En Roque Negro se cambiaron las tornas la semana pasada para que las últimas lavanderas del lugar, Juana, Iluminada y Lola, instruyeran a los profesores en lo que ha sido su forma de vida heredada desde siglos atrás. Los participantes agradecen la labor del parque rural que dejó el sendero autoguiado impoluto.

El Plan de Formación de Profesores de Anaga puesto en marcha desde hace cinco años combina no solo el diseño curricular propio de cada nivel de la Educación Insular y Primaria sino que también se preocupa porque los docentes conozcan de primera mano tanto el territorio como el valor etnográfico y las costumbres de la zona.

Con este reto, bajo la coordinación de María Mamely, días atrás se cambiaron las tornas en Anaga y los veinticinco profesores de las los seis colegios –escuelas rurales– que se localizan en Anaga fueron instruidos por tres de las últimas lavanderas, Juana, Iluminada y Lola, en una actividad que se desarrolló en Roque Negro, centro de referencia de la zona.

Hasta allí se dieron cita los tutores y profesores especialistas que rotan por el CEIP Susana Villavicencio (Los Campitos), CEIP María Isabel Sarmiento (Valleseco), CEIP Jesús Pérez Rodríguez (Igueste San Andrés), CEIP Julián Rojas de Vera (Taganana), CEIP Sor Florentina y Agustín Cabrera Díaz (Roque Negro) y CEIP Las Carboneras. 

María Mamely, directora del plan de formación, explica que el proyecto establece tres actividades que permiten conocer el lugar y las tradiciones de los alumnos a los que le imparten clase. En el primer trimestre se adentraron en las casas cuevas y asentamientos de Chinamada, mientras que en el segundo tuvo lugar una visita a la presa de Los Campitos, para concluir por este curso con el trabajo de campo en los lavaderos de Roque Negro.

Junto a las vecinas, que instruyeron a los docentes en algo que a priori podría parecer tan sencillo como torcer la ropa o luego llevar los baldes en la cabeza, también colaboraron miembros de las asociaciones de vecinos de la zona. Tanto los profesores como los residentes agradecieron también los esfuerzos realizados desde el Parque Rural de Anaga y en especial desde el área de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife, que garantizaron que el sendero autoguiado donde se desarrolló la actividad con las lavanderas de Roque Negro, incluido en la red de caminos, estuviera en perfectas condiciones para el disfrute de la actividad intergeneracional.

Desde el Plan de Formación de Profesores se destaca la necesidad de que los docentes conozcan la realidad en la que sus alumnos desarrollan su vida cotidiana, integrando también en la comunidad a los vecinos de la zona que ponen en valor los atractivos y valores del Parque Rural de Anaga.