Un buen vino tiene que estar a la temperatura adecuada para poder degustarlo como se merece. Obviamente, existe una diferencia entre el tipo de vino y la necesidad que tiene de refrigeración. La mayoría de tintos se toman a temperatura ambiente, siempre que estén bien conservados, mientras que el vino blanco se suele tomar a una temperatura más baja, por lo que hay que enfriarlos.

En este artículo te dejamos varios trucos para que puedas refrigerar tu vino e incluso casi cualquier bebida que se pueda tener. El primer paso es la planificación y la prevención. Si haces las cosas con tiempo, no te verás en la situación de usarlos. Almacenar la botella en el lugar adecuado puede ahorrar mucho tiempo.

Si eres de los despistados y/u ocupados, no te preocupes, que aquí vienen algunos consejos para enfriar a la mayor velocidad posible:

Un congelador doméstico. E. D.

Paño mojado

Mojas un paño con agua fría y envuelves la botella con él. Puedes sumergirla luego en hielo o meterla directamente en el congelador. A pesar de ser un proceso efectivo para disminuir la temperatura de tu vino, tienes que tener dos cosas en cuenta:

  • Los cambios drásticos de temperatura de una bebida de este tipo pueden estropear la calidad del mismo. Infórmate bien.
  • Si lo dejas mucho tiempo con este método, puede estallar el recipiente.

Sal y hielo dentro de un recipiente

Lo más recomendable es usar una cubitera, pero tal vez no tengas en casa, así que cualquier recipiente amplio te puede valer. Añades hielo, agua fría y sal, luego metes la botella y a esperar unos minutos.

Vinos E. D.

¿Por qué la sal? Pues se utiliza para que el hielo se derrita antes. Se utiliza en cantidades mayores en las grandes nevadas, y en este caso provoca que el hielo se derrita y baje de manera rápida la temperatura del agua, acelerando el proceso de enfriado.

Lo más fácil

Si no quieres hacer experimentos, es muy sencillo. Vete a una tienda y compra enfriadores de botellas. Fundas que puedes dejar en el congelador y que, cuando sea necesario, utilizar para proteger al vino y bajarle la temperatura.

Es lo más sencillo e incluso podría ser parte de ser previsor. No dejes de beber un buen vino porque no tenga la temperatura adecuada.