La prórroga de la vigencia del certificado de vacunación contra el covid despeja las dudas de los turistas de mayor edad a la hora de hacer sus reservas para visitar el Archipiélago durante la próxima temporada alta, que se inicia avanzado el mes de octubre. Europa ha decidido armonizar el tiempo de validez del documento y llevarlo hasta los doce meses en lugar de los ocho actuales.

Se entiende con un ejemplo. Una pareja de un país nórdico de 70 años entró en los primeros grupos de vacunación en su país. Pongamos que completaron la pauta –las dos dosis– a finales de marzo. Con la actual duración, en los últimos días de noviembre ya no les bastaría con presentar el documento para entrar en Canarias y alojarse en un hotel, apartamento o vivienda vacacional, y no son ajenos a esa circunstancia.

Los ocho meses se determinaron «para salvar el verano», explicó ayer el vicepresidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT) de Las Palmas, Tom Smulders. Sin embargo, no se tuvo en cuenta el invierno, la época más importante para las Islas, porque es cuando no tienen rival en la media distancia para que los turistas europeos puedan gozar de unos días de sol. Y si vital es para el Archipiélago, no lo es menos para los grandes turoperadores y aerolíneas.

Es cierto que podrían venir mostrando un test diagnóstico con resultado negativo –PCR o antígenos–, pero las simples dudas sobre el número de meses en los que el escudo anticoronavirus permanece operativo en el organismo generan una incertidumbre que reduce el ritmo de reservas. «La gente se sentía insegura», subrayó Smulders.

Debate abierto

Israel ya ha comenzado a administrar una dosis de refuerzo; Estados Unidos, Reino Unido, Alemania o Francia tienen previsto hacerlo a lo largo de septiembre a pesar de los ruegos de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). España mantiene la postura de esperar a que las autoridades sanitarias de la Unión Europea (UE) marquen una ruta a seguir por los países miembros.

El debate existe, pero la prolongación del periodo de validez del certificado dota de «agilidad a las reservas», explicó Smulders. La meta del sector está en que el motor de la economía del Archipiélago arranque definitivamente en un par de meses y no vuelva a sufrir parones. A partir de entonces, el objetivo será ganar velocidad.

La Asociación Hotelera y Extrahotelera (Ashotel) de la provincia de Santa Cruz de Tenerife dio ayer los datos sobre la reapertura de la planta alojativa. Agosto finalizó con el 78% de las puertas abiertas y la previsión es que en septiembre se alcance el 82%. Desde la FEHT, su presidente, José María Mañaricua, avanzó una media de «en torno al 70% en verano» y la esperanza de estar operativos «al cien por cien en noviembre».

«Se nos abre ahora en Canarias una gran oportunidad ante la temporada de otoño e invierno si conseguimos mantener a raya la pandemia en las Islas y seguimos elevando el porcentaje de vacunación, que ya es bueno», sostuvo por su parte el presidente de Ashotel, Jorge Marichal.

La consecución de la conocida como inmunidad de rebaño es uno de los principales factores para la venta del destino durante los próximos meses. El negocio alojativo exige que las campañas de promoción en los mercados emisores se midan al milímetro y se consensúen con ellos. El ruido que han introducido los continuos cambios en las restricciones diseñadas para atajar la pandemia obliga a regar de información los países de origen.

«He estado hablando con un turoperador nórdico y me comenta que en su país está extendida la creencia de que ahora mismo tenemos cerrados los restaurantes», lamentó Smulders. Como consecuencia de ello, se nota un incremento de la contratación de paquetes con todo incluido, algo que puede favorecer a los hoteles, pero que perjudica a la hostelería.