Santiago de Armas, presidente de Excelcan, asegura que Canarias es la candidata ideal para guiar la política de las islas turísticas europeas. Las empresas más potentes del sector se han unido precisamente para alzar la voz en Bruselas y que las especificidades de estos territorios se tengan «siempre» en cuenta. 

Los grandes empresarios del sector turístico de Canarias se unen para formar Excelcan. ¿Cuál es el objetivo de esta nueva asociación?

Al ver los efectos persistentes de la pandemia una serie de empresarios nos fuimos reuniendo en 2021 y vimos la necesidad de ordenar un poco las ideas comunes, sobre todo de cara al exterior. Hasta ese momento la actividad turística estaba regulada de forma local, por cada uno de los estados miembros. No había una política común turística y reflexionamos. Vimos necesario establecer una serie de normas, de tratamientos específicos para regular y modular la actividad en Europa. Y entendimos que estamos al mismo nivel que cualquier otro empresario europeo para empezar a ordenar la actividad. Tenemos mucho que decir del sector en general y de las especificidades de la actividad turística en los territorios insulares.

Entonces el objetivo es que Canarias lidere el debate en Europa sobre las políticas de las islas turísticas. ¿Son los datos del Archipiélago mejores que los del resto? ¿Está preparado el sector para asumir este papel?

La realidad es que Canarias es el territorio europeo que más ocupación de camas tiene. Además, durante todo el año porque no somos estacionales. Por lo que cuenta con el mayor porcentaje de ocupación estancia-día. Estos datos y su gestión durante años nos permite decir que claro que estamos en el máximo nivel en lo que a actividad turística de Europa se refiere. El continente está rodeado de islas y estas quizás tengan más actividad turística que el resto del continente. Así que si lo analizamos desde la perspectiva internacional, Canarias tiene mucho que decir y está más que justificado que se posicione en la vanguardia de la actividad turística.

¿Han echado en falta más presión en Madrid para que el Gobierno central actúe en Bruselas? Lo digo porque podría interpretarse que Excelcan nace porque se detecta alguna debilidad en ese sentido...

No quiero criticar a las autoridades políticas españolas ni a las canarias porque en general en Europa la visión que se tenía hasta ahora era esa. Es decir, la comunidad europea ha funcionado durante muchísimo tiempo con esta regulación local de la actividad y nadie tenía especial afección por tener una normativa global. La regulación europea se establece sobre la base de la visión continental y luego surgen problemas. Esta política que se aplica tiene un impacto especial en territorios insulares y no lo habíamos previsto y ahora se plantea el problema de cómo regular todo esto. Todos somos culpables de que la actividad turística no estuviera regulada y posicionada. Por eso tenemos que estar en Europa y es lo que estamos visualizando.

¿Y cómo se logra estar en Bruselas? ¿Qué acciones van a llevar a cabo?

En primer lugar Europa tiene un registro especial de asociaciones de este nivel, llámalos lobbies o grupos de intereses. Es para tener ese intercambio de información permanente con el Parlamento y el Consejo Europeo porque saben que es una voz cualificada para poder opinar sobre la actividad. Eso ya lo estamos haciendo. Somos la segunda asociación canaria que hace esto, creo que solo está la de los plataneros. También vamos a apoyarnos en la oficina europea que tiene el Gobierno autonómico en Bruselas, hay que darle contenido porque está un poco limitada. Canarias tiene una cierta estructura en Europa, pero hay que estar de una forma estable allí y eso es lo que queremos.

¿Fueron ustedes los que impulsaron la idea de que Canarias sea sede de la futura Agencia Europea del Turismo?

Le trasladamos la idea al Ejecutivo canario y compartimos la idea de que Canarias está capacitada para tener aquí esa localización. No hay ninguna agencia europea en los territorios RUP y este puede ser un punto de referencia de la consideración de Europa con los territorios insulares.

Precisamente para evitar que ocurran cosas como la de la tasa verde...

Está clarísimo. Todo lo que ha ocurrido con la tasa verde y el mercado de emisiones de CO2 no puede repetirse. No puede ser, no puedes establecer una política general y luego ver si afecta a los territorios insulares. Eso no es Europa. Europa es continental y es insular y Europa tiene que estar desde el principio valorando e incluyendo las políticas sabiendo que la afección está en los dos espacios. Teniendo en cuenta nuestras especificidades.

