Despachos y asesorías financieras de Canarias están desaconsejando a sus clientes acogerse a la ampliación del plazo para devolver los préstamos blandos del Instituto de Crédito Oficial (ICO) por las condiciones impuestas por el Estado.

El Gobierno central fijó los requisitos para beneficiarse de esta ampliación en el llamado Código de buenas prácticas para el marco de renegociación para clientes con financiación avalada. En las Islas hay 27.868 empresas que han solicitado el aval del ICO para acceder a un crédito bancario, conseguir liquidez y paliar así las consecuencias de la crisis del coronavirus. A 31 de agosto, que es hasta donde abarca la estadística oficial, esos casi 28.000 negocios habían conseguido financiarse por un montante de 4.330 millones de euros gracias a un aval público, a través del ICO, de 3.307 millones. No obstante, muchas de esas empresas, pymes en su gran mayoría, están lejos de recuperar un volumen normal de ventas, entre otras cosas porque aún queda tiempo para la total recuperación del turismo. Por eso el Ejecutivo estatal estableció en el Código de buenas prácticas que los negocios que sufrieron caídas de la facturación superiores al 30% pueden acogerse a una ampliación del plazo para la devolución de los créditos avalados por el ICO. Las empresas tienen hasta el 15 de octubre para solicitar la ampliación, pero muchas han recibido el aviso de sus asesores fiscales o financieros para que se lo piensen dos veces antes de firmar.

La razón de la desconfianza en los despachos y asesorías reside en que el real decreto que regula el Código de buenas prácticas introduce algunos requisitos que hacen que la operación no sea una mera ampliación de plazo. De hecho son en muchos casos las propias entidades financieras, es decir, los bancos, quienes están advirtiendo a las asesorías de las implicaciones que la operación tendría para sus clientes.



Las empresas tienen de margen hasta el 15 de octubre para solicitar la extensión del plazo

Al margen de que la empresa debe asumir los compromisos de mantener su actividad hasta el próximo 30 de junio, de no repartir dividendos ni este ni el próximo ejercicio y de no subir las retribuciones de su personal directivo en los dos años siguientes a la firma de la operación, las entidades financieras –explican desde uno de los despachos con mayor cartera de clientes del Archipiélago– están avisando de otras condiciones que no figuraban en anteriores decretos similares y que en ocasiones se pasan por alto. Desde esta asesoría exponen que los bancos están informando de que suscribir esta operación puede afectar a las empresas a largo plazo con la entidad financiera. De entrada porque no es una ampliación de plazo sin más, sino que también incluye la posibilidad de una conversión en préstamo participativo o una negociación de quitas, y podría considerarse una reestructuración de deuda. Además, puede verse restringido el acceso a nuevas operaciones de financiación –a nuevos préstamos o créditos, por ejemplo– tanto de largo como de corto plazo. Es más, dependiendo de la política del banco de que se trate, incluso podría provisionar el importe aplazado e incorporar en mora la operación en la Central de Información de Riesgos del Banco de España, la Cirbe, que aunque no es un fichero de morosos propiamente dicho –al estilo de los de la RAI o la Asnef– sí puede complicar el acceso al crédito a las firmas que en él aparezcan.



Los avales públicos han contribuido a inyectar liquidez también a los autónomos

En última instancia, la ampliación del plazo para la devolución de los préstamos blandos avalados por el ICO exige así una mayor atención y requisitos que anteriores medidas similares.

Esta mayor complejidad está llevando a despachos y asesorías fiscales y financieras del Archipiélago a desaconsejar la ampliación del plazo. Estos asesores entienden que si la empresa sufriera tensiones de liquidez en el próximo ejercicio, hasta el punto de resultarle complicado cumplir con las cuotas de devolución del préstamo, siempre sería mejor renegociar las condiciones del crédito directamente con su banco.

Hay que recordar que los préstamos blandos del ICO han contribuido a inyectar liquidez no solo a las empresas, sino también, y sobre todo, a miles de autónomos.