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Entrevista

Teresa Rodríguez: "Si Yolanda Díaz me dice ven, no lo dejo todo; la escucharía pero seguiremos con el partido andaluz"

La candidata de Adelante Andalucía construirá a fuego lento "la habitación propia andalucista" que no tuvo en Podemos y ahora, en el 19J andaluz, espera obtener representación "o hasta grupo parlamentario"

La candidata de Adelante Andalucía a la presidencia de la Junta, Teresa Rodríguez, en el barrio malagueño de El Perchel. Gregorio Marrero

Los símbolos se acumulan en las calles por las que Teresa Rodríguez camina hacia esta entrevista. Está en El Perchel, el barrio malagueño del que escribió Cervantes. Sus vecinos andan sumidos en el trance quijotesco de defender sus casas. Ella acaba de protagonizar allí un mitin, junto a la que fue la última estación del viaje a la libertad de Torrijos . La candidata habla con cercanía. Y su hija Candela sueña: duerme en el hábitat confortable de su carrito.

¿Con qué sensaciones está viviendo la campaña del 19J?

Estamos a la expectativa. Nosotros no somos de decirnos ‘vamos estupendamente, la vamos a liar’. Somos más modestos. Aspiramos a tener representación en las próximas elecciones. A que el andalucismo vaya abriéndose hueco en el panorama político andaluz y español. Eso supone un trabajo a medio plazo. No va a ser como las antiguas consignas de ‘Democracia real ya’, ‘Málaga ahora’ o ‘Más no se qué, que todo es para hoy. Va a ser una construcción más lenta. En el periodo que se abre de crisis de la izquierda y consolidación de la derecha, es necesaria una fuerza andalucista que amplíe las bases de las izquierdas.   

Aspira por tercera vez consecutiva a la presidencia de la Junta, aunque siempre ha sido con un proyecto distinto ¿Se ha sentido obligada a evolucionar hacia otras direcciones o ha sido algo natural?

Desde el principio, el andalucismo lo llevábamos en la bandera. En Podemos, la pelea constante a nivel central era que los territorios tuviéramos más autonomía y pudiéramos construir un Podemos andaluz. No lo conseguimos. Ganábamos asambleas en Andalucía con ese discurso pero luego en Vistalegre se constituía ese Podemos muy centralista, centrado en un núcleo de poder en Madrid en torno a la Complutense. Y no conseguíamos que la organización nos considerara como a los catalanes, que sí tenían su propio espacio. Y, al final, como no siempre las decisiones las toma uno, a veces las toman por uno, nos echaron del grupo parlamentario y del partido. A mí, en concreto, me expulsaron de los dos espacios el mismo día por seguir defendiendo la necesidad de esa voz andaluza que tuviese representación en todas partes: en Andalucía y el Congreso de los Diputados. El tema de los gobiernos con el PSOE fue otro de los desencadenantes de esta situación en la que nos hemos visto excluido y construyendo, ya sin pedirle permiso a nadie, el proyecto que veníamos defendiendo dentro de Podemos. 

Media Andalucía está jugando a buscar los siete errores para enterarse de quiénes son los de Adelante Andalucía y quiénes  los de Por Andalucía ¿Podría haberse evitado tanta confusión?

Sí. Podíamos haber seguido en el proyecto de 2018, que era Adelante Andalucía. Que no se llamara Unidas Podemos por Andalucía no fue casualidad. Llegamos a la conclusión de que necesitábamos una voz propia andaluza, como la de los comunes, dentro de las izquierdas confederales. Dijimos aquí Adelante Andalucía, con proyecto propio andaluz y una visión crítica de los cogobiernos del PSOE. El cogobierno de Susana Díaz y Diego Valderas había generado una serie de aprendizajes. Después surgió el Gobierno de Madrid y aparecieron unas divergencias respecto a cómo debíamos relacionarnos con ellos. Creíamos que todas las armas podrían convivir. Que la defensa de las conquistas que se iban haciendo con el Gobierno conviviría con el alma andalucista, más rebelde y reivindicativa, pero no fue posible. No fue posible por la vía de la expulsión. Desde hace año y medio, que es la edad que tiene mi hija, hemos tenido que curarnos el trauma de la expulsión y de la defenestración política. Y, a partir de ahí, hemos creado este espacio andaluz y vamos a relacionarlos con las izquierdas de otra manera, incluso mejor. A veces, las parejas se llevan mejor cuando se separan.  

