Elecciones

Extremadura se asoma a la repetición electoral

La falta de acuerdo entre PP y Vox provoca que la presidencia de la Asamblea caiga en manos del PSOE

La líder de los populares se niega en rotundo a que haya consejeros de la ultraderecha en su Ejecutivo

La candidata del PP en Extremadura no quiere ser presidenta "a cualquier precio" y rechaza meter a Vox en su Gobierno

Agencia Atlas

Rocío Sánchez Rodríguez

Mantiene su palabra. De momento está cumpliendo lo que dijo. No habrá ningún consejero de Vox en su gobierno, aunque haya que ir a la repetición electoral, el escenario que ahora mismo se prevé como el más probable y que comunicará en breve a su jefe, Alberto Núñez Feijóo, de quien aseguró que ya se planteaba esta posibilidad. «Están mercadeando con Extremadura», «lo que está en juego es la dignidad» o "no van más allá de su propio ombligo" fueron algunas de las frases que la líder del PP, María Guardiola, le dedicó este martes a la formación de ultraderecha tras el pleno de constitución de la Asamblea, cuya presidencia cayó en un giro inesperado en manos del PSOE tras no haber acuerdo entre los populares y Vox.

Guardiola lo tiene claro: prefiere ir a nuevas elecciones que meter en su gobierno a un miembro de Vox. "No voy a regalar consejerías", manifestó. Menos aún a una formación "con solo un 8% de los votos", puntualizó. Además, de este partido volvió a criticar que niegan la violencia machista, "criminalizan la inmigración" y "ponen una lona en Madrid donde tiran a la basura la bandera LGTBI". Estas palabras retumbaron en la sala de prensa y se convirtieron en poco minutos en asunto nacional. Son "batallas ideológicas" que no va a permitir, afirmó. Los puentes entre PP y Vox están completamente rotos.

De hecho, desde la cuenta de Twitter del partido de Abascal le contestaron posteriormente: "A ver, señora Guardiola, que Extremadura no es de su propiedad. Que si quiere que todo siga igual e insulta a los votantes de Vox como hacen los satélites de la izquierda… pues pacte con la izquierda. Nadie notaría la diferencia".

"Fiel y valiente"

María Guardiola quiso dejar claro que de su madre aprendió "a ser fiel y valiente". Y es exactamente lo que va a hacer, subrayó.

Desde la noche electoral del 28M las dos formaciones de derechas parece que han estado esquivándose para sentarse a hablar.

En este sentido la líder del PP se lamentó de que las decisiones sobre Vox en Extremadura se tomen desde Madrid. "Esta vez han mandado al capataz del feudal", dijo en referencia al número 2 del partido, Jorge Buxadé, que acudió al pleno de la Cámara y organizó una rueda de prensa diez minutos antes para insistir en que ellos, por encima de todo, querían entrar en el Ejecutivo regional.

La líder popular hizo el lunes por la noche a Vox una última oferta: además de la presidencia de la Mesa de la Asamblea, le ponían en bandeja una secretaría (hay dos) y el senador autonómico que se designa desde el Parlamento regional. Pero la ultraderecha lo rechazó. La palabra que querían escuchar era ‘consejería’.

Culpas también al PSOE

Otra acusación que lanzó Guardiola fue contra el PSOE, a quien también culpabilizó de que ella no pueda gobernar en solitario porque los socialistas no han dado el paso de abstenerse. Pero lo cierto es que fue precisamente el PSOE la lista más votada el 28M, fue la formación que ganó las elecciones y ellos entienden que de abstenerse alguien debería hacerlo el PP.

A partir de ahora, ocurra lo que ocurra, la candidata popular lo tiene claro: "El camino más fácil era ceder y ser presidenta a cualquier precio". Pero ella ha elegido el difícil.

Tras toda la tensión vivida, Guardiola abandonó la rueda de prensa visiblemente emocionada. Justo en la puerta la esperaba el alcalde de Plasencia (y quien quiso también tener su puesto y liderar el partido a nivel regional), Fernando Pizarro, con quien se fundió en un intenso abrazo.

Los antecendentes

¿Y qué había pasado previamente para que la situación explotara? Ocurrió lo que de alguna manera se barruntaba desde el inicio de la sesión: el PSOE se ha quedado con la presidencia de la Asamblea tras no haber acuerdo entre PP y Vox. 

