar

Humberto Gonar

El 13 de junio de 2022 le cambió la vida a Hugo cuando, casi para celebrar las notas de final de curso, se fue al Puertito de Güímar con un amigo y se lanzó al mar sin percatarse de que la marea estaba baja, lo que le provocó una tetraplejia que lo llevó al Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, donde permanece desde entonces a la espera de poder tener un piso adaptado.

En paralelo, Jénnifer de la Rosa, salió a las cuatro de la tarde de aquel 22 de junio de 2022 de la peluquería donde trabajaba; dos horas después la llamaron para alertarle de la situación de su hijo y nunca ha vuelto a trabajar para dedicarse a atenderlo. Primero, en el hospital, incluso desplazado a Gran Canaria, pues ellos vivían en El Sobradillo y la situación vital les obligó al traslado.

Desde que los médicos le anunciaron que ya podía volver a su vivienda, Jénnifer ha removido Roma son Santiago con éxito desigual, y hasta no le dolieron prendar para en la final de murgas del pasado Carnaval, celebrada el viernes 3 de febrero, subir al escenario con Desbocados, que le cedió parte del tiempo de su repertorio para que reclamara en un comunicado que leyó que necesitaba una vivienda adaptada para ir a vivir con su hijo. Solo cinco días después dos administraciones públicas plantearon diferentes alternativas.

Jénnifer de la Rosa lee un comunicado durante la actuación de Desbocados, en la final de murgas de 2023.

Jénnifer de la Rosa lee un comunicado durante la actuación de Desbocados, en la final de murgas de 2023.

Junto al ayuntamiento de Santa Cruz, el Instituto Canario de Vivienda (Icavi), que le garantizaba un piso en Los Andenes, en Taco.El 8 de febrero se firma el acuerdo con el compromiso de realizar los trabajos de adaptación, siendo preciso cambiar la entrada del dormitorio y un baño para facilitar el paso, una obra que se realizó antes del 8 de abril, que era la fecha prevista para la entrada de la familia.

Sin embargo, la vivienda tenía realizada la mejora pero faltaba culminar la pertinente licencia de primera ocupación, precisa Jénnifer, que agradece la colaboración que desde el minuto uno contó desde la Alcaldía del Ayuntamiento de La Laguna

Han transcurrido dos meses desde que se formalizaran los correspondientes permisos. «Las obras de edificación se realizaron sin ajustarse al proyecto que obtuvo licencia, razón por la cual no fue posible reconocer la eficacia la primera ocupación en un primer momento. Para ello era preciso legalizar las obras realizadas al margen de la licencia inicial mediante una licencia de reforma. La promotora solicitó entonces la licencia de reforma que fue tramitada con carácter de urgencia en la gerencia de Urbanismo, por indicación de sus responsables políticos dada la urgencia social del caso. Una vez otorgada la licencia de reforma la promotora presentó la comunicación previa con declaración responsable de primera ocupación el pasado 6 de junio, no quedando ningún trámite urbanístico más que realizar en la gerencia», precisan fuentes municipales.

Pero todavía Jénnifer y Hugo no han podido entrar a vivir en el piso porque la empresa encargada del suministro eléctrico no ha acometido el enganche a la red. «El artículo 350 de la Ley del Suelo de Canarias establece que la presentación de la comunicación previa para la primera ocupación deberá presentarse como mínimo un mes antes del inicio de su uso. Y según el artículo 336, corresponde a las empresas suministradoras exigir a los promotores o propietarios la acreditación de la primera ocupación para la contratar los servicios».

Hoy se cumple un año y seis días del accidente que sufrió Hugo y que el cambió la vida tanto a él como a su familia. El joven, que el pasado mes de abril celebró su dieciséis cumpleaños en el hospital a la espera del prometido piso adaptado, sigue ingresado en Gran Canaria, isla donde se ha establecido circunstancialmente su madre hasta que pueda regresar a Tenerife.

Durante este tiempo Jénnifer subsiste gracias al ingreso mínimo vital y a que está acogida en un piso de Cruz Roja. También tiene palabras de agradecimiento y reconocimiento al apoyo que en su momento encontró de Lolo Dorta, quien le ayudó en la búsqueda de un piso adaptado hasta su fallecimiento, momento en el que la propia Jénnifer ha tenido que plantar cara casi en solitario.

Agradece la atención diaria que ha recibido desde el Ayuntamiento de La Laguna, que la ha mantenido informada de cada una de las gestiones y los trabajos que se han desarrollado desde que tuvo conocimiento de que el Icavi le iba a dar la vivienda y se realizó el seguimiento a la obra.

Gracias al coraje de Jénnifer, los trámites siempre se han ido resolviendo. Desde el Icavi le advirtieron que faltaba la licencia de primera ocupación y a la madre de Hugo le faltó tiempo para ponerse en contacto con el alcalde de La Laguna y desbloquear la situación, que dependía de una gestión que debía realizar el propio Icavi. Igual ha ocurrido con el enganche de la luz, que hasta ha llegado a contactar con un alto cargo de la compañía a la espera de que se culminen los trámites.

«El hombre se viste por los pies», recuerda Jénnifer en referencia a un interlocutor de Icavi que se desmarcó en la recta final de la culminación de los trámites al dejar la institución. La madre de Hugo saca fuerzas de flaquezas. «Al buey se le conoce por el cuerno y al hombre por la palabra», dice mientras se espera la entrega del piso anunciado.