El alza de los combustibles deja en el Archipiélago precios que no se veían en las Islas desde hacía ocho años. Los canarios que tengan que repostar su vehículo deben pagar ya un 12,5% más que hace doce meses y llenar el depósito de gasolina cuesta de media seis euros más que el verano pasado. La escalada parece imparable y no toca techo tras acumular ocho meses de subidas, no solo en Canarias, sino también a nivel nacional. Según los datos registrados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la gasolina 95 cotiza ya a 1,08 euros el litro en las Islas, doce céntimos más que durante el primer verano de la pandemia, cuando los surtidores 0,96 céntimos para este mismo tipo de carburantes.

Para encontrar un precio tan alto para la Súper 95 en el Archipiélago hay que remontarse a 2014, concretamente a agosto de ese mismo año, cuando la gasolina se pagaba un céntimo más cara que ahora. Desde ese momento, el importe que se debe abonar en la gasolinera por cada litro de combustible que se reposte ha fluctuado, y mucho, auspiciado por las diferentes variables que condicionan el precio final de este producto, pero el valor actual nunca se había alcanzado en todo este tiempo.

El importe que el cliente abona antes de abandonar la estación de servicio tras haber repostado depende de múltiples factores. Uno de ellos es la propia materia prima, es decir, el precio que marca el barril de petróleo en los mercados internacionales. Además, los carburantes están gravados con impuestos específicos, –que en Canarias son menores que en el resto de la Península y que hacen que el Archipiélago sea la comunidad con la gasolina más barata del país–, y el precio final también está marcado por los costes de logística y distribución.

El alza se debe en esta ocasión a la escalada del precio del crudo, espoleado por la recuperación de la demanda tras la reactivación económica, después de unos meses mermada debido a la pandemia de coronavirus.

De hecho, en los peores momentos, durante el confinamiento, la falta de demanda redujo el precio de los combustibles. En Canarias, la gasolina 95 se rebajó hasta los 0,94 céntimos el litro. Una cantidad reducida que, sin embargo, no supuso el nivel más bajo que ha alcanzado el precio de la gasolina durante esta crisis. Tras recuperarse durante el verano pasado, –una época del año en la que suele incrementarse debido a la demanda que generan los viajes por carretera en los territorios continentales–, el coste de los carburantes inició su particular desescalada hasta tocar fondo en el mes de noviembre, cuando en Canarias el litro de Súper 95 no pasaba de los 0,92 céntimos.

El alza repercute en el bolsillo de las familias y en las cuentas de muchas empresas

El comportamiento que ha seguido la gasolina 95 no ha sido particular, ya que tanto la 98 como el diesel han tenido recorridos similares. En el primer caso, el precio se ha incrementado un 10,3% en Canarias en el último año, superando los 1,2 euros el litro, mientras que en el caso del gasoil el alza ha sido algo mayor, del 11,6% y el litro se paga ya a 1,007 euros, según los datos del Ministerio de Transición Ecológica.

Esta escalada de precios no solo repercute directamente en el bolsillo de muchas familias, –que deben abonar 54 euros cada vez que llenan un depósito de 50 litros, en lugar de los 48 que pagaban hace un año–, sino también en la cuenta de resultados de las empresas, que ahora deben hacer frente a unos costes mayores, que pueden acabar repercutiendo en el precio final de sus productos.

La inflación sigue su escalada

Los precios siguieron su escalada en julio con una tasa nacional anual del IPC del 2,9%, dos décimas más que en junio y la más alta desde febrero de 2017, cuando fue del 3 %, en un contexto de incremento de los costes energéticos. Según el indicador adelantado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el alza de la inflación ha influido el comportamiento de los servicios de alojamiento y combustibles, cuyos precios aumentaron este mes frente a las bajadas de 2020. También suben los alimentos y bebidas no alcohólicas. En sentido contrario, avanza el INE, está la bajada de los precios de la electricidad, frente al aumento registrado en julio del año pasado. Los precios comenzaron en marzo una senda de incrementos en tasa anual en un contexto de subidas de los costes energéticos y de un repunte de la demanda por la recuperación tras tras la pandemia. Así, tras una tasa del 1,3 % en marzo, el IPC subió al 2,2 % en abril y al 2,7 % en mayo, nivel que se mantuvo en junio. En Canarias la tasa es sensiblemente más baja. En junio alcanzó un 1,6 interanual. | Efe