Punto final a la aventura de Binter en Cabo Verde. La aerolínea canaria ya se ha desprendido de su filial en el archipiélago africano y cierra así la etapa que comenzó en noviembre de 2016, cuando aterrizó en el aeropuerto de Praia el primer avión de Binter Cabo Verde. Casi cinco años más tarde, la compañía aérea deja de volar entre estas islas –ubicadas al suroeste de Canarias frente a las costas de Senegal– gracias a una operación que lejos de ser un contratiempo para el futuro de la aerolínea es más bien un alivio. Primero porque Binter logra salir de un mercado deficitario, lo que le permite centrar sus esfuerzos y su estrategia internacional en otros lugares; y segundo porque el traspaso del negocio a BestFly World Wide –firma del empresario Nuno Pereira– garantiza la continuidad del servicio en Cabo Verde. De hecho, la salida del archipiélago se ha demorado más de lo previsto porque la aerolínea presidida por Rodolfo Núñez no quería que su adiós perjudicara a los caboverdianos.

Aunque es ahora cuando se materializa el fin de la etapa de Binter en el país africano, lo cierto es que hace unos dos años desde que la compañía empezó un paulatino proceso de desvinculación en el que Binter Cabo Verde cada vez tenía menos relación con su matriz canaria. Es más, Binter Cabo Verde ya no existía como tal, rebautizada a mediados de 2019 como Transportes Interilhas de Cabo Verde (TICV) en ese proceso de progresiva desconexión emprendido hace un par de años y que supuso la entrada en el capital de la compañía de nuevos partícipes. Un proceso jalonado por las discrepancias de Binter con el Gobierno caboverdiano, que no precisamente se esforzó en convencer a la empresa canaria para continuar la aventura iniciada a finales de 2016. Más bien al contrario: las limitaciones de las tarifas solo fueron el último capítulo de una lista de acciones y decisiones gubernamentales que no hacían más que corroborar que la salida del archipiélago era la mejor solución para Binter. «Todo eran pegas», aseguraron ayer desde la compañía aérea.

Al final, la empresa canaria –una de las firmas de bandera y de mayor reconocimiento nacional e internacional de la Comunidad Autónoma– ha conseguido cerrar una operación de la que todos los actores salen bien parados. El 70% de TICV pasa de Binter a BestFly World Wide y el 30% restante queda bajo el control del Gobierno de Cabo Verde, es decir, bajo el control público. Fue el propietario de la aerolínea compradora, el susodicho Nuno Pereira –que ejerce de accionista único–, quien este martes avanzó a Lusa, la Agencia de Noticias de Portugal, el traspaso de la mayor parte del capital de TICV de Binter a BestFly, tal como informó el periódico salmón JF O Jornal Económico. «Binter dejó de existir en Cabo Verde como operador aéreo», dijo Pereira.

La operación, confirmada por Binter a este diario, conlleva la compraventa de TICV y de su marca comercial y también el mantenimiento de los trabajadores. La firma isleña logra así un acuerdo satisfactorio tanto desde un punto de vista empresarial –el negocio en Cabo Verde era deficitario, hasta el punto de que la compañía aérea venía soportando pérdidas en el archipiélago africano para no dejar a los ciudadanos sin vuelos interinsulares– como desde una perspectiva social, ya que se mantiene el servicio y se conservan los empleos. «Ellos contentos; nosotros contentos; todos contentos», resumían ayer desde Binter, desde donde insistieron en que «lo más importante es que la comunidad caboverdiana no se quede sin transporte aéreo».

TICV movió en 2019, el último año de normalidad antes del estallido de la pandemia de coronavirus, alrededor de un millón de pasajeros entre las islas de Cabo Verde.