Opinión | EL RECORTE

Ratones colorados

Aquí los trenes ni los olemos, pero nos sobra gente muy lista: ya están viendo los huevos antes de que la gallina ponga

Parlamento de Canarias

Parlamento de Canarias / El Día

Parece que la Policía Nacional envió un supuesto agente para que se introdujera en los comités independentistas catalanes. Y se introdujo. ¡Vaya si se introdujo! Ocho mujeres han denunciado al misterioso policía por haberse acostado con ellas para sacarles información después de comprobar, supongo que amargamente, que el ardiente compañero de fatigas indepes era en realidad un infiltrado. Dos años estuvo el miembro de la policía dale que te pego. El asunto ha llegado al Congreso. Pero no sé yo. En nuestro país es más fácil hacer el ridículo que hacer justicia. Y tampoco está muy claro de qué delito se puede acusar a un policía pacifista que practica lo de «haz el amor y no la guerra».

Mientras tanto, el Parlamento de Canarias quiere dotarse de medios para sancionar a los diputados que no guarden el debido decoro. ¿Y eso qué es? ¿Ponerse a escribir con el móvil en un pleno? ¿Sacarse un moco? ¿Ciscarse en la parentela de un adversario? ¿Ir sin corbata? De momento nadie lo ha dicho. Los diputados son inviolables en el ejercicio de su libertad de expresión pero sus señorías, señoríos y señoríes guanches, a partir de la próxima legislatura podrán ser sancionados por no se sabe qué. Si lo del decoro va por la tercera acepción de la Real Academia de la Lengua (pureza, honestidad y recato) para mi que de pagar una multa no se libra ni dios.

Otra ocurrencia de Yolanda en el país de las maravillas. La vicepresidenta Díaz ha propuesto congelar las hipotecas. Así en general. Para mear y no echar gota. No es lo mismo el crédito para comprar un chalé de lujo que un modesto piso. Pero además, ¿cómo se interviene en un contrato libremente firmado entre partes? Los bancos están ganando un pastizal. Exactamente igual que las haciendas públicas. La inflación los está inflando. Pero la solución no es cargarse la seguridad jurídica. También quienes pagan alquileres están deslomados con las subidas. Se pueden renegociar plazos y cuotas, pero sería bueno que aprendiéramos que cada palo debe aguantar su vela.

Por cierto que varios políticos canarios viajaron –¿invitados?– hasta una gran empresa europea de trenes para conocer un modelo que funciona con hidrógeno verde. Aquí los trenes ni los olemos, pero nos sobra gente muy lista: ya están viendo los huevos antes de que la gallina ponga. Qué precoces. Hidrógeno verde y gente que sabe más que los ratones colorados. Que no les pase como en Cantabria, donde el Gobierno de España se gastó 258 millones en nuevos trenes que no caben por los túneles. Chiquita chapuza. Alguien se equivocó con las medidas. Haber llamado al policía nacional infiltrado.

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