2022 fue un espejismo: la inversión foránea se hunde en lo que va de año

Los inversores extranjeros colocaron en Canarias a lo largo del año pasado un total de 270,4 millones de euros. Una suma extraordinaria. Tanto que había que remontarse casi dos décadas atrás, hasta 2004, para encontrar la última vez que la Comunidad Autónoma recibió una inyección de capital foráneo aún mayor. De hecho, los más de 340 millones de aquel año, en plena burbuja inmobiliaria, son la cifra más alta de la historia y la única que supera los 270,4 millones de euros del último ejercicio.

Sin embargo, lo ocurrido en 2022 fue un espejismo. El notable repunte que experimentó la inversión extranjera el pasado año no solo fue puntual, sino que, además, se concentró en un sector –el del transporte marítimo de pasajeros– y fue en gran medida el resultado de la millonaria operación de conversión de deuda de una naviera en capital. No fue inversión en sentido estricto, sino reinversión.

En el primer trimestre del año pasado, la entrada de capital foráneo alcanzó en el Archipiélago cotas desconocidas. La friolera de 215,6 millones llegó a la región en solo tres meses. Al cabo de 2022 se recibieron los susodichos 270,4 millones de euros, con lo que ya en los primeros 90 días del ejercicio se cerraron operaciones por el 80% del importe anual. Nunca en un arranque de año se había arañado una cuantía tan alta. Y la excepción, claro, no ha vuelto a producirse en el inicio de 2023.

De enero a marzo, según los datos que acaba de publicar el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, la economía canaria atrajo capital foráneo por un total de tres millones de euros. Es decir, que los 215,6 millones del primer trimestre de 2022 se han reducido a unos exiguos tres millones de euros –exiguos en comparación interanual– en el mismo período de 2023. La caída es de un 98,6%, lo que es tanto como pasar del cielo al infierno o del pico a la falda del Everest, o del Teide.

Eso sí, hay que puntualizar que lo normal es lo que ha ocurrido en el arranque del actual ejercicio y no lo que pasó a comienzos del pasado año. En otras palabras: están más cerca de la realidad los tres millones que han llegado en el primer trimestre de 2023 que esos más de 215 de enero-marzo de 2022. Sin ir más lejos, en los mismos meses de 2019, el último ejercicio antes de la doble crisis de la covid y los precios, la inversión extranjera en el Archipiélago ni siquiera alcanzó los dos millones de euros.

El Archipiélago pasa de los 215,6 millones del primer trimestre de 2022 a los solo tres de este ejercicio

En definitiva, no se ha producido un cambio de tendencia en la histórica incapacidad de la economía isleña para ganarse el interés de los inversores. No al menos con la suficiente intensidad para que se refleje en la estadística del Ministerio.

Hay que precisar que la información de la Secretaría de Estado de Comercio tiene, como todas, sus particularidades, de modo que hay que tomarla, de nuevo como todas, con la debida cautela. De entrada porque las inversiones que una gran firma con sede en Madrid, por ejemplo, distribuye por varios puntos de la geografía nacional se registran como inversión en Madrid por más que estas hayan ido a parar a Baleares, Extremadura, Murcia o Asturias. O Canarias.

También porque muchas empresas ni siquiera dan a conocer sus operaciones de inversión, entre otras cosas porque no se les exige. Son muy pocos los expedientes sancionadores por este motivo. Y, además, hay operaciones que en la estadística oficial se computan como inversión cuando en realidad son reinversión. Pues bien, fue precisamente una reinversión, de notable cuantía, la que infló el montante del capital foráneo que llegó en 2022.

La reinversión es la operación empresarial en virtud de la cual los beneficios o la renta obtenidos en un determinado período, por lo general un año, se destinan para adquirir nuevos inmuebles, maquinaria o materiales para el negocio, nuevos activos fijos. Así que los réditos de la actividad no se reparten, sino que se reinvierten. En consecuencia, la reinversión es la fórmula mediante la cual una empresa se autofinancia, ya que aumenta su capital sin recurrir, por ejemplo, al crédito.

El caso es que la conversión de deuda de una empresa en capital también se considera reinversión, y como esta es a su vez sinónimo de inversión en la estadística oficial, las cifras en ocasiones se distorsionan. En los 215,6 millones de euros que Canarias recibió en forma de capital extranjero en el primer trimestre del año pasado, y por ende en los 270,4 millones contabilizados al cabo de 2022, se incluyen 125 millones de euros como inversión en el sector del transporte marítimo de pasajeros, cuando el importe se corresponde en realidad con la conversión en capital de parte de la deuda que una gran naviera tenía con sus bonistas.

La media histórica muestra que las Islas apenas arañan un 0,67% de los dineros invertidos en España

En resumen: ni en 2022 era aconsejable echar las campanas al vuelo por aquella extraordinaria cifra de inversión extranjera ni ahora conviene caer en el pesimismo por los tres millones de euros contabilizados hasta el 31 de marzo.

Más allá de las particularidades de la información del Ministerio, que por otra parte afectan por igual a los datos de Canarias y del resto de autonomías, el caso es que de los 9.911,6 millones que llegaron a España en el primer trimestre, a Canarias vino un pequeñísimo 0,03% –los mencionados tres millones de euros–.

Las Islas representan entre un 4% y un 5% de la economía y la población españolas, como también de casi cualquier otra magnitud nacional, lo que sirve para hacerse una idea de hasta qué punto ese 0,03% resulta insignificante. Pero, cabe insistir, no es una novedad: la media histórica, y existen registros desde 1993, muestra que el Archipiélago es el receptor de solo un 0,67% del capital extranjero invertido en España.

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