Ni las encuestas ni las apuestas internacionales son demasiado optimistas con las posibilidades mundialistas de los ''Bafana Bafana'', que parte como cenicienta del grupo A, donde también están México, Francia y Uruguay, pero en Sudáfrica se están cocinando los ingredientes de las sorpresas.

Sobre el papel, o lo que es lo mismo, según el ránking FIFA, Sudáfrica es la segunda peor selección del torneo después de Corea del Norte; sin embargo, hay demasiados factores intangibles que el ránking FIFA no puede medir y con los que cuentan los ''Bafana''.

"Mi estómago me dice que lo vamos a hacer bien", dijo ayer el seleccionador nacional, el brasileño Carlos Alberto Parreira.

"Tengo una sensación muy positiva. Cada vez que los veo (a los jugadores), parecen mejores", añadió el técnico, que reconoció no haber topado con un grupo humano como este en toda su carrera.

A falta de 17 días para que comience el Mundial, los jugadores de la selección de Sudáfrica están tan entusiasmados como impresionados con el respaldo que les está brindado el país, al que les dolería como nunca fallar.

"El apoyo que estamos recibiendo es fantástico. Nos hace sentir mucho mejor y mucho más motivados para el Mundial. Veo coches con los colores de Sudáfrica en los espejos, banderas ondeando por todas partes; es simplemente increíble", señaló la semana pasada Bryce Moon, defensa del PAOK Salonika.

Nunca un equipo anfitrión ha caído en la primera ronda de un Mundial, de ahí que el primer objetivo que se han marcado los sudafricanos sea llegar a los cruces y de ahí, el cielo es el límite, como dice el eslogan de uno de los equipos de la liga local.

A medida que se acerca el Mundial crece el entusiasmo en Sudáfrica, cuyos ciudadanos han secundado masivamente a la campaña del Gobierno "ondea la bandera" y siguen a pies juntillas el mensaje del presidente, Jacob Zuma, que les ha pedido que demuestren que se sienten orgullosos de su nación.

Cada día aumenta el número de personas que salen a la calle vestidos con la camiseta de la selección, sobre todo los viernes, cuando hasta los políticos predican con el ejemplo y comparecen en ruedas de prensa enfundados en la elástica sudafricana.

"Personalmente, representar a mi país, en el mejor escenario, es un honor y quiero dar gracias a Dios por esta oportunidad. Honestamente, en toda mi vida había visto Sudáfrica con este ambiente y con este apoyo a los ''Bafana", explicó Moon.

"El apoyo que sentimos cuando vamos a entrenar es increíble y nos hace querer trabajar más duro", afirmó por su parte el internacional Tsepo Masilela.

"Con cincuenta millones de personas detrás no podemos fallar", sentencia Parreira.

Sudáfrica jugó un amistoso ante Tailandia hace ocho días, se impuso con contundencia (4-0) y buen juego y los jugadores comprobaron el apoyo sin fisuras que les brindó una afición que agotó las entradas en 48 horas.

Durante los noventa minutos, en el estadio mundialista de Nelspruit, no dejaron de atronar las vuvuzelas, esas trompetas de plástico cuyo sonido lleva en volandas a los ''Bafana Bafana''.

"Creo que el ruido generado por las vuvuzelas significará un gran plus para Sudáfrica en el Mundial", dijo el seleccionador de Tailandia y ex jugador del Manchester United e Inglaterra, Bryan Robson, que confesó que en ningún momento pudo dirigirse a sus jugadores.

"Si 30.000 vuvuzelas pueden hacer semejante jaleo, ¿qué serán capaces de hacer 90.000 cuando Sudáfrica juegue en el Mundial?", se preguntó.

"Más, más", pide por su parte Parreira, encantado con el barullo de las trompetas africanas, que se venden en cada esquina, desde las más simples en los semáforos, hasta algunas de diseño en modernas tiendas de ropa.

Sudáfrica juega en casa y eso se nota, y los jugadores están poniendo cuanto está en su mano para convertir a la selección en un equipo.

"Necesito ser firme en este asunto. No me gustan los términos ''jugador asentado en Sudáfrica o en el extranjero''. Lo que intentamos crear aquí es ''un equipo, una nación''. Todos somos sudafricanos", señaló este fin se semana uno de los capitanes de los ''Bafana'', Aaron Mokoena.

Sudáfrica disputa hoy un amistoso frente a Bulgaria, un equipo que, en principio, debería exigir bastante más a los muchachos de Parreira que todas las selecciones con las que se han medido hasta hoy, por lo que el partido será analizado con lupa para tratar de conocer cuáles son las verdaderas posibilidades del equipo local.

Y si el apoyo de la hinchada, el ruido infernal de sus vuvuzelas, el compromiso de los jugadores y la estrategia de Parreira no alcanzan a los ''Bafana'' para tutear a selecciones teóricamente superiores, ya hay aficionados que preparan invocaciones a la ayuda divina, aunque eso signifique tener que sacrificar vacas en las puertas de los estadios.