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Vecinos de San Matías se echan a la calle contra la instalación de una antena 5G

«No queremos antena; queremos salud», gritaban entre pitos mientras una residente niega que la protesta sea por un problema con los dueños del edificio donde está colocada

Protesta de los vecinos de San Matías contra la instalación de una antena 5G en el barrioAndrés Gutiérrez

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Una veintena de vecinos –los autorizados por la Subdelegación de Gobierno– celebraron en la tarde de ayer la primera de las concentraciones de las que han convocado todos los viernes del mes de julio –desde las 18:00 a las 20:00 horas–, en protesta de la instalación de una antena 5G, en el edificio que se localiza en el número 23 de la calle San Agustín, en el barrio lagunero de San Matías.

El punto de encuentro no fue en la llamada plaza del belén, que caracteriza a este núcleo limítrofe entre Santa Cruz y La Laguna, sino frente al edificio donde los vecinos denuncian que está instalada la antena de telefonía móvil. Después de que este periódico hiciera público la convocatoria de la protesta, algunos vecinos del número 23 han recibido el apercibimiento de los propietarios de que no les renovarán el contrato de alquiler del inmueble, como represalia por haber denunciado la referida colocación de la antena en la azotea.

Una de las vecinas de San Matías, Nuria Rodríguez, quiso hacer constar que «no promovemos esta manifestación contra los propietarios del edificio donde está instalada la antena; no se trata de un problema personal con ellos ni queremos tener enfrentamiento, pero tampoco queremos que se atente contra nuestra salud». «Queremos hacer ruido sin que tiemblen las paredes», expresó de forma metafórica.

A las seis de la tarde, a la hora del inicio de la convocatoria, se reunieron una decena de vecinas, no sin cierto desconsuelo inicial por el escaso poder de convocatoria. Mary Rodríguez aseguró que «incluso avisamos a las madres de los niños del colegio y también lo sabían algunos profesores del instituto, que aseguraron que iban a venir». De los primeros minutos de desconcierto a la relativa satisfacción bastó media hora, pues poco a poco el grupo de manifestantes fue creciendo, sin que superara la treintena de residentes, pero se sumó algún representante de la asociación de vecinos La Montaña y otros residentes alertados por los pitos.

Hasta Juana y María, que habían ido a la misa de duelo del cuñado de una de ellas, se desplazaron desde la iglesia a la calle San Agustín, casi para disculparse con otra de las convocantes, porque «teníamos pensado venir, pero con la misa del cuñado de mi vecina me olvidé; cuando acabó, fue el cura quien nos preguntó qué eran esos pitidos y nos acordamos».

«No queremos antenas, queremos salud» o «San Matías sin antenas» fueron los gritos más repetidos durante la hora y media de protesta, con picos de intensidad, como cuando los chicos habituales de la zona golpearon las puertas de un garaje o cuando Isidro, el vecino del primero del número 23 de la calle San Agustín, se alongó para protagonizar su cacerolada. «Aquí están afectados los vecinos de las calles San Pedro y San Diego», explicó Lourdes, mientras Mary intervino para asegurar que también emprenderán protestas contra la instalación de las otras dos antenas que se localizan en las calles Salomón y Virgen de la Luz.

Desde el Ayuntamiento lagunero insisten en que las obras no tienen permiso y que está clausurada, a la espera de que se ejecute el expediente de disciplina urbanística que incluye la retirada de la antena levantanda en la azotea.

«Esto se va a quitar de una forma u otra; ¿quién va a poder con nosotros?», se preguntaban en un corro donde estaba Inés Domínguez, quien fuera concejala del PSOE en el Ayuntamiento de Santa Cruz, vecina de San Matías.

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