Opinión

Del agua en Los Realejos

La nueva ITV de Los Realejos. | | E.D.

La nueva ITV de Los Realejos. | | E.D. / El Día

Las aguas en la comarca de Los Realejos (1497-1836) es el título de la memoria de licenciatura realizada décadas atrás por Mercedes Camacho y de Alós, bajo la dirección de la profesora universitaria María Teresa Noreña Salto. Para la confección de sus páginas se recurre esencialmente al archivo de Los Príncipes, conservado en esos momentos en la propia Hacienda. En él se encontraban desde reales cédulas hasta provisiones de la Real Audiencia de Canarias y de la Justicia de la Isla de Tenerife, autos diversos, escritos de letrados, escrituras públicas, originales o por testimonio, cartas de administradores y algún cuaderno de cuentas. A lo largo del estudio también aparecen referencias a los archivos municipales de Santa Cruz de Tenerife y del Realejo de Arriba.

La autora profundiza durante una primera parte en las características geomorfológicas y climáticas del enclave geográfico en el que ubicar los hechos históricos. Ofrece un contexto sobre la importancia de la caña de azúcar como cultivo clave en los primeros asentamientos y despegue en la formación del lugar. Asimismo, aparecen referencias sobre los recursos hidráulicos de la comarca de Los Realejos, dividiendo las fuentes en tres tipos: litorales, en el fondo del Valle y las fuentes del risco de Tigaiga. No faltan datos respecto a la labor del reparto tras la conquista y la búsqueda de terrenos para la nueva planta en altitud inferior a los trescientos metros, con el fin de favorecer las condiciones térmicas adecuadas, acudiendo los conquistadores y primeros pobladores a tierras costeras, citando como terrenos óptimos El Campo del Rey o Campo del Gran Rey y El Traslatadero.

Para el caso de las tierras comprendidas entre los barrancos de Godínez y la Azadilla acude a los topónimos como base, recurriendo a citar los repartos a Juan de Zamora, Francisco de Corvalán, Hernando de Castro, Jorge Grimón, Juan de Gordejuela y Juan de Vergara.

Un tercer capítulo es enfocado a la lucha contra el monopolio del Adelantamiento, apuntándose ya los grandes menoscabos que llegaría a sufrir desde la etapa como regidor de Juan Antonio de Franquis. Conforme el avance del texto se ofrecen detalles de sumo interés sobre la búsqueda de oportunidades para Baltasar de Vergara de participar en el caudal de agua del Adelantamiento. Un último apartado se describe como «el ataque final» y guarda relación con las galerías y la necesidad de obtener agua bajo tierra, siendo la realización de pozos una práctica difundida –esencialmente– para el ámbito doméstico. Narra el surgimiento de las comunidades que unieron sus esfuerzos para conformar el Valle de «Las Aguas», en La Orotava, con un origen que se remonta a 1853. La autora explica que para la comarca de Los Realejos la galería más antigua correspondería a la «Empresa de Palo Blanco», siendo sus estatutos presentados al Consejo Provincial de las Islas Canarias el 5 de mayo de 1865 por personas de La Orotava. Las conclusiones se dividen en tres apartados. En primer lugar, la posesión de un caudal fue un bien apetecido por los conquistadores y primeros pobladores de la isla de Tenerife. En segundo lugar, se advierte que Lugo tuvo por suyas, sin más, como Merced Real, las de la Cuenca Lora Romero. Las derivó de su cauce natural. Los sucesores en el Mayorazgo del Adelantamiento tomaron posesión de ellas con todas las formalidades legales, vendieron dulas, recabaron el derecho de llevar aquellas aguas por donde quisieran, litigaron sobre ellas ante la Justicia de la Isla, etc. No se daría la figura de Heredamiento como agrupación de varios regantes. En último lugar, se refleja el malestar patente entre los labradores vecinos que dependían para la atención a sus cultivos de los recursos hidráulicos del Adelantamiento, derivando en un entorpecimiento del paso de las aguas que el Adelantamiento vendía.

Un amplio conjunto documental cierra la propuesta, incluyéndose, además, varios cuadros genealógicos, permitiendo la investigación de Mercedes Camacho y de Alós aportar y completar un amplio apartado de la historia realejera desde diferentes puntos de vista.

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