Cándido Quintana, histórico activista y luchador en la defensa de los intereses públicos, confirmó en su perfil en Facebook el fallecimiento de Lola Schneider, la alemana que plantó cara a la corrupción y la especulación de Las Teresitas y que puso al descubierto la desaparición en el Registro de la Propiedad de los legítimos titulares de los terrenos de Montaña Morera, dentro del llamado caso de Las Teresitas.

La muerte de Lola Schneider se produjo a primera hora de este miércoles y después de una larga enfermedad y deja un hondo pesar entre quienes encontraron en ella un soportal en la lucha contra la especulación, caso de José Ángel Martín Bethencourt, uno de los integrantes de Ínsula Viable que inició la denuncia contra el 'pelotazo' urbanístico de Las Teresitas.

El actual concejal socialista se mostró afectado por la noticia y definió a Lola Schneider como “una alemana canaria de corazón que defendió los espacios naturales y en particular su amada playa de Las Teresitas”, para poner énfasis en su implicación en la defensa contra la corrupción.

“Es una gran pérdida para la sociedad tinerfeña y para los movimientos sociales”, concluyó Martín Bethencourt.

Cándido Quintana, compañero de fatigas en muchas de las batallas lideradas por la alemana de Las Teresitas, la define como “una buenísima persona y una luchadora incansable, implicada tanto en causas propias o no”, para referirse a que falleció sin haber podido concluir su batalla por la restitución de la inscripción de su finca en el Registro de la Propiedad.

También defensor de la defensa del desarrollo portuario y el frente litoral de Santa Cruz, Cándido Quintana recuerda los orígenes en la lucha vecinal de Lola Schneider que comenzó con una plataforma en defensa de Las Teresitas y Anaga, y después centró sus esfuerzos, entre otros objetivos, en el derribo del mamotreto y en contra de la corrupción.

Su esposo, Enrique Schneider, recuerda que Lola, nacida en la localidad alemana de Münster y con un hermano once años más pequeño que ella, se enamoró de Tenerife en un viaje que realizó en 1952 junto a sus padres cuando se desplazaron al pueblito que era entonces Puerto de la Cruz. Por aquella época Lola tenía catorce años y quiso quedarse en la Isla, por lo que sus padres le alquilaron un piso y encargaron a una gobernanta la educación de su hija, que dos años después ya comenzaría a alternar sus estudios con el trabajo.

Ya en la década de los años setenta trabajó como traductora en un importador de material técnico para luego emprender su labor en solitario, hasta desembarcar en la lucha vecinal en el año 2000 con su Asociación de Amigos de Las Teresitas, de implantación en Anaga.

En 1974 llegó a Tenerife Enrique Schneider, quien decidió cerrar su etapa en Alemania como periodista y director y editor de una revista especializada en ingeniería, para luego dar clases de alemán en inglés y finalmente dedicarse al alquiler de viviendas vacacionales en esta zona de San Andrés. En sus primeros cinco años de estancia en la capital se dedicaría a escribir novelas policíacas. Enrique conoce a Lola en la firma del primer contrato de una casa de su propiedad en San Andrés, en cuya negociación participa como traductora, dada su especialidad tanto en temas jurídicos como médicos. Ya en la década de los años ochenta Enrique decide fabricar en una parcela junto a Lola y en 1998 forman pareja, una relación que formalizan como matrimonio en 2005.

Sin ceremonias, este jueves está previsto la incineración de los restos mortales de la luchadora incansable de Las Teresitas, si bien sus cenizas descansarán de por vida en el jardín de su casa en Montaña Morera, a la espera de culminar la inscripción de la finca en el Registro de la Propiedad de donde desapareció su nombre en 2002, como ocurrió a otros 102 titulares, en una operación de reparcelación de once nuevas fincas.

La Asociación de Amigos de Las Teresitas fue la primera piedra de la lucha contra la corrupción y en defensa del medio natural, como logró revertir las intenciones de suprimir los centenarios laureles de indias que gracias a ella todavía hoy se mantienen en Montaña Morera. Luego vendría la defensa de Las Teresitas y el Mamotreto que finalmente se demolió.

El alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, aunque no tuvo mucha relación con ella de forma directa, destaca de Lola Schneider que “defendió sus convicciones con vehemencia pero también supo hacerlo con coherencia y con educación y sentido institucional”.

Guillermo Guigou, que fuera concejal primero del PP y luego de Ciudadanos a en la década de los años noventa y a comienzos del siglo XXI, y que lideró también la defensa contra la corrupción junto a su compañero de filas Ángel Isidro Guimerá, destacó la generosidad e implicación de Lola Chneider. "Esta misma mañana hablé con Enrique y con ellos mantenía un contacto periódico desde que supe de la enfermedad de Lola, una mujer excelente y que jugó un papel importantísimo en la lucha contra la corrupción haciendo gala siempre de su buen talante y educación. Es una amiga entrañable".

José Manuel Corrales, en el pasado concejal en la oposición del ayuntamiento de Santa Cruz, manifiesta que el fallecimiento de Lola Schneider "me produce una pena enorme. Ha sido una mujer tan luchadora siempre y tan buena persona. Lo siento muchísimo. Ya descansa en paz, pero siempre la recordaremos. Para mí ha sido un lujo coincidir con ella en muchas luchas contra la especulación como el pelotazo de Las Teresitas y el mamotreto; era una de las imprescindibles". 

El portavoz de Sí Se Puede en Santa Cruz, Pedro Fernández Arcila, expresa su agradecimiento a Lola Schneider por la “lucha infatigable de esta defensora de San Andrés y de la Playa de Las Teresitas”. “Santa Cruz de Tenerife tiene que agradecer que personas como Lola Schneider hayan logrado parar el desarrollo urbanístico que se pretendía realizar en la Playa de Las Teresitas y en el Valle de Las Huertas, a costa del patrimonio público e incluso del patrimonio particular de vecinos”.