¿Cree que llegará a buen puerto la excepción de la tasa verde?

Tenemos medianamente resuelto el tema del mercado de emisiones CO2, parece que nos van a dejar fuera. Pero la tasa verde es un tema que no está del todo cerrado. Es verdad que el primer paso que se ha dado es importante, pero no es definitivo. Lo veremos en septiembre o en octubre, pero por lo menos parece que Europa es consciente de que tiene unas islas que tiene que tratar adecuadamente. Porque no olvidemos que 13 países de los 27 tienen islas con actividad turística, por lo tanto, afecta al 50% de los territorios de los países europeos.

Europa avala la excepción de Canarias hasta 2030 en los derechos de emisión de CO2 en las conexiones aéreas, pero hay que ponerse las pilas de cara al futuro. ¿Lo está haciendo el sector privado?

Lo está haciendo y además queremos ponerlo en valor en la convención internacional que celebraremos en noviembre en Gran Canaria. Nos servirá para tomar acuerdos, posicionamientos globales. Y hay dos ejes básicos. Por una lado todo el asunto de las islas verdes, porque toda la política del turismo tiene que ser sostenible. Y por otro lado, la digitalización y las nuevas tecnologías. Queremos mirar al futuro y esas son las políticas que debemos aplicar con carácter inmediato. De ninguna manera estamos en contra de lo que intenta regular la tasa verde, pero sí de lo que intenta controlar.

¿Qué medidas concretas ha puesto en marcha el sector para trabajar en la línea de la sostenibilidad?

El sector es absolutamente consciente de la necesidad de trabajar en esta línea. Y ya no solo desde el punto de vista ético, sino también porque si no trasladas a tu cliente lo que estás haciendo en este ámbito vas a perderlo. Ya no solo se interesan por el trato que reciben ellos, también se preocupan en estudiar como tratas el espacio donde van a ir, el hábitat. Hay políticas individuales que hemos ido desarrollando cada uno en sus hoteles. A nosotros nos preocupa más, no tanto las entidades privadas, sino la parte publica.

¿Por qué? ¿No se está haciendo lo suficiente?

Hay grandes proyectos a los que se les da mucho bombo, pero al final tardan mucho en ejecutarse. No están al mismo ritmo que el sector privado y esto tenemos que resolverlo. Y ni siquiera es un problema de fondos para invertir porque el 85% de los fondos europeos turísticos están viniendo para las corporaciones locales y no los están gestionando como tendrían que hacerlo. Estamos intentando apoyar todo lo que tenemos que apoyar desde el sector privado, pero es ahí donde hay que trabajar muchísimo más.

Ha vuelto al debate el tema de la moratoria turística. En su momento copiamos la balear pero parece que ahora no seguimos el mismo camino. ¿Es partidario de la idea?

Las últimas informaciones hablan de la indemnización que tiene que atender el Gobierno de Canarias por dos moratorias anteriores. Nosotros tenemos una ordenación turística buena, los desarrollos territoriales de las Islas están muy bien determinados. El territorio turístico ocupado sobre el todo el terreno insular es del 4%. Y en ese pequeño porcentaje estamos produciendo el 60% del producto interior bruto de la actividad en Canarias. Los operadores turísticos de lo que estamos convencidos es de que necesitamos influir mucho más en la calidad y trasladar la calidad al cliente y no cambiar al cliente. El turista que viene es un turista que tiene recursos y si le ofreces calidad te la va a comprar. Lo que tenemos que hacer es reconvertir nuestra actividad y aportar y ofrecer otro sentido distinto de lo que era el turismo de hace unos años. El turismo de masas es pasado, los nuevos desarrollos tecnológicos hacen que la relación con el cliente sea individual. No hay nadie hablando de ampliar el espacio turístico. Y si hay que hacer algún acote pues se hará, pero no tiene mucho sentido hablar de limitaciones de personas.

Entonces 15 millones de turistas, ¿son muchos o pocos?