Teresa Rodríguez, durante la entrevista. Gregorio Marrero

Os expulsan y, luego, os buscan para la papeleta única...

Sí. Y les dijimos: ‘todo se puede hablar, igual encontramos un espacio en el que aspiréis a cogobernar con el PSOE y nosotros no’. Había alguna propuesta en la dirección de ese espacio amplio, con más niveles de respeto y pluralidad interna, pero necesitábamos un gesto. Que nos devolvieran el grupo parlamentario. Cómo íbamos a montar un grupo parlamentario con ellos si nos habían echado del que teníamos. Pero eso no fue posible. 

¿Qué tiene Adelante Andalucía que le falta a otros partidos?

Que es un partido andaluz. Que nadie va a llamarte desde Madrid para decirte si puedes o no defender la carga de trabajo en los astilleros, las inversiones públicas del Estado en Andalucía o la derogación real de la reforma laboral, que aquí  afecta especialmente a los sectores de costa y  los servicios. La garantía que ofrecemos como fuerza política es que, gobierne quien gobierne en Madrid o Sevilla, defenderemos  los intereses de Andalucía.

La garantía que ofrecemos como fuerza política es que, gobierne quien gobierne en Madrid o Sevilla, defenderemos los intereses de Andalucía

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¿Qué hubiera pensado si de niña le dicen que de mayor su cara saldría estampada en la papeleta de los votos para que se sepa que es el partido de Teresa?

Me hubiera dado una vergüenza loca. Y, en verdad, me da bastante vergüenza. En la encuesta que hemos hecho, había mucha gente que quería votarme como candidata pero no a la fuerza que venía representando. Y también mucha gente que no sabía por qué fuerza me iba a presentar. Aunque es poco ortodoxo, el ejercicio es honesto. Aunque la tradición del ultrapersonalismo no es para presumir, era la forma que teníamos de dejar claros marca y candidatura. Quiénes somos nosotros dentro de este maremágnum de Adelante Andalucía, Por Andalucía y Andaluces Levantaos. Cada día tengo que explicar por qué fuerza me presento en mi barrio. La gente que me conoce de toda la vida me pregunta ‘tú por dónde vas’. También me muero de la vergüenza por llevar mi cara puesta en un camión. Como no tenemos dinero, solo hemos podido pagar una tartana como la que recorre todas las ferias de Andalucía. Y, con creatividad, hemos resuelto los temas del transporte y la producción de los actos.  

¿Le duele que el frente de izquierda no respetara el pacto de no agresión que le pidió e incluso la vetara para los debates?

Les ha salido mal, no han salido ganando. Es esa manía de poner en marcha la apisonadora y no pararla. Tú me dices que no a lo que yo te planteo, pues yo le doy al ‘on’ de la apisonadora. Pase lo que pase.  

¿Por qué otros dirigentes de izquierda atribuyen su proyecto a una refundación del viejo PA o lo comparan con la CUP catalana?

Entienden que estamos compitiendo por la misma base electoral. Yo no los insulto a ellos. No les digo, con malas connotaciones, que son unos comunistas. En el mayo del 68 había una consigna que decía: ‘Dejemos el miedo a los rojos para los animales con cuernos’. Si ellos quieren agitar la bandera del miedo comparándonos con una organización supuestamente terrible como la CUP, pues yo que sé. La CUP tiene también sus cosas buenas: es una organización muy asamblearia, limita los mandatos y tiene mucha realidad municipal. Pero nosotros no somos independentistas, si eso es lo que quieren decir sin decirlo. Respecto al antiguo Partido Andalucista, somos distintos. Es un andalucismo de izquierda. El PA, en su última etapa, gobernaba con cualquiera. Pero nosotros tenemos claro que a Andalucía le convienen políticas de izquierda. No somos el PA, pero tenemos a gente del PA. De lo mejorcito del PA, que son Izquierda Andalucista y Primavera Andaluza. 

