Entrevista al candidato de Junts

Carles Puigdemont: "A las empresas no les asusta el 'procés', les asusta la burocracia"

El candidato de Junts defiende la ampliación del aeropuerto de Barcelona y el Hard Rock en Tarragona, y cree que hay rebajar la presión fiscal y repensar el modelo educativo y habitacional

Carles Puigdemont: "A las empresas no les asusta el 'procés', les asusta la burocracia"

BÁRBARA FAVANT y ZOWY VOETEN

Albert Sáez | Júlia Regué

Carles Puigdemont (Amer, 1962) ve a Cataluña paralizada por la "falta de liderazgo". Defiende la ampliación del aeropuerto de Barcelona y el Hard Rock en Tarragona, y cree que hay rebajar la presión fiscal y repensar el modelo educativo y habitacional.

Hay partidos que dicen que Cataluña está en “decadencia” por el ‘procés’. ¿Qué opina?

La cifra de empresas fue más alta el 31 de diciembre de 2017 que el 1 de enero de 2017. A las empresas no les asusta el ‘procés’, les asusta la burocracia. La decadencia es la que han intentado provocar con los trenes, las inversiones, el trato a la lengua… Solo hay una manera de revertirlo: plantar cara. Si [Salvador] Illa quiere combatir la decadencia, debe decir que está dispuesto a bloquear los presupuestos españoles que continúan tratando a los catalanes como ciudadanos de segunda. 

¿Cómo se reduce la burocracia?

Hay que refundar la administración, tenemos un país parado por trámites administrativos. El problema es la telaraña de normas y reglamentos absurdos, no los funcionarios. Proponemos algo que funciona muy bien en Europa, que es el silencio administrativo positivo: si no te han respondido en el plazo que marca la ley, la respuesta es afirmativa y, por lo tanto, no hace falta esperar más. 

¿Cataluña es un infierno fiscal?

Cataluña tiene una presión fiscal muy por encima de sus posibilidades, pero no me gusta hablar de infierno fiscal porque tiene la carga política de [Isabel Díaz] Ayuso, que se mofa de los esfuerzos que hacemos los catalanes. 

Cataluña tiene una presión fiscal muy por encima de sus posibilidades

¿Cómo se revierte el descenso del uso social del catalán?

Hay que cumplir con la ley de educación y, si no se cumple, debe haber consecuencias. Hay que reforzar los creadores con contenidos y los canales públicos audiovisuales en catalán. También tiene que ser oficial en Europa y ser una lengua de acogida y de cohesión, por eso queremos las competencias en inmigración.  

¿Su espacio político hace autocrítica sobre la gestión de la sequía? 

Hemos gestionado la Agència Catalana de l’Aigua [entre 2010 y 2021] y suerte que lo hicimos. Cuando la cogimos estaba en quiebra, era uno de los agujeros negros de las finanzas catalanas, y cuando la dejamos estaba más que saneada. Nosotros preparamos algunas políticas en caso de sequía, pero al salir del Govern no se aplicaron. Vamos con retraso con medidas que probablemente no habrían sido suficientes del todo, lo reconozco, pero la alarma sería menos grave. 

¿Hay que interconectar la red de agua de Tarragona con la de Barcelona en casos de emergencia?

Es un parche. Sabemos que habrá sequía e inundaciones y, además, crecemos demográficamente y somos un país turístico. Hay que preparar, a nivel de infraestructuras, tecnología y cultura, una nueva relación con el agua para tener una red suficiente, para sacar el máximo provecho al riego, para reaprovechar el agua de depuradora y para tener desalinizadoras. Quien quisiera convertir el debate sobre la sequía en una confrontación entre territorios sería muy poco honesto, no encontraría la solución y empeoraría las cosas. 

¿Cómo se debe ampliar el aeropuerto de Barcelona?

No tenemos el aeropuerto que necesitamos y merecemos. Si no hacemos nada, acabará siendo una pista más de Barajas. Si estamos de acuerdo con esto, busquemos cuáles son las medidas más eficientes, que tengan menos impacto y que consigan objetivos con el menor tiempo posible. Las hay, pero alguien tiene que tomar decisiones. Al Govern y al Gobierno les ha faltado que alguien mande. 

No tenemos el aeropuerto que merecemos, falta que alguien mande

¿Qué hará en materia de vivienda?

Nadie ha pensado en la demografía. Muy alegremente nos hemos despertado diciendo que somos ocho millones. Cada año faltan miles de pisos por construir y las políticas de intervención pública no han funcionado. Alguien tiene que tomar decisiones al margen de las pancartas y de los prejuicios ideológicos. 

¿Y en enseñanza, tras los resultados PISA?

Se han encendido todas las alarmas y estamos tocando fondo. Tenemos un sistema de enseñanza desorientado, tensionado y lo hemos dejado a la intemperie. El problema es estructural, hay que escuchar a la gente que está en las aulas y encontrar soluciones que cuanto más cerca estén del territorio, mejor. 

¿Defiende el Hard Rock?

El turismo es un sector muy potente en Cataluña, nadie puede frivolizar sobre él. [El Hard Rock] es una demanda del territorio, tiene un consenso extraordinario y da más calidad a la oferta turística porque aporta capacidad de convenciones, de congresos y de conciertos y, por lo tanto, de acceso a la cultura, algo que ahora solo está en Barcelona. ¿Hay que llenar Cataluña de Hard Rocks? No. No necesitamos crecer en un sector que ya bien, sino en la industria de alto valor añadido, la del conocimiento, muy vinculada a la tecnología. Anna Navarro no ha venido a hacer Hard Rocks. Hay que atraer al talento, investigar y sacar provecho de ello.