El dicho "a río revuelto, ganancia de pescadores" se vuelve especialmente certero durante el Black Friday, días en que el frenesí por hacernos con las mejores ofertas nos hace precipitarnos y, a menudo, provoca que compremos algo que no necesitamos o, aun peor, que seamos víctimas de un engaño. Ya os facilitamos algunos consejos para aprovechar a fondo el Black Friday, así que hoy nos centraremos en la forma de hacerlo con prudencia.

Evita las tiendas desconocidas en internet

Si bien en las tiendas físicas suele ser fácil distinguir el grano de la paja, las tiendas en línea a menudo son un mundo caótico en el que no es sencillo distinguir un comercio genuino de uno fraudulento. No es recomendable optar por páginas desconocidas sobre cuya fiabilidad no tengamos pruebas. Como mínimo, conviene tener alguna referencia de ellas, ya sea por compras anteriores o por el consejo de familiares y amigos. Además, durante la época de ofertas proliferan las tiendas que se anuncian haciéndose pasar por marcas reconocidas y que, en un primer vistazo, no es fácil diferenciarlas, lo que nos lleva al siguiente consejo.

Comprueba el origen de los comercios electrónicos

Tu navegador es tu mejor aliado para hacer una primera criba. Si lo tienes correctamente actualizado, te informará (en el icono del candado) sobre si la web a la que accedes es segura o no. Si no lo es, no te arriesgues: aunque en ocasiones el navegador se equivoca y da falsas alertas de seguridad, conviene ser precavido. Una segunda comprobación es la dirección web: asegúrate de que no haya en ella nada sospechoso y de que la marca o tienda a la que accedes es realmente la esperada. Las grandes marcas siempre registran dominios sencillos y reconocibles, así que hay que desconfiar de las direcciones web extrañas o que no se correspondan con el nombre de la tienda.

Ignora los correos y sms de remitentes desconocidos

Un truco habitual de los defraudadores consiste en mandar a los clientes mensajes en los que les ofrecen una promoción, o les alertan de la llegada de un regalo o paquete, y adjuntan un enlace para disfrutar de esos beneficio. Igual que en el caso de las páginas web falsas, su apariencia suele ser bastante convincente, pero los pequeños detalles las delatan. Analiza bien esa clase de comunicaciones, asegúrate de quién es el remitente y, ante la duda, nunca pinches en un enlace sobre el que no tengas la certeza de que sea genuino. Y, sobre todo, no facilites datos personales o bancarios.

Si caes en un fraude, avisa a tu banco y denuncia

Mucha gente, por vergüenza o desconocimiento, se resigna a perder dinero y no avisa del engaño del que ha sido víctima. Piensa que va a ser engorroso o inútil, y que no merece la pena el esfuerzo. Sin embargo, si uno tiene pruebas de la existencia de un fraude, conviene, en primer lugar, avisar lo antes posible al banco para evitar que el dinero de la compra se sustraiga de la cuenta. A menudo es posible paralizar las operaciones bancarias o, si esta ya se ha realizado, reclamar el importe que le han sustraído. También será necesario poner una denuncia, si procede, o contactar con alguna oficina de atención al consumidor. No solo nos podrán informar sobre la mejor forma de reclamar nuestro dinero, sino que a menudo servirá para alertar a otros compradores que vengan detrás de nosotros y evitar que se perpetúe la estafa.