Navidades | Una decoración a gran escala

La casa más iluminada de la Navidad

Una vivienda de la carretera de El Boquerón cuenta con 40.000 bombillas y diversos elementos decorativos de gran tamaño | La iniciativa recibe miles de visitas

En los años 90, la madre de Lorenzo Barroso compró un rosario de luces y lo instaló en la puerta de su casa con motivo de las fiestas navideñas. Aquella idea daría pie a una tradición que fue creciendo cada año con la incorporación de nuevos elementos decorativos. La vivienda es visitada en la actualidad por gente de toda la Isla. «Solo lo hago por tradición; todavía no asimilo lo que está pasando», apunta su autor.

40.000 bombillas, seis cascanueces de más de dos metros de altura, un túnel iluminado de trece metros de largo… Esos son solo algunos de los elementos que componen la iluminación navideña que Lorenzo Barroso y su familia han instalado en su casa, en el número 189 de la carretera de El Boquerón, en Valle de Guerra. Se trata de una tradición que comenzaron hace ya 25 años y que progresivamente ha ido a más. En cada edición iban introduciendo nuevos adornos, ideas… hasta recibir visitas de miles de personas de toda la Isla.

La inauguración del trabajo de este año tuvo lugar el pasado 4 de diciembre. Lejos de activar sin más el alumbrado, organizaron un acto que ya da muestras de la dimensión del proyecto. Acudió el grupo Ninfaya, de Valle de Guerra, que cantó cuatro villancicos; la comparsa Bahía Bahitiare, de la que Lorenzo es miembro, y hubo hasta fuegos artificiales. Tal fue el número de espectadores que se acumuló que la policía tuvo que desviar el tráfico. «Solo lo hago por placer, por tradición; todavía no asimilo lo que está pasando», indica sorprendido.

Lorenzo, de 39 años y trabajador de unos grandes almacenes, no está solo en el proyecto. Junto a él participan otros familiares, como su cuñado Tomás, al que define como un «supermanitas». Hasta hace unos años lo preparaba todo junto a su padre, ya fallecido, con el que empezó la idea y al que tanto él como el resto de sus allegados tienen siempre muy presente durante la confección de este trabajo. «Se lo dedicamos a él», destaca.

«Yo era pequeñito, tendría siete u ocho años, y eso de poner luces por fuera de las casas no era demasiado frecuente. Mi madre compró un rosario de luces y lo puso sobre la puerta. Siempre me acuerdo de que eran unas bombillas de bolas azules. Y aquello era una novedad en aquel entonces», rememora sobre los primeros años. Era la década de los 90. Y a partir de ahí fueron pasando navidades y, poco a poco, él y su familia iban introduciendo innovaciones. «Fuimos poniendo más cosas, más cosas…», relata.

El despegue definitivo se produjo hace unos diez años. «El cambio fuerte fue a partir de 2010-2011. Uno iba teniendo más conocimientos. También estoy en la comparsa Bahía Bahitiare, donde colaboro en la confección de la ropa. Todo ha ido ayudando», contextualiza. «Vas cogiendo técnica, ideas…», indica sobre un aprendizaje que ha ido aplicando al alumbrado.

Lorenzo Barroso aclara que, aunque tiene «facilidad para crear», nunca se ha dedicado profesionalmente al mundo de la decoración. Tampoco recibe aportaciones económicas de empresas ni de instituciones. «Esto es una tradición familiar. No hay ninguna empresa que nos ayude. Lo digo porque mucha gente nos pregunta si hay alguien que nos patrocine», precisa, antes de remachar: «Y siempre se lo dedicamos a la persona que empezó con todo esto, que es mi padre».

Meses de preparativos

«Nosotros comenzamos a finales de agosto a hacer cosas dentro del salón. En esta ocasión hice unos cascanueces. Encontré unos tubos de imprenta en el mes de julio y me los llevé para ver para qué me podían servir. Cuando ya teníamos bastante material, a principios de noviembre, empezamos a montar la parte exterior de la vivienda», detalla. «La iluminación sí se compra, pero el resto de la decoración, casi el 80-90%, es todo hecho manualmente», apunta.

Las luces las adquiere en tiendas especializadas y tiene muy en cuenta que sean de bajo consumo, a fin de evitar que la factura de la luz se dispare. Precisamente, el gasto eléctrico centra los comentarios que muchos le hacen. Sin embargo, el importe ya no crece excesivamente. «Antes sí se notaba el aumento, pero ahora, con las luces led, de bajo consumo o microbombillas, no se nota tanto», puntualiza. Lo que sí ha crecido notablemente es el número de bombillas instaladas. «En 2021 teníamos en torno a 25.000 y este año, unas 40.000, porque hice un túnel lleno de luces y eso sumó bastante», cifra Lorenzo.

Se puede contemplar su trabajo cada día de las fiestas navideñas entre las 18:00 y las 23:30 horas. Además de luces, también cuenta en la vivienda con un belén que participa en el concurso de La Laguna. «Está justamente debajo de la caja de escalera. Ese lugar se aprovechó, se forró todo con papel para hacer una cueva y utilizamos las típicas figuritas. Es un lugar reducido, pero es llamativo», expone sobre otro de los elementos que forman parte del montaje navideño que confecciona.