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OPINIÓN

El reto y la respuesta

El destino turístico Islas Canarias alcanzó, antes del covid, 15 millones de turistas y más de 100 millones anuales de pernoctaciones. Un destino más de 100 se convierte en uno de los líderes regionales de la Europa turística.

Sin embargo, llegó la pandemia y los territorios más turísticos fueron los más duramente golpeados. Si en 2020 la economía española cayó en un 10%, Canarias cayó un 18,6% y Baleares, un 20,7%.

Canarias siguió en el grupo de las regiones más atrasadas de la UE en los indicadores de desempleo, paro juvenil, renta por habitante, pobreza, inversión e innovación.

Es verdad que este año hemos iniciado la recuperación. Pero también es verdad que aún tardaremos unos dos años, o más, en alcanzar los 2.200 euros de media por habitante y los 46.600 millones del PIB del 2019. Bastante alejados de la media española y no digamos de la europea.

Pero esta segunda gran crisis en una década ha servido, al menos, para que la Unión Europea comprenda que se encuentra ante una encrucijada histórica. Y para descubrir que el turismo es uno de los principales motores de la economía: sector clave en el cambio de época que vive el turismo europeo.

Un continente que es la primera potencia turística del mundo. En un sector que se ha convertido en uno de los más importantes de la economía global.

Pero la Unión Europea advierte con alarma y preocupación que para seguir siendo líder turístico mundial, no basta con recuperar el pasado. Hay que transformar, modernizar, avanzar en calidad y competitividad: conquistar el futuro.

Y para eso, la clave es la resiliencia: la capacidad de adaptación al cambio. Keynes decía que «lo difícil no es descubrir las ideas nuevas. Lo difícil, lo verdaderamente difícil, es cómo acabar con las ideas viejas».

Cómo transformar el anticuado modelo turístico y económico general. Cómo reducir, gradualmente, el sector del turismo marginal, y degradado. Y cómo potenciamos aceleradamente los sectores intermedios, que funcionan bien y los de gran calidad, que necesitan crecer y ampliarse.

Pero lo viejo se resiste, lucha por sobrevivir, lucha contra lo nuevo y tiende a contagiarlo. La excesiva inmigración que ha sufrido Canarias en los últimos 20 años, en gran parte se refugia en ese turismo barato, de mala calidad, en toda la cadena de la actividad.

Y mientras no lo reduzcamos al mínimo y le ayudemos a transformarse, seguiremos soportando la llegada de 30.000 inmigrantes por año, como ha ocurrido durante los últimos 20 años. Una cifra imposible de asimilar.

Por eso, en esta década tenemos que cambiar el modelo turístico. Y construir una economía más moderna, diversificada y competitiva. Una economía que acabe con «el circuito del atraso»: exportamos trabajadores cualificados e importamos trabajadores poco cualificados.

Hay que ir a las raíces del problema y no basta señalar los malos frutos de la planta. Como hace el consejero del Cambio Climático cuando dice: «No podemos soportar 15 millones de turistas» o cuando el presidente del Gobierno señala alarmado «2,2 millones de residentes es excesivo».

Ciertamente, arranquemos las plantas secas y plantemos otras mejores. Y tomemos conciencia, como lo ha hecho Europa, que el turismo no es parte del problema, sino parte de la solución.

La palanca necesaria para avanzar por los nuevos caminos de la transición verde y transformación digital y las grandes rehabilitaciones de algunos de nuestros destinos maduros, que han dejado de ser competitivos.

Y para eso es necesario que Canarias se convierta en un actor europeo. Que impulse y ayude a liderar el cambio de época. Que deje de ser un gigante turístico y un enano político.

Por de pronto, tres importantes actores han abandonado las últimas filas del patio de butacas y se han subido al escenario. El presidente del Gobierno de Canarias, la consejera de Turismo y diez de los más importantes empresarios canarios, de todas las Islas, han dado un paso al frente y han convocado a Europa en Canarias para discutir los nuevos caminos del futuro.

Ahora hace falta que otros muchos lo hagan también. Toynbee decía que ante un gran y difícil reto hace falta una respuesta a la altura del reto. Canarias puede darla, tiene fuerzas para ello, pero es necesario que se lo crea y abandone sus viejos complejos. Ahora es el momento: Now or Never, cantaba una vieja canción de mi época.

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