El pueblo lagunero de Valle Jiménez vivió ayer su día grande y se reencontró con su costumbre más arraigada: las carreras de barcos alrededor de la iglesia. La pandemia obligó a suspender las fiestas en 2020 y 2021, mientras que este año los vecinos y los visitantes pudieron sentir de nuevo las imágenes y sonidos de esta tradición. Tras la misa, la procesión y la bendición del ganado, llegó el momento más esperado. Los tres barcos de Valle Jiménez, los tres de Valle Tabares y el de Los Campitos, así como varios infantiles, volvieron a realizar sus recorridos en torno al templo.

Se trata de barcos de los que comparten protagonismo con las carretas en las romerías, tirados por yuntas. Una de las particularidades de esta cita es que dan las vueltas a la iglesia de Valle Jiménez a gran velocidad. Primero lo hicieron tres de los barcos y posteriormente los cuatro restantes, y cada uno realizó el recorrido tres veces. A continuación llegó el momento de los más pequeños, con unos barcos también de menor tamaño, que demostraron que existe relevo generacional.

Valle Jiménez se reencuentra con sus ‘barcos de asfalto’

«La verdad es que es espectacular y, al mismo tiempo, una oportunidad para saludar a gente a la que hace tiempo que uno no ve», explicaba Juan Carlos Díaz, uno de los cientos de asistentes al acto. «Vivo en San Benito, pero tengo unos familiares aquí y cada vez que puedo vengo a las fiestas», manifestó. Sus palabras bien podrían ser las de muchos otros participantes. Y es que en esta jornada se dan cita en la zona más foráneos que vecinos. Así lo confirmaba Horacio Melián, que también disfrutaba del acto central de las fiestas. Melián participa desde hace décadas en la organización de los festejos, está al cuidado de la edición de un programa-libro que se edita cada verano y ha tenido un papel decisivo en la recuperación de la memoria histórica de este enclave.

«Las fiestas han salido bastante bien y ha habido un importante relevo generacional. Ha estado al frente gente joven, de veintipocos años», destacó sobre esta edición de la festividad, que este domingo tuvo tanto su momento culmen como su cierre. Y es que, tras la carrera de los barcos típicos, la entrega de los trofeos a los barqueros y una paella, se desarrolló el baile final de fiestas y el acto que denominan la cogida de la bandera, en el que se produce el relevo entre comisiones de fiestas.

«La gente lo vive con un montón de emoción. No había venido nunca y no me esperaba que hubiese tanta gente», expresó Ana Delgado. «Vine con mi marido y mis hijos y ahora nos vamos a comer», apuntó sobre su plan para este domingo una vecina de Santa Cruz de 49 años. «Lo más difícil fue aparcar; tuvimos que dejar el coche en un arcén por la carretera hacia arriba», indicó. Ciertamente, el número de vehículos dejaba claro desde la entrada del pueblo que ayer no era un día cualquiera en esta zona.

Valle Jiménez se reencuentra con sus ‘barcos de asfalto’

Barcos con historia

La costumbre de los barcos tiene siglos de antigüedad. «El historiador Alberto Galván Tudela establece en el siglo XVI el comienzo de la tradición de los barcos y, en concreto, alude a Garachico y Tegueste como lugares de origen. En el caso de Valle Jiménez, la cita tiene lugar en el marco de las fiestas en honor de la Virgen de Fátima, mientras que en Valle Tabares se desarrolla en las festividades de la Virgen del Rosario», expuso el Ayuntamiento de La Laguna el pasado mes de julio, coincidiendo con el anuncio de la reactivación de los trámites para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) esta tradición. Es ese un objetivo que lleva casi una década sobre la mesa y que no termina de cristalizar.

Desde el Consistorio lagunero han explicado en los últimos tiempos que se ha reactivado el procedimiento para la declaración como Bien de Interés Cultural de esta tradición de Valle Jiménez y Valle Tabares. Y es que en esa segunda zona también se celebran en el mes de octubre carreras de barcos. Para hacer posible ese objetivo, representantes municipales meses atrás tuvieron un encuentro con el director insular de Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife, Emilio Fariña, en el que le trasladaron la intención de impulsar este expediente.

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Finales de los años 60

Precisamente Horacio Melián, en su pregón de 2016, arrojó un poco de luz sobre la llegada de los barcos al programa festivo de Valle Jiménez, y situó esta, citando al un anterior presidente de estas fiestas –Eladio Marrero–, a finales de los años 60 del siglo pasado.

Sobre los pasos que se están dando en la actualidad, han anunciado desde el tripartito local que se prevé la creación y colocación de una escultura a tamaño real como reconocimiento a esta tradición (con las carretas en forma de barcos, las vacas y los guayeros). «El lugar escogido es la rotonda de la carretera TF-111, de titularidad insular; de ahí que, a través de una moción llevada al último pleno, se haya solicitado permiso al Cabildo para su futura instalación», avanzaron fechas atrás desde el Ayuntamiento lagunero a través de una nota de prensa.

En el encuentro anteriormente mencionado con el Cabildo estuvieron presentes el alcalde, Luis Yeray Gutiérrez, y el concejal de Seguridad, Alejandro Marrero, que está vinculado a este lugar y que fue pregonero de esta edición de las fiestas. Ambos, al igual que sus compañeros del PSOE Yaiza López y Badel Albelo, estuvieron ayer en los festejos. Coalición Canaria también tuvo una destacada presencia en la zona, con varios representantes entre los que se encontraban el candidato a la Alcaldía de La Laguna, Jonathan Domínguez, y el senador y exalcalde lagunero Fernando Clavijo.