En el año 2011 terminé de escribir el libro Cuba desde mi ventana después de haber superado una crisis de salud que me trajo por el camino de la amargura. Lo presenté meses más tarde en Miami, cuando celebraban un Festival de Libros promovido por el consulado de España en la ciudad de Florida con el apoyo de la universidad de Miami Dade College. Entonces pude saludar a mi familia canario-cubana exiliada en los Estados Unidos y conocer al famoso escritor español Muñoz Molina al coincidir con él en el consulado. Me animó a seguir escribiendo cuando le comenté que era un aficionado. En verdad que solo me quedé con un par de libros ya que la familia y los amigos se interesaron por conocer mi opinión y mis vivencias en Cuba desde 1985 cuando viajé por vez primera a la isla grande de las Antillas con mi madre y mi esposa en una expedición singular organizada por Radio Club Tenerife y el ayuntamiento capitalino tinerfeño.

El libro tiene unas 300 páginas repartidas en una presentación a cargo del periodista cubano Juan Carlos Sánchez, un prólogo escrito por el actual profesor de Historia de América de la Universidad de La Laguna, Manuel Hernández González, y una presentación que corrió a mi cargo. El contenido del libro lo repartí en tres partes donde la primera va desde 1492 a 1959 y tiene tres subcapítulos; la segunda, que va desde 1960 a 1991, abarca cinco subcapítulos donde escribí sobre la Primera Revolución, la Guerra Fría, En Cuba también cantan los gallos, Cuba, espirituana y orotavense y el Período Especial, mientras que la tercera parte va desde 1992 hasta 2011 y comprende más de quince subcapítulos repartidos a lo largo y ancho de la geografía de Cuba. Cierra el libro una documentación y la bibliografía, además de unas pocas fotografías en blanco y negro.

Me costó conseguí un ejemplar del libro por cuanto se lo prometí al escritor portuense Juan Cruz Ruiz cuando leí un artículo suyo en EL DÍA de Tenerife hace unas semanas que trataba sobre Cuba, titulado En La Habana cuando no es Juana es la Hermana. Le felicité por la crónica cubana y le prometí buscarle un ejemplar para entregárselo cuando viniera al Puerto de la Cruz.

Pasaron los días y Cuba se alteró porque el pueblo cubano se cansó de esperar por la solución de los problemas que vive en la actualidad la sociedad isleña caribeña: escasez de alimentos y de medicinas, así como la falta de libertad. Es entonces cuando se produce la reacción del gobierno cubano y surgen las dudas internacionales de si en Cuba impera una dictadura o no. En este sentido incluimos a España por la diversidad de opiniones y dudas al respecto.

Lo cierto es que el pueblo cubano duda de la reacción gubernamental y se percibe un desmadre social en el que participan jóvenes y maduros, policías y guardia nacional, blancos y negros, hombres y mujeres, jóvenes y mayores. Cunde el nerviosismo y aparecen los alaridos pero comienzan las campañas en las redes sociales y en los medios de comunicación. Se ruedan You Tubes de distintas tendencias políticas donde se combinan personajes como Leonardo Padura y Virgilio López Lemus, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez. Unos, sorprendidos por la actitud de la población y otros, por el comportamiento del gobierno cubano, donde la figura de Miguel Díaz-Canel no sale bien parada que digamos. De especial consideración por mi parte las crónicas y artículos de periodistas cubanos afincados en Miami, así como los correos de amigas cubanas afincadas en Canarias y en países latinoamericanos preocupadas por el futuro de Cuba. Igualmente las crónicas aparecidas en el periódico El País el domingo 25 de julio del año en curso. Una en el suplemento Ideas, escrito por Juan Jesús Aznarez, y otra en el de Negocios, obra de José Juan Ruiz. La primera titulada El albacea revolucionario y la otra El relato choca con la realidad.

No obstante el artículo que más me gustó fue el escrito por Mario Vargas Llosa, también en el periódico El País, con el título El principio del fin. Creo que el Nobel peruano no se equivoca en sus apreciaciones políticas sobre la situación actual de Cuba y su pueblo. Es genial la ecuación que planteó entre represión y libertad. Esperemos que el gobierno cubano sea capaz de resolverla por el bien del país. ¡Ya es hora!

Esta es la apreciación que tengo de la Cuba que visité por última vez en el verano de 2017 por diferentes razones. Como siempre me acerqué hasta la Casa Canaria que lleva el nombre de Leonor Pérez, la mujer canaria madre de José Martí, el apóstol de la Independencia de Cuba, para alongarme en el balcón que da para la calle Monserrate y observar La Habana. Así fue como comencé a escribir Cuba desde mi ventana en 2011.