¿Cree que Yolanda Díaz puede salvar a ‘la izquierda rota’?

Ojalá lo consiga. Hay mucha desmoralización en el panorama de izquierda. Y ahí estamos nosotros también. No nos alegramos, en absoluto, de que haya una pérdida galopante de apoyos a las fuerzas de izquierda en este país. Si hay algo inesperado que es capaz de devolver cierta ilusión de la que se ha perdido a pasos agigantados -incluso, de la mano de la ultraderecha en sectores populares y entre los jóvenes- ojalá funcione.  

Teresa Rodríguez, en el barrio malagueño de El Perchel. Gregorio Marrero

Si, dentro de unos meses, ella le dijera ven ¿Lo dejaría todo?

No. Si Yolanda me dijera ven, pues yo escucharía. Pero no vamos a dejar el proyecto andaluz. Hemos tomado la decisión de relacionarnos con otros desde nuestro propio espacio. La habitación propia, como decía Virginia Woolf. Tenemos habitación propia andalucista y desde ahí tejeremos relaciones de fraternidad con otras fuerzas soberanistas de otros territorios del estado. Llámese Geroa Bai, Mes per Mallorca, Compromís en Valencia o Esquerra en Cataluña. Queremos tejer relaciones con fuerzas periféricas que están defendiendo el fin del centralismo, que para nosotros es una lacra de la que Andalucía sale especialmente perdiendo. También defendemos una estrategia de alianzas con las izquierdas estatales. Con el sector Unidas Podemos. Pero no lo dejaríamos todo.  

Durante la pelea de Unidas Podemos, Andalucía parecía el descampado de los navajazos de la izquierda española

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¿Le sorprende la división que ha aflorado en el espacio de Unidas Podemos en vísperas de las elecciones andaluzas? 

No me ha sorprendido porque lo he vivido tantas veces... Yo misma conozco el paño.

¿Cree que se debe a una pelea entre Pablo Iglesias y Yolanda Díaz o será otra cosa?

Era obvio, al principio, que era eso. Ya se han calmado las aguas, afortunadamente. Andalucía parecía el descampado de los navajazos de la izquierda española.

¿Echa de menos la política a Pablo Iglesias o, realmente, no se ha ido y sigue en la sombra?

Hace de analista y opinador. Y lo hace bien. No lo digo en tono despectivo. Creo que es lo que más le gusta y lo que se le da mejor.

Por Andalucía fue torpe al decir que facilitará la investidura de Moreno, le hizo campaña al PP y Vox y abandonó la esperanza en la izquierda

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¿Cree que las fuerzas de izquierda deberían facilitar con su abstención una hipotética investidura de Juanma Moreno, si esto sirve para evitar la entrada en el Gobierno andaluz de Vox, como ha sugerido Por Andalucía?

Está fatal decirlo, como así hizo, antes de que empiece la campaña electoral. Porque le hace la campaña a Juanma Moreno y a Vox. Traslada, por un lado, la idea de que si no quieres que gobierne la ultraderecha, vota al PP. Olvídate de la posibilidad de que en dos semanas, explicando nuestro proyecto, seamos capaces de ser hegemónicos desde la izquierda. Abandona cualquier esperanza en que la izquierda gobierne en Andalucía. Y el otro mensaje que lanza es ‘todos contra Vox’. Y esto a ellos los coloca en una posición privilegiada. Se puede pensar ‘por algo le tendrán tanta inquina esta gente a Vox; a lo mejor es porque son los buenos, los que van a hacer limpieza de verdad en la Junta y es el partido que me conviene’. Me parece una torpeza en las dos direcciones. Fomenta que se movilice el voto de ultraderecha y que haya mucho posibilismo en el voto de izquierda. Y lo que necesitamos no es que la gente de izquierda tenga actitudes posibilistas, sino que se anime a votar. Que ese día se levante y coja una papeleta de izquierda, sea la que sea, y la eche en la urna. No animarlo a votar al PP. Es de locos.  