En las dos vueltas de votación, la candidata socialista, Blanca Martín, logró 32 apoyos (los 28 de su partido más los cuatro de Unidas). Y PP y Vox se apoyaron a sí mismos, obteniendo 28 y 5, respectivamente. Las cuentas estuvieron claras. Por mayoría simple, Martín volverá a estar al mando de la Cámara legislativa.

Además, Lara Garlito (PSOE) será vicepresidenta primera de la Asamblea y Manuel Naharro (PP) vicepresidente segundo. Y Elena Nevado (PP), secretaria primera; Estrella Gordillo (PSOE), secretaria segunda; y José Antonio González Frutos (Unidas), secretario tercero. Este último pudo entrar gracias al apoyo de los socialistas. En este organigrama Vox se queda fuera de la Mesa.

¿Quiénes fueron los candidatos para presidir la Asamblea? El PSOE presentó a la citada Blanca Martín, el PP a Abel Bautista, Vox a Ángel Pelayo Gordillo y Unidas por Extremadura a nadie; tenían claro que sus votos irían a la propuesta del PSOE.

El nombramiento de Martín se vivió de alguna manera como sorpresa. Era una de las opciones que se barajaban pero se creía complicado que el bloque de derechas dejara escapar la oportunidad. 

De hecho, Martín despidió la sesión explicando que lo habitual es que el nuevo presidente (en ese caso presidenta) de la Cámara dé un discurso, "pero comprenderán que no tenga nada preparado", ironizó. Por ello habló de situación de "sorpresa", pero también aprovehó para asegurar que seguirá luchando "contra la violencia de género por encima de todo", y que seguirá usando "el lenguaje inclusivo como seña de identidad". Eran claras referencias al programa con el que Vox quiere entrar en el gobierno, que de partida niega la violencia machista.

¿Y ahora?

¿Y ahora qué? ¿Qué supone esta carambola? Este contexto vuelve a poner sobre la mesa la posibilidad de una repetición electoral -de la que ya se habló durante la campaña- si finalmente el PP no logra el apoyo de Vox para que la líder de los populares, María Guardiola, sea presidenta de la Junta en solitario. La ultraderecha dice que sigue teniendo la mano tendida pero no se mueve de su postura. El PP tampoco, que se niega (cada vez con más rotundidad) a que haya consejeros de Vox en su gobierno.

Y más antecedentes

El foco mediático ayer no arrancó con la sesión en la Cámara, sino minutos antes de que empezara el pleno de constitución de la Asamblea, programado las 10.00 horas. El número 2 del partido de Abascal, Jorge Buxadé, había convocado a las 9.50 una rueda de prensa justo en la puerta para informar de la última hora de la decisión de su partido, no obstante, sus manifestaciones no desvelaron nada nuevo: que no había acuerdo, que querían consejerías porque es lo que merecen los 50.000 votantes del partido. Y que el PP lo debía entender. Así de claro.

La formación de ultraderecha no había cambiado ni un ápice sus exigencias, el PP no las había aceptado y ambas formaciones llegaron a la votación del presidente de la Asamblea sin acuerdo. La previsión era que cada cual se apoyara a sí mismo; por ello la ultraderecha instó en el último momento a los populares a que apostaran por su candidato.

Si eso no ocurría, la presidencia de la Asamblea iba a caer en poder del PSOE. "El PP lo tiene en sus manos", decía Buxadé. "Esperamos que el PP tenga un momento de iluminación", apuntaba. No fue así.

Conocido el resultado, Vox se apresuró a mandar una nota de prensa para hacer responsable al PP de que el PSOE presidiera finalmente la Cámara legislativa.

Un giro de guión que pone a Extremadura, efectivamente, al borde de una repetición electoral. 

¿Cuáles son ahora los pasos en la Asamblea?

La presidenta de la Asamblea de Extremadura, Blanca Martín, tiene ahora hasta el 5 de julio para proponer un candidato a presidir el Ejecutivo regional de entre los que le sean presentados por los grupos parlamentarios. Estos tienen que estar apoyados "al menos por la cuarta parte de los miembros de la Cámara". A partir de ahí, el candidato propuesto presentará su programa dentro de los 15 días siguientes a su designación, y después se procederá a la votación de investidura, algo que deberá producirse antes del 20 de julio, tres días antes de las elecciones generales. Si la investidura es fallida, se puede repetir.