Son muchos (risas), pero si hablas de 15 millones y de una rotación del cliente de seis días, al final los que estamos ocupando en cada momento el espacio de las Islas, no son más de 200.000 o 300.000 personas a la vez. Si sumamos eso más los dos millones de habitantes. ¿Es mucho es poco? Yo no lo sé, pero ese no es un dato. Afecta mucho más al territorio, no tanto el visitante transitorio, como la falta de mano de obra cualificada. Para esta actividad importamos a todas las personas, porque aquí no hay. A lo mejor si reguláramos eso y si hubiera formación interior no tendríamos que estar demandado y trayendo tanto residente extranjero.

¿Y está el tejido empresarial canario preparado para recibir ese cambio de turista más especializado y sostenible?

Está preparado y sigue preparándose. Pero la innovación va a un ritmo tan grande que tenemos que seguir adaptándonos y el sector está trabajando mucho en implantar todos estos nuevos desarrollos tecnológicos. El tener datos para sacar conclusiones de esos datos es uno de los elementos básicos, quizás sea uno de los mejores yacimientos y ese yacimiento de información lo tenemos aquí. Nos lo dan 15 millones de turistas.

Excelcan nace con visión internacional pero supongo que también mirarán para casa. ¿Cuáles son las tareas pendientes del turismo en las Islas?

Todo lo que vaya surgiendo. Una queja clarísima que tenemos y que ya conoce el Gobierno de Canarias es la distribución de los fondos covid que aportó Europa. La política de distribución ha ignorado a los socios de Excelcan, a las empresas de cierto volumen y con carácter internacional. Estos no han recibido fondos, ni un euro. Se tramitaron de forma que se iba priorizando a las pequeñas empresas. Esto no ha ocurrido en otros países europeos. No estamos en absoluto de acuerdo con este tratamiento que se le ha dado a la potente empresa canaria de la actividad turística.

Las cifras de los últimos meses reflejan que el sector se recupera y se acerca a las cifras de 2019. ¿Cuáles son las previsiones para lo que queda de año?

Hay bastante precaución y temor de lo que puede suceder. Llevamos mucho tiempo interesados en mejorar la cifra de ingresos. El interés del cliente en volver a su actividad natural y moverse por todos los territorios ha hecho que esa cifra vaya subiendo y estemos llegando a la actividad tradicional. Pero ahora nos encontramos que el problema no lo tenemos en los ingresos, lo tenemos en la otra partida, en los gastos. Debido al encarecimiento de todo. Por lo tanto, todo lo que hemos producido de más por el factor ventas se está eliminando por el aumento de costes. La inflación se aproxima al 10% y eso hace que el resultado final esté igual. Esto nos preocupa muchísimo y tenemos que estar muy atentos y ver que posibilidades hay. Lo que antes nos decían que era coyuntural se mantiene y no va a desaparecer durante este año. Somos cautos a la hora de ver el futuro porque en territorios insulares el impacto es mayor.

¿Que posibilidades barajan? ¿Subir los precios?

Eso es una fórmula, pero cuando el precio está muy alto no se compra. Nosotros competimos en un mercado donde hay un coste laboral importantísimo, puede llegar a ser del 40%. En Turquía o el Caribe el coste de personal es bajísimo, allí con las mismas personas solo llega al 17%. Ofrecemos mucho más para que el cliente vea que ese sobrecoste que paga le es rentable, pero eso hasta un nivel.

Dejando a un lado el aumento de gasto. ¿Creen que en 2023 se dará la recuperación completa en cuanto a ocupación?

Se está recuperando progresivamente, y volvemos a la previsión nuestra de meses buenos y otros no tan buenos. Estamos un poco normalizando la actividad. Hay tendencias distintas en los mercados. Los alemanes, que son básicos para nosotros, no se están comportando en crecimiento en la línea que teníamos previsto. Y el inglés ha sido al contrario. Lo que está claro es que 2022 no será el año en el que se recupere la normalidad anterior, que no sé si en algún momento se recuperará. Pero puede haber ya una cierta normalidad en 2023. Al final lo que miramos los empresarios es que en las cuentas haya equilibrio. Sin beneficio la operativa no funciona.

¿Qué papel está jugando el turismo local?

Si hemos mantenido algo de actividad durante los efectos de la pandemia ha sido gracias al movimiento canario que ha sido muy importante. Los isleños se han convencido de que tenemos unos grandes establecimientos donde se pueden pegar unas vacaciones con las mismas comodidades, o más, que en cualquier otro lugar del mundo. Y también ha aumentado bastante el movimiento peninsular.