¿Qué piensa cuando Macarena Olona dice ‘los andaluces nacemos dónde nos da la gana’ o da las gracias a quienes le ofrecen su casa para empadronarse?

Que nosotros admitamos ese tipo de actitudes habla de un pueblo que ha perdido los mínimos de dignidad requeribles a una gente que se quiere a sí misma. Ella se ha dado cuenta de que ha metido la pata con eso. Y ya no dice ‘Graná’. Por lo menos, dice Granada. Y dice ‘vosotros, los andaluces’. Que llegó aquí y empezó a decir ‘soy andaluza porque tengo abuelos andaluces’. Y resulta que su abuelo estuvo trabajando unos años en el Gobierno Civil de Jaén. Nació en Ceuta, fue cuadro del franquismo en Jaén y después se fue a Alicante. Ya está. El rollo no es dónde tú naces sino dónde tú paces. Esta señora lleva más de dos años representando a Granada en el Congreso de los Diputados y ni siquiera tiene un piso en el que venir a pasar unas temporaditas. Y en el atril del Congreso jamás ha hablado de Granada ni de Andalucía, hasta que se han convocado elecciones. 

Juanma Moreno ha sido listo y ha sabido ver que lo que tenía futuro para su partido era disputarle el voto al PSOE, no a Vox

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¿Qué opinión le merecen los  coqueteos con el centro político de Juanma Moreno y Juan Espadas?

Que lo haga Juanma Moreno, me parece razonable. Electoralmente, ha sido listo y ha sabido ver que lo que en Andalucía tenía futuro para su fuerza era disputarse el voto con el PSOE. No con Vox, como en Madrid Ayuso. Moreno se ha tirado toda la legislatura disputándole el voto al PSOE. Vox se hartaba de reír porque Juanma Moreno utilizaba el lenguaje de la izquierda en el Parlamento. Moreno se convirtió en presidente con un grupo minúsculo, con los peores resultados del PP, y se ha marcado el objetivo estos últimos cuatro años de ganarse a los 600.000 votantes de la izquierda que se quedaron en sus casas en 2018. Lo que no entiendo es la actitud de Juan Espadas. Si presenta un perfil bajo frente a quien le roba el desayuno en el cole, seguramente se quede sin bocadillo. 

Las encuestas le dan a Adelante Andalucía un resultado parecido al de Cs, que se traduce en dos o tres diputados ¿Se conformaría con obtener representación o el objetivo es más ambicioso?

Aunque sacar representación ya es buen resultado, nuestro objetivo es sacar cinco para tener grupo parlamentario. Para eso nos vamos a inflar de hacer kilómetros e intentaremos sacar las mejores propuestas y explicarlas lo mejor posible. Pero también somos conscientes del momento político que vivimos, no son las elecciones de 2015. Sacar representación es el primer paso, ya somos capaces de decirle al mundo que Andalucía tiene un partido andaluz. Casi todas las comunidades tienen un partido menos Andalucía, que es la de mayor población. 

El otro día, dos niños le regalaron en un mitin a Juanma Moreno una bandera de Andalucía...

Sí, eso fue casual (risas). Son cosas espontáneas que pasan en los mítines de Moreno Bonilla. A mí me las regalaban en los mítines de Podemos, había un impulso para pintar Podemos de verdiblanco. El andalucismo está siempre ahí abajo. Y Juanma lo sabe, no escatiman banderas en sus mítines y cantan el himno de Andalucía. Y se llaman a sí mismos andalucistas, aunque es un absoluto oxímoron ser andalucista y de derecha. Se van a vestir de verdiblanco toda la campaña. Van a tener aquí a Feijóo mucho porque está en el Senado y tiene tiempo. Pero estoy segura de que Juanma, si por él fuera, no se traía ni a Feijóo. 

Si ahora en la calle sale de la lámpara un genio verdiblanco, que no sería Joaquín el del Betis, ¿Qué deseo le pediría para el 19J?

Estaría gracioso que fuera Joaquín. Electoralmente, ojalá paráramos a la extrema derecha pero es un problema social y estructural. Le pediría que la gente volviera al espíritu de autodefensa del 4 de diciembre de 1977. El andalucismo afloraría como un campo de amapolas. 

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