Opinión

El turismo cultural y Humboldt

Alexander Von Humboldt.

Alexander Von Humboldt. / José Manuel Ledesma Alonso

El turismo es una actividad que arrancó en la sociedad europea a lo largo del siglo XIX, ligado al romanticismo. Luego se puso de moda a mitad del siglo XX llegando a convertirse en una verdadera industria en el argot de la economía. Canarias sabe mucho de eso y precisamente el naturalista prusiano Alejandro de Humboldt fue uno de sus pioneros, ya que colocó a Tenerife entre los destinos más interesantes en razón de su clima, su paisaje, su geografía y su beneficio para la salud después de haberla visitado en junio de 1799. Los británicos se hicieron eco de ello y después del Grand Tour por Europa cambiaron al turismo selectivo que a mitad del siglo XX devino en turismo de masas, en busca de sol y playa, como otros turistas europeos posteriormente.

Actualmente el turismo está socializado hasta el punto que el archipiélago de Canarias, Comunidad Autónoma de España y Región Ultraperiférica de la Unión Europea, cuenta con 138 espacios naturales protegidos, de los cuales cuatro son Parques Nacionales y dos de ellos, Garajonay y el Teide, están inscritos en la lista de Bienes Naturales del Patrimonio Mundial, y es la primera región turística de la Unión Europea. Canarias recibe cada año más de catorce millones de turistas europeos, y la isla de Tenerife, la más alta y la más extensa, unos 6 millones, lo que permite que el número de visitantes al Parque Nacional del Teide alcance la cifra de más de 4 millones de visitantes, entre locales y foráneos.

El antiguo Puerto de Orotava, donde residió Alejandro de Humboldt, fue uno de los destinos primeros de la corriente turística europea. Fue cuando irrumpió el interés por la cultura, tanto prehispánica como hispánica, donde destacó la geografía de las plantas, el vulcanismo, los espacios naturales, el paso de los aborígenes guanches por los menceyatos, la presencia de las familias conquistadoras y su obra arquitectónica, así como la de artesanos y campesinos. No faltaron infraestructuras ligadas al mundo del agua y de la agricultura, ni el legado de edificios, civiles, militares y religiosos construidos en algunas localidades de buenas tierras y aguas. Un variado y rico patrimonio se constituyó en las Islas Canarias.

Ahora estamos asistiendo a una etapa de reflexión acerca del turismo y en particular al de masas. Al objeto de participar en el debate, coincide en mi opinión con la recomendación que nos dio el recordado ingeniero germano venezolano Gerardo Budosky, director general de la UICN y profesor de la Universidad de la Paz en Costa Rica, a la hora de explicar la relación turismo-naturaleza. Nos aconsejaba que dicha relación debería ser de simbiosis, mejor que de coexistencia y por supuesto que de conflicto. En el caso de turismo-cultura debemos caminar por la senda de la sinergia y de la empatía entre el mercado y la conservación.

En el caso del valle de La Orotava lo tenemos claro con Humboldt y el Teide. De su recreación se encargó el grupo Jaster&Creaciones, en el que Antonia Jaster y Ulises Hernández nos llevaron en volandas desde el Jardín Botánico a la casa familiar de los Cólogan en el Puerto de Orotava, para luego subir a la casa de Franchy en la Villa de la Orotava, disfrutar del drago, y continuar por el camino de Chasna hasta El Dornajito, El Portillo y las Siete Cañadas hasta alcanzar Montaña Blanca, Lomo Tieso, la Rambleta, la Cueva del Hielo y disfrutar del espectáculo que se divisa desde el pico del Teide. Por todas estas consideraciones tengo que darles un millón de gracias a los amigos Antonia y Ulises por hacerme disfrutar con la Ruta de Humboldt en Tenerife y de manera particular con el tramo Del Puerto de Orotava al Pico del Teide. Animo a los jóvenes emprendedores a que den un paso más en este tipo de turismo vivencial y recreen digitalmente estos espacios con una reproducción fiel que nos permita interactuar para formarnos en este tipo de actividades.

Sería conveniente utilizar instrumentos fiscales que incentiven las buenas prácticas en el uso del patrimonio cultural y natural. El desarrollo turístico con el horizonte de un turismo de calidad que integre y disfrute del patrimonio inmaterial, como las costumbres, las leyendas, los mitos, las tradiciones, las fiestas, las romerías, las alfombras, las músicas, las danzas, las ferias y los mercados, a través de lo que han llamado turismo vivencial. Sería una buena oportunidad para que la actividad turística continuase contribuyendo al éxito socioeconómico de las ocho Islas canarias y a una mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos, así como a la difusión de Canarias en el mundo. No olvidemos que necesitamos más canarios felices y menos turistas infelices.

Alejandro de Humboldt podría ayudar a ello en Canarias con total seguridad. Sobre todo en unas islas como La Graciosa, Lanzarote y Tenerife, por su identidad con el espíritu de Humboldt, donde se puede leer el legado del conocimiento que adquirió el destacado prusiano al recorrer el territorio geográfico que visitó en su histórico viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente, entre 1799 y 1804. Empezando por reforzar las alianzas entre naturaleza, cultura y turismo al objeto de conseguir modelos de desarrollo sostenible en el marco del Plan Estratégico de Turismo para Canarias, anunciado por la responsable de Turismo del Gobierno de Canarias para su entrada en vigor en 2018.

Bueno sería aprovechar lo que nos dejó y aglutinarlo en varios capítulos, relacionados con el conocimiento adquirido por el ilustre naturalista. Sus rasgos generales son los propios del conocimiento humano, es decir, de una dimensión altamente cultural, tanto en su origen como en su formación y aplicación. Son el resultado del desarrollo de su vida a lo largo de casi un centenar de años repartidos principalmente entre Europa y América, con una semana en Canarias y algún mes en Asia. Con el libro que redactamos sobre Alejandro de Humboldt en 2019, por los 250 años de su natalicio, titulado De Berlín a Berlín por el Teide y el Chimborazo quisimos cumplir con parte de su legado: (1) despertando en los ciudadanos del planeta el interés por el conocimiento de la naturaleza y la cultura de su región, y (2) fundamentando el modelo productivo de Canarias en la investigación y el conocimiento. Razón tienen los amigos Javier Lima, profesor de Geografía e Historia; José Luis Cárdenes, sociólogo grancanario, y Carmen Concepción, museística palmera, en utilizar la figura de Alejandro de Humboldt como referente del turismo y la cultura en Canarias. Hace tiempo que lo vienen diciendo y creo que no están equivocados.