Informó este periódico y es clamor en las redes sociales que una mujer, Carmen González, aficionada a descubrir restos aborígenes, ha hallado en varias cuevas de la isla de Tenerife un número no determinado de momias guanches y otros objetos.

No se sabe si es verdad o es un farol, pero las patrullas rurales de la Guardia Civil la vigilan de cerca, por si fuera cierto su descubrimiento. Y el Cabildo nsular se ha apresurado a decir que, bajo multa cuantiosa, esta señora, y cualquiera, están obligados a comunicar los vestigios aborígenes que encuentren.

En nuestra intrincada orografía, llena además de restos de erupciones volcánicas, y por tanto muy cambiante, todavía hay cuevas misteriosas que albergan nuestro pasado. No quiero recordar el injusto calvario que le hicieron pasar al recordado Upa Lupa Afonso, que halló, rescató y guardó importantes vestigios de nuestra historia prehispánica. Y que lo trataron como un delincuente, cuando era un patriota. La tristeza por ese maltrato influyó mucho en su muerte.

Esperemos que Carmen González no corra igual suerte. Yo supongo que si es verdad lo que dice estará buscando el momento para comunicarlo. Porque guardándose el secreto no consigue nada. Los restos aborígenes nos han sido legados para admirarlos en los museos, para que nos sintamos orgullosos de nuestro heroico pasado.

Es lícito buscar esos vestigios, pero también es obligación de quienes los hallen comunicarlo al Cabildo, para que sean protegidos. Yo alabo a la gente que encontró y donó a museos los restos guanches. Recuerdo al doctor Celestino González Padrón y su grupo de amigos excursionistas, que entregaron al nstituto de Estudios Hispánicos del Puerto de la Cruz piezas muy valiosas. No sé dónde están, supongo que en el propio nstituto o quizá en el museo arqueológico.

En fin, que la historia no se acaba, sino que sigue, cada vez que son hallados testimonios de cómo eran y de lo que hacían los primeros pobladores de estas islas, a quienes debemos respeto y recuerdo.

Uno se alegra muchísimo cuando aparecen piezas del pasado, que completarán las colecciones que se encuentran en nuestros museos. Carmen González dice haber hallado momias guanches; y no una, sino varias. Vamos a ver si es verdad o si es un farol.

Si es verdad, mejor que las señale y que comunique su paradero. Ella habría cumplido con su deber y contribuido a regalarnos otro poquito de historia.

Con estas cosas es mejor no jugar, porque pueden herir muchos sentimientos si no se entregan y despertar falsas esperanzas si son mentiras.