Los cerca de 200 vecinos de los núcleos de Tajuya, Tacande de Arriba y Tacande de Abajo que fueron desalojados el pasado viernes debido al aumento de la actividad del volcán de La Palma podrán volver a sus casas. Esta decisión se ha tomado porque la actividad del volcán ya se ha estabilizado. No obstante, el director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, ha asegurado tras la reunión del Comité Científico de este domingo que "mantenemos monitorizado y vigilado el volcán por si fuera preciso volver a tomar medias sobre algún otro núcleo habitado.

Sobre la situación en la que se encuentra este domingo la actividad volcánica en La Palma, Morcuende ha explicado que "seguimos manejando las mismas variables que en la jornada anterior, pues tenemos una colada al norte, que circula fluida, y, otra, al sur, que se está moviendo a unos 30 metros por hora. Asimismo, la directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco, ha precisado que existen dos coladas, "la colada norte sigue discurriendo por encima de la primera que salió el día 19 de septiembre y la colada sur ya ha recorrido unos 2,5 kilómetros". Además, "siguen constatándose dentro del cráter varios centros de emisión simultáneos y el salidero por el que sale la lava por la parte baja del cono, que es la lava más fluida, desde hace unos días".

"La lava proviene de las zonas más interiores de la caldera del volcán de La Palma y está a una temperatura elevada, a unos 1.237 grados, fluye muy rápido pero debido a su composición se va volviendo más viscosa y sufre frenazos o disminución de su velocidad", ha añadido el director técnico del Pevolca.

En cuanto a la morfología del cono del volcán de La Palma, la directora del IGN ha detallado que tiene fases tanto de construcción como de destrucción. "Ya hemos tenido dos episodios así y no es descartable que se repita", ha apuntado.

Según los últimos datos, la superficie afectada asciende a 204,17 hectáreas en un perímetro de 17,07 kilómetros, la zona dañada por la lava tiene una anchura máxima de 550 metros y un espesor de entre cuatro y diez metros.

De igual modo, la lava ha alcanzado una distancia de 3,8 kilómetros y el punto más cercano al litoral se encuentra a unos 2,1 kilómetros. Además, la sismicidad continúa en bajos niveles y la profundidad de la señal está sobre los diez kilómetros.

Buena calidad del aire pese a las cenizas

La calidad del aire en La Palma es buena pese a las cenizas que arroja el volcán, así lo ha manifestado Morcuende, quien ha insistido en que dichos materiales volcánicos "no afectan a la salud". "Otra cosa son los daños que se puede tener a la hora de manejar las cenizas, como al limpiar las azoteas o los tejados. Hay que tener cuidado para evitar levantar polvo porque puede provocar problemas bronquiales o a los ojos", ha dicho el director técnico del Pevolca para recomendar el uso de gafas, mascarilla, guantes y ropa de manga larga cuando se manipulen las cenizas.

Morcuende también ha explicado que la acción de los vientos en altura procedentes del suroeste es la responsable de que las cenizas se estén esparciendo por el otro lado de la dorsal de La Palma y que hayan llegado a otros municipios de la zona este como Puntallana, Santa Cruz de La Palma o la Villa de Mazo.

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Las cenizas del volcán llegan a Santa Cruz de La Palma Ramón Pérez

"La vida en la Isla continúa con normalidad"

El director técnico del Pevolca ha aprovechado para lanzar un mensaje de tranquilidad, pues ha insistido en que la vida en La Palma se desarrolla con normalidad pese a la actividad del volcán. "Estamos ante una forma de vida normal con los problemas que hay en los municipios que sufren directamente la erupción", ha dicho Morcuende para añadir: "Este es un proceso típico de las erupciones que se producen en Canarias".

Por último, ha agradecido las muestras de solidaridad que han recibido en estos días los palmeros pero ha remarcado que los habitantes de la Isla no necesitan ni ropa, ni mantas, ni juguetes. "No estamos ante una catástrofe. Lo que necesitamos es ayuda a la economía local, que empieza con la ayuda monetaria para poder apoyarla. No hacen falta mantas, la isla tiene comida suficiente y las comunicaciones en barco están aseguradas", concluyó.