Sara Baras había concebido su nuevo espectáculo "Medusa, la guardiana" como un reto personal en el que la interpretación está por encima del movimiento. Y lo superó este miércoles con creces. Recibió una intensa ovación y hasta las piedras del teatro romano de Mérida quedaron embrujadas por el duende de la gaditana.

Y el reto se antojaba complicado. Contar con corazón flamenco una de las historias más reconocidas de la mitología grecorromana, "Medusa", una hermosa sacerdotisa encargada de cuidar el templo de Atenea y que después de ser violada por Poseidón es castigada con la soledad y el dolor por no haber defendido su posesión más sagrada, la virginidad.

Las más de 2.200 personas que disfrutaron del estreno de este espectáculo en la 60 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida se conjuraron desde el principio con el arte y los interminables taconeos de Sara Baras, que estuvo arropada en el escenario por un elenco de diez bailaores que estuvieron impecables. Acompañados por la otra protagonista de la obra -la intensa música de Keko Baldomero que con guitarras y percusión arañaron los corazones de los presentes-, Sara Baras interpretó con su baile la desoladora y atormentada historia de "Medusa".

A ojos de Atenea, es "Medusa" quien debe ser castigada por haber sido violada, imponiéndole una devastadora sentencia: convertir en piedra a todo aquel que la mire a los ojos y transformarla de bella en bestia con cabellos de serpientes.

Medusa es desterrada a una isla desierta y su leyenda va adquiriendo cada vez mayor transcendencia, lo que provoca que todos los guerreros del mediterráneo quieran decapitarla para adquirir su poder sin que ninguno consiga su propósito quedando todos petrificados.

El joven Perseo -interpretado magistralmente por el bailaor cordobés José Serrano- es el único que con voluntad y astucia consigue vencerla gracias a una mirada a través del reflejo de su escudo.

"Medusa", que no es nada sin su Perseo -aunque sea él el que la decapite-, solo encuentra su libertad y su descanso con la muerte.

En el teatro romano retumbó la voz de la conciencia de "Medusa" a través de la voz profunda de Juan Carlos Vellido, que supo guiar al espectador por las distinta fases por las que atraviesa "Medusa".

El público, en pie tras hora y media de espectáculo, no se quedó de piedra y rompió a aplaudir a Sara Baras y a los suyos, que, como bien nacidos, agradecieron con unos últimos pases de baile -ya fuera del guion- tan intensa ovación.

"Medusa, la guardiana" es una coproducción de la Compañía Sara Baras y del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y se puede ver en el teatro romano hasta este domingo.

Después, la compañía recalará en La Unión (Murcia), La Granja (Segovia), Sagunto (Valencia), Pamplona y Cádiz.